Matar a Mao
Esto es historia: un rockero intent¨® asesinar a Mao Zedong. Podemos llamar rockero a Lin Liguo (1945-1971), en el sentido de amante del rock. Hasta se sent¨ªa apost¨®lico: "?Habr¨¢ un d¨ªa en que dejar¨¦ que los chinos sepan que hay m¨²sica tan maravillosa en el mundo!". Previsiblemente, aquel complot result¨® una chapuza.
Lin Liguo, al¨ªas Tigre, era hijo de Lin Biao, segundo de a bordo en la China comunista. Un ni?o mimado de la nomenklatura de Pek¨ªn, con acceso a publicaciones y discos extranjeros ?en plena Revoluci¨®n Cultural! Hasta se libr¨® del incordio de militar en los Guardias Rojos, una p¨¦rdida de tiempo habiendo tantas chicas sueltas.
Mam¨¢ le buscaba novias a su altura. Pap¨¢ le coloc¨® en la c¨²pula de las Fuerzas A¨¦reas. Din¨¢mico, Tigre form¨® pandilla y todos juntos lanzaron una mirada cr¨ªtica a su alrededor. Tras 22 a?os de mao¨ªsmo, este fue su retrato de China: "Los altos cargos sienten ira, pero no se atreven a hablar. Los campesinos carecen de comida y ropa. La juventud educada ha sido enviada al campo, para trabajos forzados. Los Guardias Rojos, enga?ados, fueron usados como carne de ca?¨®n y ahora son cabeza de turco. Los sueldos de los obreros est¨¢n congelados, en una explotaci¨®n disimulada".
Asombra que el letal mao¨ªsmo se convirtiera en tendencia est¨¦tica pop
Y decidieron actuar, escud¨¢ndose en el prestigio del padre. Pero Lin Biao era una sombra del gran manipulador de otros tiempos. Hab¨ªa desarrollado fobias al agua, a las brisas. Pas¨® temporadas de adicci¨®n al opio y la morfina. Adem¨¢s, estaba lastrado por su esposa, enamoradiza y liante. En una reuni¨®n del Politbur¨®, en 1966, debi¨® defender su honor, explicitando que ella hab¨ªa sido virgen antes del matrimonio y que ¨¦l era el progenitor de sus hijos.
Tigre y sus compa?eros estudiaron formas para matar a Mao, "el mayor tirano feudal que ha conocido China". Result¨® tarea compleja: el Gran Timonel era paranoico, se rodeaba de una guardia aguerrida y se mov¨ªa en un tren blindado. Aqu¨ª el relato se pone novelesco. Dodo, la hermana de Tigre, odiaba a su madre y manifestaba lealtad por Mao.
Bien pudo ser ella quien delat¨® a los conspiradores o simplemente Mao se adelant¨®. Perseguidos de cerca, Tigre, sus padres y varios c¨®mplices huyeron hacia un aeropuerto militar. Despegaron en el Trident de Lin Biao, que no hab¨ªa terminado de repostar. Pusieron rumbo a la URSS pero, dos horas despu¨¦s, el avi¨®n se estrell¨® en Mongolia y quedaron carbonizados.
As¨ª concluy¨® el intento de golpe de Estado del rockero Tigre. Al menos, seg¨²n la versi¨®n oficial: hay demasiados misterios en toda la trama. Centenares de altos oficiales fueron purgados, aunque sus desdichas parecen una gota de agua en el oc¨¦ano de sufrimiento desatado por Mao: en los escasos cinco a?os del Gran Salto Adelante, murieron -v¨ªctimas del hambre y la violencia- unos 45 millones de personas.
Con su ¨¦pica conquista de China, el mao¨ªsmo tuvo gran gancho en Asia; surgieron disc¨ªpulos tan aventajados como los jemeres rojos camboyanos, que batieron cualquier r¨¦cord en eliminaci¨®n de sus compatriotas. Lo extraordinario es que alcanz¨® cierto eco en Europa, donde incluso fue tendencia en el mundo pop. Se imitaba a los ilustradores chinos o se tomaban im¨¢genes originales. Hasta ese cazador de curiosidades llamado Brian Eno se inspir¨® en una ¨®pera revolucionaria para bautizar su Taking tiger mountain by strategy. De hecho, sigue siendo tendencia, si hemos de fiarnos de una reciente portada (de DVD) de los Rolling Stones.
Al menos, hubo quien brome¨® sobre tal moda: Nino Ferrer lanz¨® Mao et moa en 1969. Supongo que el tema estar¨¢ en esos ¨ªndices de canciones prohibidas en la Rep¨²blica Popular sobre los que tenemos noticias regularmente. Nos explican que Hu Jintao, actual cabeza m¨¢xima del r¨¦gimen, anda ahora muy preocupado por la invasi¨®n musical de Occidente. Llama a una guerra cultural y, de paso, busca evitar que surja un nuevo Tigre con ideas locas.
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