El nudo andaluz
Se cierra la grieta m¨¢s visible del PSOE, soldada por el secretario general Rubalcaba al final de un proceso que ha revelado el punto extremo del desmembramiento socialista, pero en Andaluc¨ªa la brecha sigue abierta, en v¨ªsperas de preparar las candidaturas para las elecciones auton¨®micas de marzo. Porque, conocido el resultado a favor de Rubalcaba, algunos le seguir¨¢n achacando al jefe andaluz del partido y aspirante a la presidencia de la Junta su actividad neutral a favor de Carme Chac¨®n, su condici¨®n de derrotado, como ya han insinuado su ilegalidad, ilegitimidad e inmoralidad. ?Qu¨¦ juicios condenatorios les dejan los propios socialistas al PP y a su cabeza visible, Arenas?
Ser¨¢ dif¨ªcil montar as¨ª las listas para las elecciones andaluzas de marzo, cuando los elegidos en las urnas se prev¨¦n escasos y la disputa por los primeros puestos amenaza con convertirse en una lucha por la supervivencia pol¨ªtica y econ¨®mica. La trifulca entre los socialistas andaluces se ha hecho carne en el congreso de Sevilla: l¨ªderes contra l¨ªderes, viejos y nuevos, todos con la obsesi¨®n del liderazgo. No s¨¦ si el nuevo l¨ªder absoluto muda el estado de sombr¨ªa falta de porvenir que aqu¨ª anuncian los sondeos despu¨¦s de m¨¢s de dos meses de desorientaci¨®n y socialistas en guerra contra socialistas, mientras el Gobierno del PP tomaba y anunciaba medidas econ¨®micas y pol¨ªticas indeseables.
Era como si el PSOE, concentrado en su bronca interior, hubiese querido colaborar con los m¨¦todos rajonianos de gobierno: silencio, liturgia del mando, secretismo palaciego, solemnidad de sede episcopal. El debate pol¨ªtico socialista, inaudible en medio de su vocer¨ªo subterr¨¢neo, podr¨ªa haber subrayado sus diferencias con los populares, teniendo a la vista las elecciones andaluzas, pero s¨®lo tras a?os en el poder y al final del congreso que ha elegido a Rubalcaba, ha descubierto por fin el PSOE, adem¨¢s de las mentiras del PP una vez m¨¢s, el poder de los poderes financieros y del Estado Vaticano. En el mismo congreso, para rendir cuentas de sus a?os gloriosos, el antiguo presidente Zapatero ha vuelto a alegar la salvaci¨®n de Espa?a como justificaci¨®n de los recortes en gastos sociales. Antes se anticipaba a los argumentos del PP y ahora los comparte. La despolitizaci¨®n de la pol¨ªtica apela siempre a la autoridad hipn¨®tica, impasible e inevitable de la ciencia econ¨®mica y los t¨¦cnicos financieros.
Pero quiz¨¢ entronizar a Rubalcaba no haya sido ni sea el ¨²nico objetivo de los principales rubalcabianos andaluces, que parecen querer d¨¦bil y derrocado a Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, todav¨ªa presidente de la Junta. Los ritos y ceremonias del congreso en el Hotel Renacimiento, con el viejo aparato del socialismo andaluz reactiv¨¢ndose para desactivar a Gri?¨¢n incluso en el tiempo de recuento de votos, hacen presentir que las tensiones del congreso no acabar¨¢n con el congreso, sino que continuar¨¢n como en esas pesadillas de videojuego en las que los h¨¦roes huyen para, al final de una multitud de peripecias angustiosas, volver al mismo sitio del que escapaban y del que cre¨ªan haber escapado.
Es dif¨ªcil que se disuelvan en la emoci¨®n de los v¨ªtores congresuales a Rubalcaba la tirantez, la ansiedad, el suspense y las hostilidades entre dinosaurios del aparato acostumbrados a dar siempre el ¨²ltimo zarpazo. Pero, por lo menos, los espectadores esperan ahora que se produzca por fin la milagrosa aparici¨®n de la oposici¨®n en la pol¨ªtica espa?ola. A lo largo de los setenta primeros d¨ªas del PP triunfal, el PSOE ha puesto mucho menos entusiasmo en combatir las decisiones del adversario que en romperse solo. Habr¨¢ que ver si, preparando sus candidaturas, los socialistas andaluces son capaces de deshacer los nudos que se han ido echando a s¨ª mismos.
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