La tormenta arrecia
A pesar de que el dato final fue mejor que el filtrado por el Gobierno (no sabemos si estamos ante un inexplicable error o ante una vieja t¨¢ctica para minorar el impacto en la opini¨®n p¨²blica de los malos acontecimientos), el aumento del paro en el cuarto trimestre del pasado a?o nos dej¨® de nuevo helados. Cuando analiz¨¢bamos la EPA del tercer trimestre pod¨ªamos pensar que el fuerte aumento del paro de ese periodo pod¨ªa deberse en alguna medida al margen de error caracter¨ªstico de todas las encuestas y, si eso era as¨ª, cab¨ªa esperar que los datos del cuarto, corregidos de estacionalidad, como todos los datos que se dan en adelante, no fueran tan malos. En realidad, el aumento ha sido algo inferior, 224.000, frente a 287.000, pero ello ha sido porque la poblaci¨®n activa -la que trabaja o busca trabajo- ha disminuido ligeramente, mientras que en el trimestre anterior aument¨®. El aumento del paro atribuible a la destrucci¨®n de empleo ha sido similar en los dos trimestres, unos 240.000 ocupados menos. No parece, por tanto, que estemos ante ning¨²n error muestral, sino ante una evoluci¨®n del mercado laboral y del conjunto de la econom¨ªa peor de la que nos imagin¨¢bamos. La destrucci¨®n de empleo en la segunda mitad del pasado a?o ha sido inferior a la de los peores trimestres de la recesi¨®n, pero se le parece.
La destrucci¨®n de empleo ha sido inferior a los peores trimestres de la recesi¨®n, pero se le parece
Las previsiones para este a?o apuntan muy mal: un aumento del paro hasta los 5,8 millones
Como decimos, la variaci¨®n del paro es el resultado de la evoluci¨®n de la oferta de trabajo (poblaci¨®n activa) y de la demanda (ocupaci¨®n) [gr¨¢fico superior izquierdo]. En el ¨²ltimo trimestre la poblaci¨®n activa disminuy¨® en unas 24.000 personas (-0,4% en tasa anualizada), unos pocos miles m¨¢s de lo que lo hizo la poblaci¨®n en edad de trabajar, es decir, la de 16 a 64 a?os. Por ello, el porcentaje de dicha poblaci¨®n que est¨¢ activa (la tasa de actividad) disminuy¨® ligeramente, situ¨¢ndose en el 74,9%. Si analizamos estas cifras por sexo, vemos que contin¨²a reduci¨¦ndose la tasa de actividad masculina, sobre todo entre los j¨®venes, que ante la dificultad de encontrar trabajo prolongan sus estudios o abandonan, mientras que aumenta la femenina, algo que refleja tanto un fen¨®meno tendencial de largo plazo, incorporaci¨®n de la mujer al mercado laboral, como coyuntural, efecto trabajador a?adido cuando la pareja se queda sin empleo y es m¨¢s f¨¢cil que lo encuentre la mujer que el var¨®n. A pesar de esta disminuci¨®n, la tasa de actividad ha aumentado a lo largo del a?o en medio punto porcentual, algo que no ocurre en la mayor¨ªa de pa¨ªses de nuestro entorno y que explica en una peque?a parte que el paro aumente m¨¢s en nuestro pa¨ªs.
El ritmo de ca¨ªda de la ocupaci¨®n en el ¨²ltimo trimestre se aceler¨® ligeramente, alcanzando una tasa anualizada del 5,4%. A partir de esta cifra, parece claro que el retroceso del PIB en ese periodo fue mayor que las tres d¨¦cimas (-1,2% en tasa anualizada) adelantadas por el Banco de Espa?a, a no ser que la productividad por trabajador se haya acelerado de nuevo o que las horas trabajadas no se hayan reducido en la misma medida que el n¨²mero de ocupados. En buena parte, esta aceleraci¨®n obedece a la destrucci¨®n de empleo en las administraciones p¨²blicas, responsables, de forma directa, de la cuarta parte de la ca¨ªda del mismo en este trimestre; de forma indirecta, mucho m¨¢s. As¨ª, el ritmo de destrucci¨®n de empleo en el sector de la construcci¨®n alcanza el 22% en tasa anualizada. El caso es que, si no hay m¨¢s remedio que reducir el d¨¦ficit p¨²blico al 4,4% este a?o, este impacto sobre el mercado laboral ir¨¢ a m¨¢s. La brecha que se observa en el comportamiento del empleo y del paro entre Espa?a y la zona euro [gr¨¢ficos superior derecho e inferior izquierdo] seguir¨¢ ampli¨¢ndose. Y dif¨ªcilmente puede compensarse ello a corto plazo con reformas del mercado laboral y otras, por necesarias y urgentes que sean, pues la mayor¨ªa de estas medidas solo dan resultado a medio plazo.
Por ello, las previsiones para este a?o apuntan muy mal, tan mal, que estaba pensando no darlas. Pero esta ser¨ªa la pol¨ªtica del avestruz. Mejor que nos enfrentemos a la dura realidad y actuemos en consecuencia. Dichas previsiones se?alan un nuevo aumento del paro hasta 5.500.000 personas en el primer trimestre de este a?o y 5.800.000 en el ¨²ltimo (25,3% de la poblaci¨®n activa). Eso s¨ª, la incertidumbre -y por tanto, el margen de error- son muy elevados.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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