Espa?a 2012
Las pol¨ªticas del Gobierno actual en modo alguno facilitar¨¢n el crecimiento y la reducci¨®n del paro
Este a?o, la econom¨ªa mundial crecer¨¢ menos que el pasado. La temida recesi¨®n (al menos dos trimestres consecutivos de contracci¨®n del ritmo de crecimiento del PIB) es muy probable que emerja en el conjunto de la eurozona. En la econom¨ªa espa?ola, ese cuadro ser¨¢ m¨¢s adverso: mantendr¨¢ la tasa de paro en niveles hist¨®ricamente elevados y un sistema bancario distante de su normal funcionamiento. En ausencia de un cambio en la orientaci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica de las principales econom¨ªas con las que compartimos moneda, el margen de maniobra del nuevo Gobierno para frenar el deterioro a corto plazo es pr¨¢cticamente inexistente. No son escasas, sin embargo, las probabilidades de que las recientes decisiones de ajuste fiscal frenen a¨²n m¨¢s el crecimiento, sin que mejore la solvencia p¨²blica y privada de forma inmediata. Lo que sigue son las principales piezas en las que se fundamentan esas conclusiones.
1. Entorno global deprimido. La revisi¨®n del crecimiento de la econom¨ªa mundial en este a?o hasta una tasa inferior al 4% es en gran medida atribuida a las peores expectativas que ofrecen las econom¨ªas de la eurozona. La persistente inestabilidad en los mercados de deuda soberana y la precariedad en sus sistemas bancarios se sobreponen a esa otra v¨ªa de contagio real, ya expl¨ªcita, que es una demanda contra¨ªda.
La reacci¨®n de la econom¨ªa estadounidense a las pol¨ªticas de est¨ªmulo no ser¨¢ suficiente para compensar el impacto sobre la econom¨ªa global de la debilidad europea. Aun cuando la actitud de las autoridades americanas, en particular de la Reserva Federal, siga siendo propiciadora del crecimiento, la variaci¨®n del PIB no superar¨¢ el 2% en este a?o. Tampoco Jap¨®n crecer¨¢ por encima de esa tasa, a pesar de las inversiones tendentes a paliar los efectos del terremoto del pasado marzo.
La desaceleraci¨®n es ya un hecho en el bloque de las m¨¢s din¨¢micas econom¨ªas emergentes, que hab¨ªan contribuido de forma tan significativa a la tracci¨®n de la econom¨ªa mundial hasta bien entrada la crisis. Ese conjunto registrar¨¢ el peor ritmo de crecimiento de los ¨²ltimos 10 a?os, no superior al 5%. China, la segunda econom¨ªa m¨¢s importante del mundo, trata de digerir sus particulares excesos, y en el supuesto de que consiga hacerlo de forma no traum¨¢tica, su expansi¨®n media en este a?o no es probable que supere el 8%. Esta desaceleraci¨®n arrastrar¨¢ a otras econom¨ªas asi¨¢ticas y latinoamericanas, en gran medida dependientes de las exportaciones de materias primas.
Se han reducido las probabilidades de fragmentaci¨®n descontrolada de la zona monetaria, pero la situaci¨®n con la que se ha iniciado el a?o est¨¢ cercana a la normalidad
2. Riesgos persistentes en la eurozona. Aun cuando sigamos asumiendo que los escenarios m¨¢s dram¨¢ticos desaparecieron de la escena europea tras las decisiones adoptadas por el BCE en las v¨ªsperas del Consejo Europeo del pasado 9 de diciembre, la vulnerabilidad no ha desaparecido. Se han reducido las probabilidades de fragmentaci¨®n descontrolada de la zona monetaria, pero en modo alguno la situaci¨®n con la que se ha iniciado el a?o est¨¢ cercana a la normalidad. Los mercados de deuda soberana mantienen primas de riesgo intimidatorias, especialmente cuando se verifica que son m¨¢s de 475.000 millones de euros los que vencen en el primer trimestre de este a?o. Los mercados mayoristas donde se financian los bancos siguen pr¨¢cticamente cerrados, y la erosi¨®n de la solvencia de esas entidades est¨¢ lejos de haber concluido.
Las pol¨ªticas presupuestarias de todos los Gobiernos, lejos de paliar esas tensiones, las acent¨²an al seguir manteniendo una gen¨¦rica orientaci¨®n proc¨ªclica cuyos resultados adversos ya son suficientemente expl¨ªcitos en las econom¨ªas m¨¢s expuestas a la crisis de la deuda. Dif¨ªcil contexto no solo para fortalecer la competitividad de las m¨¢s endeudadas externamente, sino para eludir la recesi¨®n del conjunto de la eurozona. El desempleo seguir¨¢ en m¨¢ximos en el conjunto del ¨¢rea, a pesar de la parad¨®jica excepci¨®n de Alemania, que mantiene la tasa de paro m¨¢s baja de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
Las pol¨ªticas adoptadas por el Gobierno actual son el reflejo de las exigencias alemanas y de las supuestas preferencias de los inversores en bonos
Caben ya pocas dudas acerca de la necesidad de alterar esa simult¨¢nea orientaci¨®n depresiva de las pol¨ªticas econ¨®micas. Incluso quienes hasta hace poco defend¨ªan los efectos expansivos de la supuesta confianza a la que pod¨ªa conducir esa austeridad mal entendida, convienen, cuando menos, en compatibilizarlas temporalmente con est¨ªmulos a la demanda. Ese cambio de rumbo deber¨ªa concretarse de forma urgente en aquellas econom¨ªas menos endeudadas, menos expuestas al severo escrutinio de los mercados de bonos. De no ser as¨ª, una de las econom¨ªas que en mayor medida sufrir¨¢ las consecuencias es la espa?ola.
3. Prolongada recesi¨®n espa?ola. Aunque pendiente de verificar oficialmente, nuestra econom¨ªa ha despedido el a?o con una contracci¨®n del crecimiento en los ¨²ltimos tres meses que seguir¨¢, al menos, en el trimestre en curso. La mayor¨ªa de las previsiones sit¨²an la tasa de variaci¨®n negativa del PIB en el conjunto de 2012 por encima del 1%. Las dos m¨¢s importantes restricciones al crecimiento, la reducci¨®n del cr¨¦dito y las pol¨ªticas de ajuste presupuestario, son suficientemente importantes como para que, aun en presencia de cierto dinamismo de la demanda exterior, nuestra econom¨ªa tenga serias dificultades para crecer. Pero es que, como hemos visto en los apartados anteriores, esa demanda de nuestros socios comerciales, incluida la de turismo, ser¨¢ significativamente inferior a la de 2011, cuando la econom¨ªa espa?ola creci¨® en torno al 0,7%.
La inquietud generada por las dificultades para reducir el desempleo no solo est¨¢ justificada por la losa que supone sobre la recuperaci¨®n de la demanda agregada, sino por su creciente componente estructural. La erosi¨®n de las capacidades de ese amplio contingente de poblaci¨®n desempleada o subempleada constituye unos de los elementos reductores del propio potencial de crecimiento de la econom¨ªa, adem¨¢s del m¨¢s influyente en la desconfianza con que todos los agentes econ¨®micos contemplan el futuro inmediato.
Nuestra econom¨ªa ha despedido el a?o con una contracci¨®n del crecimiento en los ¨²ltimos tres meses que seguir¨¢
Tampoco podr¨¢n pasarse por alto los efectos sobre la desigualdad del elevado y persistente desempleo. Los datos que difundi¨® hace unas semanas la OCDE, referidos a 2008, dejaban constancia de una muy desigual distribuci¨®n de los r¨¦ditos de una de las fases expansivas m¨¢s dilatadas de la econom¨ªa espa?ola, en gran medida coincidente con la presencia en el euro. Las consecuencias de la crisis sobre la cohesi¨®n social y la propia estabilidad pol¨ªtica no ser¨¢n menores si esta se prolonga.
Las pol¨ªticas adoptadas por el Gobierno actual, en cierta medida continuidad de las definidas en mayo de 2010, son el reflejo de las exigencias alemanas y de las supuestas preferencias de los inversores en bonos. Pero en modo alguno facilitar¨¢n el crecimiento y la reducci¨®n del desempleo y, por tanto, tampoco favorecer¨¢n el saneamiento de las finanzas p¨²blicas a corto plazo. Ese tipo de austeridad no es precisamente expansiva: la confianza de los inversores no se refuerza si no existe crecimiento, generaci¨®n de rentas con las que pagar las deudas. Si nuestros principales socios comerciales no estimulan su demanda, no se frenar¨¢ la espiral de estancamiento y deterioro adicional de las finanzas p¨²blicas y privadas. Y ese no es el mejor caldo de cultivo para avanzar en la necesaria estabilizaci¨®n del sistema bancario, aun cuando se cierre pronto esa nueva fase de restructuraci¨®n en la que tambi¨¦n se ha empe?ado el Gobierno en este semestre. Conviene asumir, por tanto, que 2012 ser¨¢ un a?o de compleja gesti¨®n y pobres resultados en una econom¨ªa que, en mayor medida que en a?os anteriores, revelar¨¢ su gran dependencia de Europa.
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