La austeridad mal entendida
Contraer la inversi¨®n p¨²blica simult¨¢neamente en todos los pa¨ªses de la eurozona es un error
Austeridad es uno de los vocablos m¨¢s invocados en las discusiones de pol¨ªtica econ¨®mica, en especial desde el inicio de la crisis de la deuda p¨²blica en la eurozona. Es en gran medida representativo de la imprecisi¨®n, cuando no la manifiesta equivocidad, que el lenguaje com¨²n sufre cuando en ocasiones se lo apropia una ret¨®rica econ¨®mica de conveniencia, excesivamente ideologizada.
De las dos acepciones que ofrece la Real Academia Espa?ola (RAE) del t¨¦rmino austeridad, la primera se refiere a la calidad de austero: a la sencillez y a la sobriedad. Se hace dif¨ªcil cuestionar la traslaci¨®n de rasgos tales a la conducci¨®n de los asuntos econ¨®micos, p¨²blicos y privados. Pero una cosa es renunciar a lo superfluo, que es lo que aconseja la sobriedad, y otra hacerlo con lo esencial: con aquellas inversiones cuyo sacrificio puede hipotecar el crecimiento econ¨®mico futuro y las condiciones de vida de la poblaci¨®n. Los costes de esa renuncia son mayores cuando las amenazas recesivas son tan expl¨ªcitas como las que pesan sobre la eurozona. Prescindir de la capacidad de las instituciones econ¨®micas y de los Gobiernos para evitar males peores, en t¨¦rminos de contracci¨®n del crecimiento y aumento del desempleo, puede constituir un costoso error de pol¨ªtica econ¨®mica.
Es la segunda acepci¨®n que nos ofrece la RAE -"mortificaci¨®n de los sentidos y pasiones"- la que refleja en mayor medida lo que est¨¢n consiguiendo las pol¨ªticas econ¨®micas restrictivas de los Gobiernos y autoridades europeas. Esos sacrificios excepcionales no est¨¢n obteniendo las compensaciones prometidas. No se ha fortalecido la confianza de los agentes econ¨®micos, y las cotizaciones de los bonos p¨²blicos y de las acciones sufren una volatilidad sin precedentes. Los mercados financieros parecen ser ahora muy sensibles a las posibilidades de crecimiento econ¨®mico y, en ¨²ltima instancia, a la capacidad pol¨ªtica para responder de forma conjunta a las amenazas que pesan sobre la viabilidad de la eurozona.
Las apelaciones a la austeridad pretenden restaurar la calma previa al rescate de Grecia
En el lenguaje actual de la pol¨ªtica econ¨®mica, austeridad significa consolidaci¨®n fiscal: reducci¨®n de gasto p¨²blico de todo tipo e incremento de impuestos. En el contexto de la crisis de la deuda soberana de la eurozona, las apelaciones a la austeridad est¨¢n prioritariamente orientadas a conseguir el favor de los mercados, a restaurar la calma previa al rescate de Grecia. Hace apenas dos meses, el ministro de finanzas alem¨¢n, en un art¨ªculo de expresivo t¨ªtulo (Why Austerity is the Only Cure for the Eurozone, Financial Times, 5 de septiembre) segu¨ªa insistiendo en esas pol¨ªticas fiscales proc¨ªclicas. Con ellas se frena la recuperaci¨®n econ¨®mica, contrariamente a lo que defend¨ªan las tesis de la austeridad expansiva.
Sujeta a condiciones no poco limitativas, la proposici¨®n fundamental de ese enfoque de enunciado aparentemente contradictorio nos dice que las decisiones restrictivas sobre las finanzas p¨²blicas pueden llegar a generar confianza suficiente en los agentes como para propiciar la recuperaci¨®n del crecimiento econ¨®mico. Esa defensa de las consolidaciones fiscales expansivas tiene en los trabajos del profesor de Harvard Alberto Alesina sus exponentes m¨¢s representativos. El realizado con Silvia Ardagna (Large Changes in Fiscal Policy: Taxes Versus Spending, NBER, octubre 2009) ha llegado a considerarse una suerte de desautorizaci¨®n de los planteamientos m¨¢s genuinamente keynesianos.
El respaldo emp¨ªrico, sin embargo, no parece suficiente. De hecho, un trabajo reciente de un autor hasta ahora considerado defensor de recortes significativos en el gasto p¨²blico, Roberto Perotti (Austerity Myth: Gain Witout Pain?, junio 2011), matiza conclusiones de trabajos anteriores, incluido alguno suyo con el propio Alesina. Admite la pertinencia de algunas de las cr¨ªticas metodol¨®gicas a esos estudios que defienden el potencial expansivo de la austeridad. Las m¨¢s relevantes de esas objeciones las aporta el departamento de investigaci¨®n del FMI, dirigido por el profesor del MIT Olivier Blanchard.
En el conjunto de la eurozona ser¨ªan compatibles decisiones inmediatas de est¨ªmulo con la credibilidad de los prop¨®sitos de saneamiento de las finanzas p¨²blicas a medio plazo
Desde la base de muy respetables documentos de investigaci¨®n, algunos comentados en este mismo suplemento (Revisionismo macroecon¨®mico, 28 de febrero de 2010), el FMI ha formulado sus recomendaciones de pol¨ªtica econ¨®mica de forma expl¨ªcita. En el informe de perspectivas econ¨®micas del pasado a?o (WEO, octubre 2010, cap¨ªtulo 3) dejaba lugar a pocas dudas acerca de los peligros derivados de la aplicaci¨®n en los momentos actuales de decisiones de consolidaci¨®n fiscal. En su ¨²ltimo informe sobre Europa (Europe Navigating Stormy Waters, octubre 2011) se advierte de que "los objetivos de d¨¦ficit nominal no deben conseguirse a expensas de correr el riesgo de una contracci¨®n generalizada de la actividad econ¨®mica". La significaci¨®n de esas prescripciones es tanto m¨¢s significativa cuanto m¨¢s contrasta con la tradici¨®n de la instituci¨®n: sus iniciales en ingl¨¦s, IMF, refer¨ªan ir¨®nicamente a ese It's Mostly Fiscal consecuente con la obsesi¨®n del pasado por aplicar terapias de consolidaci¨®n fiscal con bastante independencia de la naturaleza de la crisis.
La evidencia acerca del potencial expansivo de la inversi¨®n p¨²blica, neutralizador de las peores consecuencias de una recesi¨®n, se ha visto ampliada por diversos trabajos. Uno de ellos, resumido en VoxEu (Almunia, Miguel, Agust¨ªn S. B¨¦n¨¦trix, Barry Eichengreen, Kevin H. O'Rourke, Gisela Rua, The effectiveness of fiscal and monetary stimulus in depressions, VoxEU.org, 18 noviembre de 2009), analiza hist¨®ricamente los efectos de est¨ªmulos en entornos caracterizados por la existencia de tipos de inter¨¦s pr¨®ximos a cero, sistemas bancarios disfuncionales y elevada aversi¨®n al riesgo. La conclusi¨®n es que la pol¨ªtica fiscal es efectiva.
Esa efectividad del activismo fiscal durante una recesi¨®n ha encontrado evidencia m¨¢s reciente en la investigaci¨®n de Alan J. Auerbach y Y. Gorodnichenko (Fiscal Multipliers in Recession and Expansion, NBER, septiembre de 2011), que confirma el valor significativo de los multiplicadores del PIB del gasto p¨²blico en fases recesivas. Se concluye tambi¨¦n que los efectos potencialmente adversos de esos est¨ªmulos fiscales, tales como el aumento de la inflaci¨®n, son mucho menos probables en esas circunstancias. Contribuciones adicionales como las de Paul de Grauwe -adem¨¢s de respetado acad¨¦mico, parlamentario liberal belga durante diez a?os- tambi¨¦n aconsejan no atrincherarse en posiciones fundamentalistas en relaci¨®n con las finanzas p¨²blicas en circunstancias tan excepcionales como las actuales.
Recapitulemos. La sobriedad, la eliminaci¨®n de lo superfluo, siempre ha de ser bienvenida. Su ejercicio en todas las organizaciones, privadas o p¨²blicas, es ejemplificador y sano. La austeridad mal entendida es aquella que obliga a soportar penalizaciones innecesarias. Es el caso de los procesos de consolidaci¨®n fiscal aplicados a econom¨ªas deprimidas de la eurozona. Sus efectos favorables sobre la confianza de los agentes econ¨®micos, incluidos los inversores de bonos, han quedado en entredicho. Contraer la inversi¨®n p¨²blica de forma indiscriminada y simult¨¢neamente en todos los pa¨ªses de la eurozona es un error, tanto mayor cuanto menor sea el crecimiento econ¨®mico, m¨¢s elevado el desempleo y reducido el stock de capital que fortalece la capacidad competitiva de las econom¨ªas.
Supuesta la capacidad y voluntad pol¨ªticas para adoptarlas, en el conjunto de la eurozona ser¨ªan compatibles decisiones inmediatas de est¨ªmulo con la credibilidad de los prop¨®sitos de saneamiento de las finanzas p¨²blicas a medio plazo. De no ser as¨ª, una nueva recesi¨®n, o la excesiva prolongaci¨®n del estancamiento, aumentar¨ªan el componente estructural del actual desempleo al tiempo que seguir¨ªa erosionando el crecimiento potencial de las econom¨ªas m¨¢s da?adas. La coexistencia de recesi¨®n con tensiones en los mercados de bonos p¨²blicos dotar¨ªa de virtualidad a escenarios radicales, como el asociado a la fragmentaci¨®n del euro. No hace falta decir que tampoco ser¨ªa el m¨¢s favorable para que cobren los inversores en bonos p¨²blicos: aquellos a los que la mal entendida austeridad trata de complacer.
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