¡°No podemos permitir otro fallo como el de Andersen¡±
Dennis Nally, presidente de PricewaterhouseCoopers, reflexiona sobre el papel de las auditor¨ªas en la crisis .
La pel¨ªcula de la ¨²ltima debacle financiera ha tenido muchos villanos. Los propios bancos, por supuesto. Las agencias de calificaci¨®n crediticia, sin duda. Pero tambi¨¦n, como en cada crisis empresarial, ha vuelto a surgir el clamor: ?d¨®nde estaban los auditores? Dennis Nally, presidente mundial de PricewaterhouseCoopers (PwC), cree que hay que centrar el debate en un aspecto crucial: qu¨¦ se espera de los auditores.
Pregunta. ?Por qu¨¦ los auditores no hicieron sonar las alarmas?
Respuesta. Yo creo que hay que empezar hablando del desfase de expectativas que hay entre la responsabilidad que la gente cree que tienen los auditores y la responsabilidad que nosotros creemos que tenemos. Hasta que no afrontemos esta cuesti¨®n, no resolveremos el problema. Los inversores tienen una visi¨®n de cu¨¢l es el papel de los auditores; los reguladores, otra; los comit¨¦s de auditor¨ªa o los consejos de administraci¨®n, otra. Ese desfase es el problema. Hace poco, Michel Barnier me hac¨ªa una pregunta fundamental: ?por qu¨¦ los auditores estaban firmando informes limpios y meses despu¨¦s los bancos eran intervenidos? Muy leg¨ªtimo. ?Es funci¨®n de los auditores se?alar que el conjunto del sistema financiero puede colapsarse? No creo que sea ese el papel de los auditores hoy d¨ªa. Dicho esto, s¨ª que pueden tener una funci¨®n asesorando o aportando informaci¨®n sobre los sistemas de gesti¨®n de riesgos de las empresas. ?Hay una necesidad de mayor transparencia en la gesti¨®n de riesgos? ?Ser¨ªa eso una informaci¨®n ¨²til para los inversores? La respuesta es: desde luego que s¨ª. Creo que hay que mejorar la informaci¨®n que las empresas ofrecen a los inversores. Pero hay que tener claras cu¨¢les son las expectativas. Es muy diferente opinar sobre unos estados financieros que sobre los sistemas de riesgos de una compa?¨ªa, y ello requiere una capacitaci¨®n profesional distinta por parte de los auditores.
P. Se supone que los estados financieros deben reflejar la imagen fiel de la empresa. Evidentemente, algo no funciona.
¡°Hay un desfase de expectativas en cuanto al papel de los auditores¡±
R. El problema no es nuevo. Pensemos en un tipo tradicional de desfase de expectativas: el caso de un importante fraude. ?Es obligaci¨®n de los auditorios detectarlo y denunciarlo? Las firmas de auditor¨ªa pueden modificar su planteamiento y poner m¨¢s ¨¦nfasis en la detecci¨®n del fraude de lo que las normas de auditor¨ªa exigen hoy. Pero eso exige una capacitaci¨®n distinta, en t¨¦rminos de auditores, metodolog¨ªas¡ Y, por supuesto, eso modificar¨ªa el coste de la auditor¨ªa. De todas formas, esto no lo tenemos que decidir nosotros, sino que depender¨¢ de lo que los inversores realmente quieran y de si est¨¢n dispuestos a pagar ese coste.
P. Bruselas tiene sobre la mesa un paquete de reformas para los auditores, con medidas como la rotaci¨®n obligatoria de firmas o la separaci¨®n de las actividades que no sean de auditor¨ªa.
R. No creo que vayan a resolver los problemas de los que estamos hablando. Habr¨ªa que plantearse dos cosas. En primer lugar, si las reformas van a mejorar la calidad de las auditor¨ªas. En segundo lugar, cu¨¢l debe ser la aportaci¨®n de nuestra profesi¨®n a la sostenibilidad del sistema. En otras palabras, hoy en d¨ªa emitimos opiniones de auditor¨ªa sobre estados financieros, pero los inversores, que es para quiens trabajamos, pueden decidir que tambi¨¦n les interesar¨ªa que di¨¦semos una opini¨®n sobre la gesti¨®n de riesgos o los presupuestos en los que se basan los estados financieros. En la actualidad no estamos reflexionando sobre esos aspectos, sino que estamos dando vueltas a cosas como la rotaci¨®n obligatoria de firmas de auditor¨ªa o las restricciones a la prestaci¨®n de servicios no de auditor¨ªa, que son interesantes, pero que, en mi opini¨®n, no van encaminadas a mejorar la calidad de la auditor¨ªa.
P. ?Por qu¨¦ no le parece ¨²til la rotaci¨®n obligatoria de las firmas de auditor¨ªa?
¡°No es lo mismo opinar sobre las cuentas que sobre los riesgos¡±
R. Hay quien opina que la rotaci¨®n obligatoria asegura la independencia del auditor. O que en un mercado muy concentrado en dos o tres firmas fomentar¨ªa la competencia. Pero no creo que ello mejore la calidad de la auditor¨ªa. En algunos pa¨ªses, como Corea o Brasil, se ha probado. Corea lo acaba de eliminar (un estudio demuestra que, de hecho, estaba erosionando la calidad de las auditor¨ªas) y en Brasil est¨¢ en suspenso, a la espera de lo que suceda en Bruselas. Si se tiene en cuenta el coste que tiene realizar una auditor¨ªa de calidad, en especial en compa?¨ªas que operan en muchos pa¨ªses, con mucha complejidad, la rotaci¨®n obligatoria har¨ªa que se perdiera ese conocimiento adquirido.
P. ?No es un problema la concentraci¨®n del sector en cuatro grandes firmas?
R. ?ramos ocho; luego, cinco; ahora, cuatro. Puedo asegurar que no es que no haya competencia: es tan intensa hoy como siempre ha sido. Hay algunas ¨¢reas donde una o dos firmas concentran el trabajo, pero para hacer una auditor¨ªa de calidad se necesita mucha inversi¨®n en t¨¦cnicas, metodolog¨ªas y conocimiento. No creo que la rotaci¨®n resuelva el problema, pero bienvenido sea el debate.
P. ?Cu¨¢les son sus objeciones a la auditor¨ªa conjunta?
R. Francia la ha tenido. ?Ha mejorado con ello la calidad y la competencia? Creemos que no. Los hechos son claros en eso.
P. ?Qu¨¦ signific¨® para el sector la desaparici¨®n de Arthur Andersen?
R. Algo as¨ª tiene un gran impacto en la profesi¨®n. La desaparici¨®n de la firma fue motivada por unos casos aislados, y por eso creo que no se dio a esas circunstancias una respuesta adecuada. No creo que se deba castigar a toda una organizaci¨®n por los actos de unos pocos, y creo que se aprendieron algunas lecciones de todo aquello. Si se piensa en el momento en que sucedi¨®, en 2003, ?hubo una gran reacci¨®n emocional a casos como Enron y WorldCom! Desde el punto de vista de la profesi¨®n, no podemos permitirnos la desaparici¨®n de otra firma. Tenemos la obligaci¨®n, no solo en PwC, sino en todas las firmas, de asegurarnos que tenemos unos sistemas de calidad, una gesti¨®n de riesgos adecuada y las pol¨ªticas necesarias para evitar que una situaci¨®n as¨ª ocurra. No nos podemos permitir otro fallo como el de Arthur Andersen. Creo que los reguladores tiene un importante papel que hacer en este sentido. Nosotros, por nuestra parte, podemos hacer m¨¢s por comunicar cu¨¢l es nuestra funci¨®n ante los inversores, c¨®mo gestionamos los riesgos, c¨®mo formamos a nuestro personal o cu¨¢les son nuestras pol¨ªticas.
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