Zapatero advierte de que "a¨²n no hemos tocado fondo" en la crisis
Pide "colaboraci¨®n nacional", pero no concreta el pacto, que s¨®lo Rajoy rechaza
"Tres millones doscientas siete mil novecientas personas". Desde el primer segundo de su discurso, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero abord¨® el gran problema que le debilita y que le llev¨® este martes al Congreso a escuchar las duras cr¨ªticas de todos los grupos parlamentarios, con la ¨²nica excepci¨®n de su partido.
La cifra de parados, pronunciada de forma pausada y dramatizada, repetida dos veces en una intervenci¨®n en la que se hac¨ªa muy dif¨ªcil reconocer al presidente del Gobierno optimista y esforzado en restar importancia a la crisis de otras tardes. "A¨²n no hemos tocado fondo" y "es arriesgado predecir con precisi¨®n cu¨¢ndo empezaremos a ver la luz al final del t¨²nel", dijo Zapatero para remachar la impresi¨®n de que ya no se molesta en encubrir que el panorama es negro, incluso en sus palabras. Sin matices. Tan negro que esta vez pidi¨®, de salida, "cooperaci¨®n nacional" o la "conjunci¨®n de esfuerzos de las diversas fuerzas sociales y politicas. Porque todo es poco para afrontar el combate que hemos de librar contra la destrucci¨®n del empleo en Espa?a".
Todos los portavoces, tras lanzar la avalancha de reproches,"desahogos", seg¨²n Zapatero, hacer decenas de propuestas concretas y pedir un cambio de estrategia, le cogieron la palabra y se apuntaron a la posibilidad del pacto de Estado frente a la crisis. Con distintas f¨®rmulas, que van desde una especie de Pacto de La Moncloa, que viene defendiendo Josep Antoni Duran Lleida (CiU), al Observatorio de la Crisis que propone Josu Erkoreka (PNV) o la comisi¨®n parlamentaria de ERC e Izquierda Unida. "D¨¦jese ayudar. A usted le basta el di¨¢logo social para asegurarse la paz social y evitar una huelga general. Promueva un pacto para sumar esfuerzos y repartir sacrificios", le dijo Joan Ridao (ERC).
S¨®lo Mariano Rajoy se desmarc¨® de los prop¨®sitos de pacto con condiciones imposibles que sonaron a un no rotundo al acuerdo: que cambie su pol¨ªtica econ¨®mica. "Ayuda ?para qu¨¦? Lo que nos pide usted es la complicidad con una pol¨ªtica que ha acreditado sus ruinosas consecuencias. Si decide llevar a cabo una pol¨ªtica responsable, estar¨ªamos dispuestos a respaldarle", dijo el l¨ªder del PP. "Yo no le servir¨¦ de coartada", resumi¨®.
El supuesto pacto qued¨® s¨®lo en buenas intenciones, porque el presidente en la r¨¦plica se limit¨® a repetir su voluntad de "cooperaci¨®n, di¨¢logo y acuerdo" y de "intensificar el di¨¢logo pol¨ªtico". Pero no fue m¨¢s all¨¢, ni concret¨® ninguna f¨®rmula para iniciar el camino hacia ese pacto.
S¨®lo al final, Zapatero se permiti¨® expresiones dirigidas a lanzar mensajes de confianza. Antes enumer¨® las medidas que ha ido adoptando el Gobierno y s¨®lo incluy¨® dos novedades para el futuro: los 1.500 millones de reducci¨®n de gasto y el di¨¢logo social para avanzar en "medidas de car¨¢cter coyuntural destinadas a mejorar la protecci¨®n por desempleo y a incentivar la contrataci¨®n y fomentar el mantenimiento del empleo".
No reprodujo ni uno de los reproches a los bancos que hace en sus m¨ªtines. S¨®lo habl¨® tibiamente de "cr¨¦dito yugulado" en el inicio de la crisis y no apunt¨® ni un reproche a las entidades financieras por la falta de liquidez.
Enfrente tuvo a un Rajoy que intent¨® apartar los problemas que le debilitan y atenazan estos d¨ªas y se lanz¨® a deg¨¹ello contra el jefe del Ejecutivo. Necesitado de cari?o, fue interrumpido en varias ocasiones con aplausos y ovacionado por sus diputados puestos en pie, ansiosos de olvidar lo que tienen encima. Tampoco se atrevi¨® a pedir la dimisi¨®n de Pedro Solbes, que s¨ª exige en los m¨ªtines.
Y en la interminable r¨¦plica, Zapatero no pudo vencer la tentaci¨®n de utilizar contra Rajoy, siquiera veladamente, los esc¨¢ndalos que deshilachan al PP: "Comprendo que venga usted agitado, pero no la pague conmigo". Fue muy celebrado por los suyos.
El argumento m¨¢s repetido por Rajoy fue que el Gobierno no s¨®lo no es la soluci¨®n, sino que es el problema: "usted apaga el incendio con gasolina". Descalific¨® todas las medidas adoptadas por el Gobierno como, por ejemplo, el plan de inversiones locales para exigirle que lo transforme en ayudas para que los ayuntamientos paguen y "dejen de arruinar a peque?os empresarios".
En su discurso escrito improvis¨® con eficacia para demostrar que la ¨²nica medida anunciada ayer por Zapatero, la reducci¨®n de 1.500 millones en gastos no financieros, coincide con la enmienda 280 del PP a los Presupuestos del Estado. El documento repartido por el PP confirma que la cifra exacta de recorte que propuso hace tres meses era de 1.570 millones. Hasta Zapatero admiti¨® luego la coincidencia.
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