La gente que pagar¨¢ esta reforma laboral
?Qui¨¦n tiene raz¨®n? La reforma laboral, ?es ¡°agresiva¡±, como la calific¨® Luis de Guindos? ?O ¡°equilibrada¡±, como sostiene F¨¢tima B¨¢?ez?
?Qui¨¦n tiene raz¨®n? La reforma laboral, ?es ¡°agresiva¡±, como la calific¨® Luis de Guindos? ?O ¡°equilibrada¡±, como sostiene F¨¢tima B¨¢?ez?
Para aclararnos, veamos el coste. Porque lo que el Real Decreto Ley 3/2012 hace m¨¢s s¨²bitamente es cambiar el precio del despido y los salarios.
La indemnizaci¨®n por despido se rebajar¨¢, en el l¨ªmite, hasta en dos tercios largos. El trabajador despedido llegar¨¢ a cobrar menos de un tercio, un 28,5% de lo que percibe hoy; la empresa se ahorrar¨¢ un 71,5%. Hagamos n¨²meros para un empleado que gana 1.000 euros al mes, con antig¨¹edad de 28 a?os. Hoy, por despido improcedente ¡ªla v¨ªa m¨¢s usual de aligerar plantilla¡ª, cobrar¨ªa 45 d¨ªas por a?o trabajado, con un tope de 42 mensualidades: 42.000 euros. Ma?ana, ese mismo trabajador, recibir¨ªa por despido procedente ¡ªel formato candidato a usarse m¨¢s¡ª 20 d¨ªas por 28 mensualidades: ser¨ªan 18.666 euros, pero dado el tope de 12 mensualidades, percibir¨ªa 12.000 euros, un 28,5% de 42.000.
Atenci¨®n. No todas las indemnizaciones se reducir¨¢n ¡°a¡± ese porcentaje, sino que podr¨¢n reducirse ¡°hasta¡± ese porcentaje. Muchas se acercar¨¢n a ese m¨ªnimo. Porque la generalizaci¨®n del despido improcedente con indemnizaci¨®n de 33 d¨ªas, que ya es menos que los 45 d¨ªas actuales ceder¨¢ paso al uso masivo del despido procedente con compensaci¨®n de 20 d¨ªas.
?Por qu¨¦? Gracias a las nuevas ¡°causas¡± o ¡°razones¡± econ¨®micas (y otras) ¡°objetivas¡± extraordinariamente amplias (art¨ªculos 11, 12 y 14) para el despido procedente. Y a la supresi¨®n de la prescriptiva autorizaci¨®n de la autoridad laboral a los expedientes de regulaci¨®n, que sol¨ªa encarecer el despido, al aumentar los d¨ªas de c¨®mputo.
El coste del despido baja a un tercio. La factura recae solo en los de la n¨®mina
Tambi¨¦n bajar¨¢ el precio del trabajo, los salarios, lo que por vez primera se facilita, incluso sin negociaci¨®n. ?C¨®mo? Esas ¡°causas objetivas¡± ¡ªdel descenso en las ventas durante dos / tres trimestres a unos inconcretos cambios en los m¨¦todos de trabajo¡ª permitir¨¢n tocar la ¡°cuant¨ªa salarial¡±, se supone que a la baja. Es imposible calcular a cu¨¢nto ascender¨¢ la rebaja. Depender¨¢ de la prudencia empresarial y de la din¨¢mica patronal-sindical. Pero, apuesten: ser¨¢ notoria.
El texto se adorna de una certeza, que sus autores reconocen: al abaratarse y facilitarse el despido, el desempleo se disparar¨¢, a corto plazo.
Contiene una presunci¨®n: a medio plazo, el paro bajar¨ªa, pues los ajustes en cada empresa se har¨¢n m¨¢s por la cuant¨ªa del coste del factor trabajo (salarios) que por su cantidad (tama?o de la plantilla), lo que quiz¨¢ llegue a ocurrir si adem¨¢s despierta el flujo del cr¨¦dito y se sale de la recesi¨®n sureuropea.
Y exhibe un designio: practicar despidos, no ya amortizaci¨®n de puestos de trabajo por v¨ªa vegetativa, entre los 850.000 empleados laborales de la Administraci¨®n y las empresas p¨²blicas.
Desde hace decenios exist¨ªa en Espa?a un consenso b¨¢sico, casi t¨¢cito, en que hab¨ªa que superar el modelo econ¨®mico basado en salarios bajos y mediocre tecnolog¨ªa, que se reputaba propio de los pa¨ªses menos desarrollados. Pero la Agenda 2010 del canciller Schr?der reverdeci¨® una competitividad alemana basada en reducir costes al factor trabajo. De forma que si los vecinos, y entre ellos los m¨¢s exitosos, optaban por ello, quiz¨¢ hab¨ªa que volver a las (cutres) andadas del modelo espa?ol.
No es as¨ª: con esta reforma estamos tomando solo en parte, en la parte m¨¢s dura para los trabajadores (la reducci¨®n del coste del despido, por ejemplo), las recetas alemanas. Pero no las partes m¨¢s blandas: all¨¢ se exige el permiso de la autoridad a los despidos colectivos; prosiguen intactos los mecanismos de cogesti¨®n en la empresa; existe una aut¨¦ntica pol¨ªtica activa de empleo / recolocaci¨®n.
Y sobre todo, se emplea a mansalva el kurzarbeit, o reducci¨®n temporal de la jornada laboral cuando disminuyen los pedidos, copagada por la empresa y el Estado: este es el mecanismo que salva a Alemania del paro ¡ªm¨¢s que los minijobs¡ª y del que el decreto-ley realiza una ruda caricatura: descuento de la cuota de la Seguridad Social y peque?a compensaci¨®n del seguro de desempleo, no real copago.
Si Espa?a se empobrece y hay que empobrecerse para generar empleos, si hay que devaluar internamente porque no se puede devaluar la moneda, empobrezc¨¢monos todos, ?aunque quiz¨¢ la f¨®rmula adecuada sea la de expandir la demanda y no la contraria, o una mezcla!
Bajemos los salarios de empleados. Pero tambi¨¦n los de las altas direcciones. Y los precios. Y encarezcamos el reparto de dividendos. Con acierto, esta reforma anula blindajes y limita indemnizaciones excesivas de directivos bancarios... sancionados o subvencionados. Nada impide que por la misma v¨ªa o por la fiscal, la factura, si hay que pagarla, la paguemos todos, y no solo los de la n¨®mina de siempre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.