Toyota atribuye los fallos en sus coches a "un error del conductor"
El caso contra la compa?¨ªa japonesa da un giro y puede poner en duda la estrategia seguida por el Departamento de Transporte en EE UU
El caso Toyota est¨¢ a punto de dar un giro radical, hasta el punto, que puede poner en duda la estrategia seguida por el Departamento de Transporte en EE UU para exigir responsabilidades al fabricante japon¨¦s por el fallo t¨¦cnico en el acelerador de sus coches. Tras analizar los datos aportados por la compa?¨ªa de varios accidentes, se llega a la conclusi¨®n preliminar de que hubo casos en los que los conductores pisaron el acelerador cuando quer¨ªan frenar.
La informaci¨®n forma parte de la investigaci¨®n en curso en el marco de la llamada a revisi¨®n masiva el pasado noviembre de sus veh¨ªculos, y acaba de ser desvelada por The Wall Street Journal.
Toyota no ha tardado en aprovechar esa venta para saltar a escena y confirmar, tras analizar 2.000 casos de aceleraci¨®n no intencionada, que no hay problema electr¨®nico alguno en su sistema. Y atribuye buena parte de los casos a "un error del conductor".
Los reguladores del sector del transporte en EE UU no dicen nada, y las conclusiones definitivas tardar¨¢n a¨²n meses en conocerse. S¨®lo dejan claro que esto no exonera a Toyota de los problemas t¨¦cnicos detectados desde el pasado verano, como las moquetas que atrapaban el acelerador o el fallo en el dise?o de los pedales, y que pusieron en duda la calidad y la seguridad de los veh¨ªculos que comercializa Toyota. Se habla de 93 muertes en 75 accidentes relacionados con este problema de aceleraci¨®n involuntaria desde 2000.
Toyota se vio forzada a llamar a 8,5 millones de veh¨ªculos a revisi¨®n en todo el mundo y lanzar un profundo cambio en la estructura de supervisi¨®n y control de calidad de sus coches. Sin dejar de mencionar la intensa campa?a para recomponer su imagen de perfecci¨®n.
No hay un mes que Toyota no anunci¨¦ una revisi¨®n. Para salir de esta espiral, y ganarse la confianza de los conductores, la direcci¨®n en Tokio acaba de decidir ampliar en unas cuatro semanas el tiempo que dedica a desarrollar los nuevos modelos que saca al mercado y depender¨¢ de cada vez menos ingenieros externos para as¨ª tener un mejor control de la calidad. En la actualidad necesita unos 24 meses de media para completar el proceso.
Akio Toyada, nieto del fundador de la marca japonesa, admiti¨® en febrero ante el Congreso de EE UU que la prisa por crecer r¨¢pido provoc¨® que se "confundieran" prioridades. En ese momento dej¨® claro, sin embargo, que no hab¨ªa indicaci¨®n alguna que apuntara que la electr¨®nica estuviera en el origen de las anomal¨ªas en algunos de sus modelos m¨¢s populares. Errores tambi¨¦n en el sistema de supervisi¨®n de la seguridad en la industria automovil¨ªstica, como qued¨® claro en aquel inusual careo con los legisladores. El secretario de Transporte, Hay LaHood, defendi¨® entonces el trabajo de su departamento. El problema es que no dispone de los recursos humanos y t¨¦cnicos, ni la autoridad, para lidiar con coches cada vez m¨¢s sofisticados.
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