Roky Sierra, el 'poliflauta'
Javier Roca Sierra, el polic¨ªa sancionado con cinco d¨ªas de suspensi¨®n por sumarse al 15-M, se reincorpora al trabajo sin renunciar a sus ideas
El 23 de julio del a?o pasado un grandull¨®n con polo de rayas, vaqueros, cabeza rapada, espesa perilla y gafas para leer se acerc¨® nervioso a un improvisado estrado en la Puerta del Sol para pronunciar un discurso ante miles de personas: "Este es un mensaje personal, hablo en mi nombre y solo en mi nombre. Me llamo Javier Roca Sierra... Soy polic¨ªa, de Madrid... Yo y muchos de mis compa?eros tambi¨¦n somos indignados y os apoyamos".
La gente sentada en el suelo empez¨® a aplaudir. Hab¨ªan acudido hasta all¨ª desde distintos puntos del mapa tras varios d¨ªas de caminata para revivir el esp¨ªritu de las manifestaciones del 15 de mayo y manifestar su indignaci¨®n contra un sistema que cre¨ªan cada vez m¨¢s alejado de la democracia. Las llamadas "marchas indignadas" hab¨ªan sido recibidas con abrazos a su llegada a Madrid. Javier Roca, de 47 a?os y conocido como Roky por los compa?eros de la profesi¨®n, es un tipo de car¨¢cter emocional y aficionado al monta?ismo. Aquellas muestras de afecto a los agotados manifestantes le dieron la energ¨ªa para tomar el micr¨®fono y lanzar su mensaje. En principio, el tono de su discurso no era muy distinto al de otros o¨ªdos en la plaza: palabras de solidaridad, necesidad de cambio, un mundo m¨¢s digno que dejar a los hijos y la reivindicaci¨®n de la palabra respeto. Pero en cuanto Roca dijo ser polic¨ªa, un polic¨ªa "indignado" que se dirig¨ªa tambi¨¦n a sus compa?eros de profesi¨®n, la gente empez¨® a pedir a todo el gremio que se sumara al movimiento: "?Polic¨ªa, ¨²nete!, ?polic¨ªa, ¨²nete!". "No me grit¨¦is mucho que igual me la juego", contest¨® Roca como si viera lo que se le ven¨ªa encima.
En septiembre, Roca comparec¨ªa en las dependencias de Gesti¨®n Disciplinaria del Ayuntamiento de Madrid para entregar su placa y su pistola. La repercusi¨®n de sus palabras en los foros del movimiento hab¨ªa sido tal que los mandos esperaban que pod¨ªa haber problemas si se presentaban manifestantes a la entrega de placa. Montaron un dispositivo de seguridad con polic¨ªas antidisturbios. Solo fue ¨¦l, su mujer y un compa?ero. Le cayeron cinco d¨ªas de suspensi¨®n por "abuso de atribuciones", seg¨²n el art¨ªculo 8h de la Ley Org¨¢nica 4/2010, el mismo r¨¦gimen disciplinario que se impone al Cuerpo Nacional de Polic¨ªa.
El mi¨¦rcoles pasado, en un caf¨¦ del centro, Roca repasaba todos estos meses y se preguntaba por qu¨¦ le hab¨ªan sancionado. "Creo que volver¨ªa a hacer lo mismo. No he hecho nada malo. Lo que dije lo dije porque lo siento as¨ª. Estamos en unos momentos muy dif¨ªciles y es necesario que todos nos expresemos con libertad y digamos lo que pensamos para cambiar las cosas".
En sus casi 25 a?os en la Polic¨ªa Municipal, Javier Roca no ha acumulado ni una sola mancha en su expediente. ?l se define como una persona que siempre ha entendido la vida como "una oportunidad para aportar algo a los dem¨¢s". Cuando era joven, antes de ser poli, ¨¦l y algunos familiares y amigos del barrio obrero de Usera crearon una asociaci¨®n llamada Albanta que pretend¨ªa prevenir la drogadicci¨®n. "Eran los ochenta, los a?os duros de la droga. Muchos adolescentes ca¨ªan en la hero¨ªna y nosotros trat¨¢bamos de impedirlo organizando actividades y salidas a la monta?a", explica Roca. Entonces se plante¨® dedicar su vida a hacer algo por los dem¨¢s. "Cualquier cosa me val¨ªa: enfermero, bombero... Pero no pod¨ªa ver la sangre y para bombero hab¨ªa que correr mucho. As¨ª que me hice poli".
La profesi¨®n se convirti¨® pronto en una manera de saciar sus ganas de trabajar para la comunidad. Se lo tom¨® como el lugar perfecto para diagnosticar los problemas de la ciudad. Se convirti¨® en un polic¨ªa de barrio. Patrull¨® cinco a?os por el centro de Madrid lidiando con toxic¨®manos, inmigrantes y prostitutas. Sol¨ªa ir antes a su puesto de trabajo para llevarles mantas y comida. Tras varios destinos en Madrid, Roca descubri¨® un nuevo inter¨¦s. Se hizo instructor de tiro, el puesto que desempe?a actualmente en el Centro Integral de Formaci¨®n de Seguridad y Emergencias (CIFSE). Quienes han sido alumnos suyos en la academia resaltan su pasi¨®n por la ense?anza.
Polis de barrio
"Cuando empec¨¦ a dar clases me plante¨¦ qu¨¦ es lo que pod¨ªa hacer yo para mejorarlas. Le¨ª mucho, estudi¨¦ con los mejores profesores y trat¨¦ de aportar m¨¢s cosas. Me obsesionaban las situaciones de estr¨¦s que pasamos cuando tenemos que usar el arma, qu¨¦ es lo que le pasa al cuerpo humano cuando hay que agarrar la pistola en una situaci¨®n determinada. As¨ª que profundizamos en eso y tratamos de crear esas situaciones en la academia".
La primera experiencia de Roca con el movimiento de los indignados fue en los d¨ªas posteriores al 15 de mayo. Se acerc¨® por curiosidad, con ciertas reservas hacia lo que estaba ocurriendo. Convers¨® con algunos de los que estaban all¨ª, asisti¨® a asambleas y empez¨® a comulgar con lo que dec¨ªan. "La crisis que estamos viviendo es brutal, pero no es solo econ¨®mica. Me he preguntado muchas veces qu¨¦ es lo que les voy a dejar a mis dos hijos. No ser¨¢ una hipoteca, no ser¨¢ dinero... Ten¨ªa sensaci¨®n de impotencia por no poderles dejar nada. El 15-M me hizo ver que est¨¢bamos ciegos. Ahora s¨¦ que lo ¨²nico que les puedo dejar es una educaci¨®n basada en que no vivan de espaldas a la realidad. No quiero que crezcan sin saber que hay gente en otros pa¨ªses que no tienen lo b¨¢sico. Creo que se vive m¨¢s tranquilo cuando eres capaz de desprenderte de lo que realmente sobra".
El polic¨ªa cumpli¨® ayer su quinto d¨ªa de suspensi¨®n. Ha vivido la sanci¨®n con estr¨¦s y mucha preocupaci¨®n por c¨®mo ser¨¢ la vuelta y por si sus declaraciones a los medios le pueden traer m¨¢s problemas. Las cosas no le van demasiado bien. Su mujer est¨¢ en paro y la sanci¨®n que le han impuesto le va a impedir cobrar una paga extra que se concede a los que llevan 25 a?os en el cuerpo. "Pero no me arrepiento. Es que no dije nada en contra de la polic¨ªa ni de mis compa?eros". Sabe que a algunos no les gust¨® su intervenci¨®n. "Respeto su opini¨®n. Algunos me han llamado poliflauta. Bueno, no me importa que usen ese t¨¦rmino. ?Por qu¨¦ no? A m¨ª me gusta tocar la guitarra con mi familia. Me gusta Joaqu¨ªn Sabina y en casa armamos buenas juergas todos juntos".
Para sus compa?eros del sindicato, Roca es un ejemplo de buen polic¨ªa. Hablan con cierta nostalgia de los polis de barrio que conocen a las personas, de los agentes que se patean las calles y que pueden solucionar algunos conflictos antes de que ocurra algo m¨¢s grave. Reivindican esa imagen y critican que los polic¨ªas locales se est¨¦n convirtiendo en antidisturbios.
Javier Roca Sierra
- Naci¨® hace 47 a?os. Es de una familia humilde del barrio obrero de Usera. Le gusta el monta?ismo y tocar la guitarra con sus familiares. Canciones de Sabina.
- En su discurso en la Puerta del Sol, el pasado 23 de julio, se declar¨® indignado ante miles de personas. Sus palabras fueron reproducidas por muchos simpatizantes en las redes sociales.
- La sanci¨®n de cinco d¨ªas de suspensi¨®n le impedir¨¢ cobrar la paga extra que se les concede a los polic¨ªas que llevan 25 a?os en el cuerpo. Hasta ahora nunca hab¨ªa sido sancionado. A partir de hoy podr¨¢ incorporarse a su puesto de instructor de tiro en la academia de polic¨ªas.
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