Nacionalistas, socialistas y conservadores
Intent¨¦ situar a cada uno de los tres partidos gallegos con esca?o (PP, PSdeG, BNG) ante la posibilidad de que de ellos naciera "la derecha nacionalista" (as¨ª se llamaba el art¨ªculo en el que lo hac¨ªa), y para ello usaba determinados criterios contables para estar m¨¢s seguro de que lo que dec¨ªa era, como m¨ªnimo, as¨ª. Hoy voy con otros datos no menos interesantes que nos introducen en cuestiones centrales para los partidos (PSdeG y BNG) que est¨¢n en congresos y similares y en los que se lucha por alcanzar mayor¨ªas internas. Tambi¨¦n entrar¨¦ en los datos del PP de Galicia, con congreso o sin congreso. Incluso tocar¨¦ alg¨²n dato de IU-EU.
La vieja ley de hierro de la oligarqu¨ªa (partidaria), del pionero de estos estudios sobre partidos, Robert Michels, nos recuerda el papel central de las minor¨ªas olig¨¢rquicas en el mando de los partidos pol¨ªticos. Era una versi¨®n extremadamente negativa, aunque muy realista para aquel tiempo del arranque del siglo XX, de las tensiones internas en esas organizaciones, resueltas a la brava desde una minor¨ªa que impon¨ªa su "ley de hierro" a toda el partido.
Un 31% de los votantes del BNG son nacionalistas y un 42% de los del PSdeG se declaran socialistas
Pero eso ya no es exactamente as¨ª. Lo que estamos viendo en Galicia (y en casi todas partes: v¨¦ase el debate Rubalcaba/Chac¨®n) es una dura lucha entre "partidos dentro del partido" por asumir la responsabilidad de su direcci¨®n. Es normal y es sano, aunque no siempre es rentable electoralmente: la gente se asusta cuando las diferencias son grandes y las palabras son m¨¢s gruesas de lo normal.
El BNG est¨¢ en el candelero, y todos miran ahora a ver c¨®mo se resuelven sus tensiones. Algunos datos de esta organizaci¨®n, seg¨²n confesi¨®n de sus votantes en el preelectoral del CIS de las ¨²ltimas elecciones generales, nos dicen que solo un 0,6% de ellos se consideran comunistas, pero un 17,8% de esos mismos votantes se consideran conservadores, liberales o dem¨®crata-cristianos. Esto no es menos pasmoso: solo un 31,6% de sus votantes se consideran nacionalistas, los dem¨¢s prefieren otras etiquetas. Esto ¨²ltimo merecer¨ªa un debate aparte, pues es complejo y nos ilumina ciertos recovecos cognitivos de los electores y algunas peculiaridades del nacionalismo "sin estado", digamos. Otro d¨ªa ser¨¢. En todo caso qu¨¦ duda cabe de que el BNG es una organizaci¨®n muy compleja a la que afluyen gentes muy diversas y m¨¢s que afluir¨ªan si esa organizaci¨®n se conociera mejor a si misma.
El PSdeG no le va a la zaga en complejidad al BNG, aunque la suma de conservadores, liberales o dem¨®crata-cristianos entre sus votantes es menor que la del frente nacionalista: 11,4%. Socialistas en sentido estricto solo se confiesan un 42,6% de sus electores. El resto busca otros calificativos principales para sus ideas. Por cierto, tiene un 0,9% de comunistas, algo m¨¢s que el BNG. De momento, no parece que peligre el Palacio de Invierno a manos de la izquierda gallega, aunque alg¨²n comunista m¨¢s hay en IU-EU: el 25%. Esta ¨²ltima organizaci¨®n tiene un 8,3% de liberales, por cierto.
El PP de Galicia es, ideol¨®gicamente hablando, m¨¢s enterizo: la suma de conservadores, liberales o dem¨®crata-cristianos es del 63,2%, y solo el 12,9% practican alguna forma de progresismo o izquierdismo o nacionalismo, seg¨²n sus propias afirmaciones.
Con un n¨²cleo ideol¨®gico duro que va, m¨¢s o menos, del 25% al 60% de cada organizaci¨®n, en Galicia, y en otros lugares, se produce un proceso de intercambio de votantes por sus caracter¨ªsticas ideol¨®gicas que es bastante acusado y desconcertante, y que nos aproxima a un electorado que responde ya a clases sociales muy fragmentadas y a intereses muy diversos.
Los datos que hoy puse son datos directos de afirmaciones directas sobre uno mismo en la misma cuesti¨®n que se pregunta. Son datos, digamos, de autoconciencia. No son los mismos del art¨ªculo anterior citado al principio, que son datos m¨¢s indirectos y m¨¢s interpretados.Desde el punto de vista de la diversidad del voto, el BNG y el PSdeG son, digamos, m¨¢s modernos (fragmentados, abiertos) que el PP, pero ¨¦ste ¨²ltimo comienza a incrementar su varianza interior y se moderniza lentamente.
Camino ya de una nueva confrontaci¨®n auton¨®mica marcada por la crisis, los ajustes y la marcha creciente del desempleo con pol¨ªticas econ¨®micas poco estimulantes, es preciso ir conociendo mejor a nuestros partidos en la perspectiva real de los datos contrastables. Ah¨ª andamos.
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