Dos reglas fiscales diferentes
Para funcionar, la nueva regla fiscal europea debe tener como contrapartida una uni¨®n fiscal
Las reglas fiscales destinadas a la contenci¨®n del gasto p¨²blico o a un presupuesto equilibrado est¨¢n basadas en la experiencia de que algunos Gobiernos pueden llegar a tener comportamientos sub¨®ptimos desde el punto de vista del bienestar social general para conseguir objetivos electorales o pol¨ªticos a corto plazo a costa de los contribuyentes y la sociedad a largo plazo. El nuevo Tratado sobre el Pacto Fiscal aprobado hace unos d¨ªas por 25 de los 27 miembros de la UE introduce una regla fiscal que se ha dado en llamar regla de oro.
Sin embargo, esta regla de oro fiscal no deber¨ªa llamarse as¨ª, al no tener nada que ver con la ya conocida regla de oro que introdujo en Estados Unidos, en 1790, Alexander Hamilton, secretario del Tesoro, tras haber decidido que el Tesoro Federal asumir¨ªa todas las deudas de los Estados miembros de la Uni¨®n. A cambio de asumir su deuda, Hamilton impuso a los Estados una regla sencilla y eficaz, consistente en que solo pueden endeudarse para invertir y no para financiar su gasto corriente. Este ¨²ltimo tiene que ser financiado con sus propios impuestos.
Adem¨¢s, esta regla de oro incentiva a los Estados de la Uni¨®n a que inviertan todo lo que piden prestado en proyectos capaces de generar ingresos suficientes para pagar el coste anual de la deuda que han adquirido. Es decir, esta regla de oro permite que los Estados puedan tener d¨¦ficit siempre que haya sido invertido en su totalidad y, en general, no pueden tenerlo m¨¢s de dos a?os seguidos, salvo casos excepcionales. Si el Estado no consigue el retorno suficiente de su inversi¨®n para pagar su servicio de deuda, tendr¨¢ necesariamente que subir sus impuestos para pagarla.
Esta regla de oro interna impone, en definitiva, que el d¨¦ficit p¨²blico del periodo, o lo que es lo mismo, la necesidad de financiaci¨®n de dicho Estado, sea como m¨¢ximo igual a la inversi¨®n p¨²blica neta de dicho periodo, asegur¨¢ndose que dicho d¨¦ficit se ha invertido y no se ha consumido en salarios, bienes de consumo y servicios. Esta regla es sencilla y f¨¢cilmente medible.
La regla de oro permite que los Estados puedan tener d¨¦ficit siempre que haya sido invertido en su totalidad y, en general, no pueden tenerlo m¨¢s de dos a?os seguidos
Adem¨¢s de esta regla de oro interna existe otra regla de oro externa, complementaria de la anterior, no adoptada por EE UU, pero que podr¨ªa estudiarse para el ¨¢rea euro, que se aplica al saldo de la balanza de pagos por cuenta corriente, que iguala la diferencia entre el ahorro nacional y la inversi¨®n nacional. Si la inversi¨®n nacional supera el ahorro nacional en un periodo, el saldo de dicha balanza ser¨¢ deficitario y viceversa.
Esta regla de oro externa establece que el d¨¦ficit por cuenta corriente de la balanza de pagos debe de ser, como m¨¢ximo, igual a la entrada de inversi¨®n directa extranjera neta del periodo. De esta forma se asegura que el d¨¦ficit de ahorro nacional respecto a la inversi¨®n nacional se financiar¨¢ con recursos propios a largo plazo del extranjero que acude aut¨®nomamente con voluntad de permanencia. Ambas reglas de oro consiguen que ambos d¨¦ficits, interno y externo, se inviertan en su totalidad y de forma productiva.
La regla fiscal que se ha aprobado esta semana por los 25 Estados miembros de la Uni¨®n Europea no se conoce, salvo por una escueta nota de prensa. Por primera vez en la historia de la UE, 25 Estados miembros aprueban un tratado que no se ha hecho p¨²blico casi una semana despu¨¦s de aprobado.
Dicha regla obliga a que los presupuestos de los Estados miembros tengan que estar cada a?o en equilibrio o en super¨¢vit (estructural), pero que tambi¨¦n se da por cumplida si el d¨¦ficit estructural anual nunca supera el 0,5% del PIB a precios de mercado. Esta regla deber¨¢ ser incorporada, antes de un a?o, a sus constituciones o normas de rango similar para conseguir un presupuesto equilibrado. Adem¨¢s, si un Estado miembro supera el 60% de deuda en porcentaje del PIB tendr¨¢ que reducirla una veinteava parte cada a?o. El Tribunal Europeo de Justicia verificar¨¢ si se cumplen y podr¨¢ imponer multas de hasta el 0,1% del PIB que ser¨¢ pagada al Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM).
D¨¦ficit estructural significa que debe cumplirse ¡°a lo largo del ciclo¡±, lo que supone que los Estados miembros pueden tener d¨¦ficits en los a?os del ciclo con crecimiento negativo, pero que estos d¨¦ficits deben compensarse, necesariamente, con super¨¢vits en los a?os con crecimiento positivo.
Si ambos l¨ªmites dejan de cumplirse, habr¨¢ sanciones autom¨¢ticas que ser¨¢n propuestas por la Comisi¨®n Europea y aprobadas mediante un sistema de mayor¨ªa cualificada inversa. Es decir, en una mayor¨ªa cualificada normal una decisi¨®n queda adoptada si al menos re¨²ne 255 votos a su favor, pero la minor¨ªa de bloqueo se obtiene con solo 91 votos. Sin embargo, en decisiones por mayor¨ªa cualificada inversa el m¨ªnimo de votos necesarios para rechazar la propuesta de la comisi¨®n es de 255.
Esta regla fiscal plantea varios problemas. El primero es que es muy estricta, ya que el 0,5% del PIB nominal se entiende como un tope anual fijo, luego, en caso de una fuerte recesi¨®n, puede no ser suficiente para poder hacer una pol¨ªtica antic¨ªclica normal y la recesi¨®n empeorar¨¢.
El segundo es que es muy dif¨ªcil medirla, ya que hay que saber en qu¨¦ momento del ciclo se encuentra cada Estado miembro. Es f¨¢cil en un ciclo normal de los negocios, pero muy dif¨ªcil tras un choque de demanda o de oferta o por movimientos simult¨¢neos y comunes de variables econ¨®micas. Adem¨¢s, expansiones y contracciones pueden ser muy diferentes y sus desarrollos pueden ser no lineales. Por esa raz¨®n, se utilizan modelos muy complejos, din¨¢micos, factoriales y de cambios de r¨¦gimen discretos.
Para determinar la posici¨®n de cada Estado miembro en el ciclo es asimismo necesario calcular, en cada periodo, su crecimiento potencial y su crecimiento real, y su diferencial. Por ello, su c¨¢lculo no deber¨ªa ser realizado por la Comisi¨®n Europea, sino por el mejor y m¨¢s independiente centro de investigaci¨®n econ¨®mica de la UE, como ya hace, en Estados Unidos el National Bureau of Economic Research (NBER). La Comisi¨®n Europea, que publica ya esta informaci¨®n, suele equivocarse. Por ejemplo, en 2007 certificaba que Espa?a estaba creciendo a su tasa potencial.
El tercer problema, y el m¨¢s grave, es que esta regla fiscal, para que pueda funcionar, tiene necesariamente que tener como contrapartida una uni¨®n fiscal. En Estados Unidos el Estado federal solo aplic¨® su regla de oro a sus Estados miembros tras asumir toda su deuda, establecer sus propios impuestos federales y emitir bonos del Tesoro. Por el contrario, los 25 Estados de la Uni¨®n Europea que ya la han aprobado van a aplicarla sin que exista ninguna contrapartida real, sino una mera expectativa a medio o largo plazo de una incipiente uni¨®n fiscal todav¨ªa sin determinar.
Una regla fiscal tan compleja y estricta solo puede aplicarse si se cumplen dos condiciones. En primer lugar, si se crea simult¨¢neamente un Tesoro Europeo que se financia con impuestos y tasas europeas, que emite Eurobonos en los mercados y que realiza la pol¨ªtica de estabilizaci¨®n macroecon¨®mica y contrac¨ªclica para toda el ¨¢rea euro, suavizando el ciclo y ayudando a los Estados miembros que sufran choques asim¨¦tricos. En segundo lugar, si se dan poderes al BCE para que sea realmente un prestamista de ¨²ltima instancia. De no cumplirse ambas condiciones, el ¨¢rea euro sufrir¨¢ otra d¨¦cada m¨¢s de bajo crecimiento.
Guillermo de la Dehesa es presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR).
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