Imputado D¨ªaz Ferr¨¢n
Tuvo que dejar la presidencia de la patronal CEOE por los problemas de su grupo empresarial, del que no le queda nada
Esta es la historia de un hombre que estuvo a punto de tocar las estrellas y acab¨® estrellado. Lleg¨® a alcanzar lo que hab¨ªa so?ado desde que, con 12 a?os, hac¨ªa de cobrador en los autobuses de su padre, un gallego emigrado a Madrid en busca de prosperidad. De aquel negocio familiar de l¨ªneas interurbanas pas¨® a dominar un imperio tur¨ªstico y a entrar en la lista de los hombres m¨¢s ricos del pa¨ªs. Lo ten¨ªa todo: una vivienda de lujo en un barrio selecto de Madrid; otra de veraneo en Mallorca, donde navegaba en yate privado; una finca en la provincia de Toledo, El Alam¨ªn, a la que acud¨ªa los fines de semana y, en temporada, organizaba cacer¨ªas de relumbr¨®n, a alguna de las cuales acudi¨® el Rey; se codeaba con la ¨¦lite pol¨ªtica de la derecha madrile?a y, quiz¨¢ por esas buenas relaciones, escal¨® pelda?os hasta presidir la gran patronal CEOE¡ Fue un producto de su ¨¦poca, un ejemplar t¨ªpico de la cepa hispana.
?Ahora, con 69 a?os, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n (DF) tiene todo su patrimonio embargado tras haber avalado con su esposa los cr¨¦ditos del grupo. Del emporio empresarial no le queda nada, y sus marcas bandera, Viajes Marsans y Air Comet, est¨¢n en concurso de acreedores. El pr¨®ximo mi¨¦rcoles tiene que acudir a la Audiencia Nacional en calidad de imputado. Est¨¢ acusado de apropiaci¨®n indebida junto a su socio de toda la vida, Gonzalo Pascual, e Iv¨¢n Losada ¡ªrepresentante de Posibilitum Business, la empresa que adquiri¨® Marsans antes de la suspensi¨®n de pagos¡ª por, supuestamente, haber utilizado fondos provenientes de sus clientes para saldar las deudas del grupo.
DF lleva tiempo recluido, preparando su defensa. Es reacio a hablar, pero acepta una cita en un hotel madrile?o cercano a la sede de la organizaci¨®n que presidi¨® entre junio de 2007 y diciembre de 2010. Llega en el coche con ch¨®fer que le ha dejado la patronal. Ha adelgazado, pero mantiene un pulcro color de caramelo. Ha tenido que abandonar aquel tren de vida y ponerse, asegura, al amparo de su familia. El embargo le impidi¨® salir el pasado verano de vacaciones. Su casa ha sido adquirida en subasta por una entidad financiera y a partir de junio vivir¨¢ en ella como inquilino. Tambi¨¦n se acaba de subastar El Alam¨ªn, que compr¨® hace 13 a?os cuando estaba en la cresta de la ola y su patrimonio no dejaba de engordar.
Se explica sin freno. A veces se le empa?an los ojos. Dice que, en la ca¨ªda, ha descubierto amigos de verdad, que le han ayudado, y otros, los menos, que le han fallado. Prefiere no dar nombres, aunque se puede adivinar que le eran pr¨®ximos. Pese a todo, afirma estar tranquilo y conf¨ªa en que la justicia le d¨¦ la raz¨®n en los procesos abiertos. ¡°Puedo demostrar que el dinero [de los clientes] era para pagar las deudas de Marsans y que no hubo apropiaci¨®n indebida¡±, sostiene. M¨¢s a¨²n: tiene puesta la esperanza en que la Corte de Arbitraje Internacional (CIADI), organismo dependiente del Banco Mundial, obligue al Gobierno argentino a indemnizarle por la nacionalizaci¨®n de Aerol¨ªneas Argentinas. De ser as¨ª, le reportar¨ªa m¨¢s de 1.200 millones de d¨®lares (unos 900 millones de euros). La resoluci¨®n no se espera hasta dentro de a?o y medio, como pronto. ¡°Ser¨ªa suficiente para pagar las deudas [se les reclaman 420 millones] y empezar de nuevo¡±, se anima. ?Valor o terquedad? ¡°Simplemente, que soy empresario¡±.
DF barrunta que, tras negarse a firmar la reforma laboral, hubo "manos extra?as" que propiciaron su declive
Para ello, la Audiencia Nacional tendr¨¢ que absolver a los dos socios de las acusaciones del fiscal, que les imputa ¡°haberse apropiado indebidamente de las cantidades entregadas por los clientes para la adquisici¨®n de billetes¡± por valor de 4,4 millones de euros. Hay 4.706 afectados, y el delito est¨¢ tipificado en el art¨ªculo 252 del C¨®digo Penal y castigado con hasta seis a?os de c¨¢rcel. El fiscal tambi¨¦n afirma que destinaron el dinero ¡°a fines ajenos a la actividad del grupo¡±, en concreto para el tercer imputado, Losada, y el jefe de este, ?ngel Cabo, que compr¨® Marsans por los 600 millones de deuda. Adem¨¢s, en la Audiencia Nacional (en este caso, el juez Eloy Velasco) tiene pendiente otra querella por impago impuesta por proveedores de renombre (AC, Meli¨¢, Orizonia y Pullmantur) y arrastra un proceso por delito fiscal en la compra de Aerol¨ªneas Argentinas en 2001. Para rematar, est¨¢n imputados en otra causa en los juzgados de instrucci¨®n de Madrid por una denuncia en la que antiguos socios les reclaman 10 millones.
Paralelamente, est¨¢ en curso la suspensi¨®n de pagos de Marsans, cuya resoluci¨®n est¨¢ prevista para estas fechas. Si el juzgado declara el concurso voluntario, los socios no tendr¨¢n responsabilidad econ¨®mica; pero si lo considera culpable, s¨ª. Seguro que ni los clientes, ni los proveedores, ni, sobre todo, los miles de trabajadores, que se quedaron en la calle, les van a poner una vela.
Posiblemente llevados por el ansia de crecer, los socios G y G ¡ªiniciales de Gerardo y Gonzalo, que les gustaba utilizar¡ª trazaron un entramado de empresas en el que, pese a conocerse por Marsans, no exist¨ªa una cabecera holding. Todas se cruzan con todas y la mara?a de participaciones es ininteligible. ¡°Era una gran chapuza. Pensaron que era como llevar un autob¨²s y mezclaron las cuentas del conglomerado de empresas, ten¨ªan contabilidades cruzadas, tiraban de la caja para todo y, encima, la segunda generaci¨®n no respondi¨®¡±, sostiene un observador cercano que resume en tres las claves de su ca¨ªda: falta de rigor en la gesti¨®n, exigencias bancarias y segunda generaci¨®n dividida. Un excolaborador a?ade una cuarta: creer que la patronal le iba a servir de escudo para salvar su imperio.
Las claves de la ca¨ªda: falta de rigor en la gesti¨®n, exigencias bancarias y segunda generaci¨®n divida
Aunque insiste en que nunca lo sinti¨® as¨ª, las dificultades particulares le afectaron en la patronal. En una entrevista con EL PA?S el 21 de septiembre de 2008, cuando acababa de cumplir un a?o al frente de la organizaci¨®n, contestaba: ¡°Mi papel como empresario no me resta independencia, s¨¦ distinguir perfectamente entre mis empresas y mi labor en la patronal¡±. En aquellas fechas se sent¨ªa fuerte porque acababa de superar con ¨¦xito su primera crisis grave en el seno de la organizaci¨®n, la dimisi¨®n forzada ¡°por falta de confianza¡± de Juan Jim¨¦nez Aguilar como secretario general, una herencia exigida por su antecesor y mentor, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, con la que aguant¨® solo unos meses ¡°porque se opon¨ªa a todo lo que supon¨ªa modernizar¡±.
Como si fuera una maldici¨®n, tiempo despu¨¦s tuvo que recurrir a aquella frase casi a diario, debido precisamente a la creciente incidencia de sus negocios en la labor al frente de la CEOE, a cuyo sill¨®n se aferraba como una tabla de salvaci¨®n a medida que empezaban a asomar a la luz p¨²blica asuntos turbios de sus empresas. Para colmo, le toc¨® vivir una crisis econ¨®mica de envergadura en medio de una crispaci¨®n pol¨ªtica sin precedentes. Un c¨®ctel explosivo que no facilit¨® la tarea, mientras se produc¨ªa una creciente oposici¨®n interna que pon¨ªa en duda su continuidad como patr¨®n de patronos. Al final, ni ¨¦l ni su guardia pretoriana (Joan Gaspart, Jes¨²s Terciado, Arturo Fern¨¢ndez¡) pudieron mitigar el clamor para que dimitiera. ¡°No dimit¨ª, adelant¨¦ las elecciones y no me present¨¦¡±, explica ahora. ¡°Y cuando un vicepresidente vino a sugerirme que pensara en una soluci¨®n, ya hab¨ªa tomado la decisi¨®n¡±, remacha.
DF lleg¨® a la patronal con el cartel de hombre llano, abierto, tenaz y h¨¢bil negociador. Hab¨ªa presidido la patronal madrile?a CEIM y la C¨¢mara de Comercio de Madrid, adem¨¢s de ser vicepresidente de la CEOE. Cuevas prepar¨® su nombramiento. Le nomin¨® entre los 11 vicepresidentes tras cambiar los estatutos y gan¨® una votaci¨®n entre ellos por nueve a dos frente al dirigente andaluz Santiago Herrero. Los nuevos aires con que refresc¨® la patronal, quiz¨¢ anquilosada despu¨¦s de 23 a?os de reinado de Cuevas, le granjearon la complicidad del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ¡ªalentado adem¨¢s por las buenas referencias de Miguel Sebasti¨¢n, que le hab¨ªa ayudado en el conflicto argentino¡ª, y de los sindicatos, que entend¨ªan que era ¡°comprensivo y sab¨ªa interpretar las coyunturas pol¨ªticas, quiz¨¢ mejor que Cuevas¡±.
Todo se fue al garete en aquella cena del 22 de julio de 2009 celebrada en La Moncloa en la que DF radicaliz¨® su postura neg¨¢ndose a firmar la reforma que le planteaba Zapatero y exigiendo un despido m¨¢s barato. En el ¡°tenaz y abierto¡± dirigente patronal se hab¨ªa posado la larga mano de la derecha, de la que luego dir¨ªa que hab¨ªa entendido las exigencias de la patronal, y el peso de los incipientes problemas de su grupo empresarial, sobre todo en Argentina. ?l sostiene que no se radicaliz¨®, que lo que pas¨® fue que el Gobierno socialista remiti¨® un proyecto de reforma que no val¨ªa, que no inclu¨ªa lo que se hab¨ªa hablado en las reuniones. ¡°Antes de ir a la cena, convoqu¨¦ al comit¨¦ ejecutivo y se decidi¨® por unanimidad no aceptarlo¡±, incide ahora.
"Proclamar la bondad de la libertad de mercado, pero de su trayectoria era la contraria", afirma un l¨ªder sindical
Aquella noche acab¨® el idilio entre Zapatero y el gran patr¨®n. Los l¨ªderes sindicales supieron, tambi¨¦n entonces, que el di¨¢logo hab¨ªa fracasado y que el retorno era muy complicado. Casi imposible. Aunque presum¨ªa de haber recibido el testamento de Cuevas, DF incumpli¨® una de las m¨¢ximas que le hab¨ªa dejado (¡°nunca hay que destruir definitivamente los puentes de di¨¢logo entre los agentes sociales, pase lo que pase¡±). La famosa cena marc¨® un antes y un despu¨¦s. Entonces, la figura de DF entr¨® en barrena. Hoy los sindicatos piensan que aquel hombre predicaba algo que no hac¨ªa en sus empresas. ¡°Demostr¨® ser un modelo de empresario que no es inhabitual, de los que proclaman las virtudes de la libertad de mercado y su trayectoria es todo lo contrario¡±, dice un l¨ªder sindical. Tambi¨¦n, y no son los ¨²nicos, presumen que cuando alcanz¨® el cargo de presidente ya acarreaba dificultades en su grupo y por eso lo embrid¨® como una garant¨ªa futura.
Solamente unos meses despu¨¦s de la cena en La Moncloa, en diciembre, apareci¨® una informaci¨®n con pinta de ser interesada sobre que el gran patr¨®n hab¨ªa incumplido el pago de un cr¨¦dito de Caja Madrid, de cuyo consejo de administraci¨®n era miembro desde los tiempos de la CEIM. Una bomba. Poco despu¨¦s, y en plena campa?a navide?a, un juez de Londres anunci¨® la paralizaci¨®n de Air Comet, la aerol¨ªnea bandera del grupo, por el impago del alquiler de los aviones. Muchos clientes que ten¨ªan previsto volar a Latinoam¨¦rica se quedaron en tierra, y por tierra qued¨® la imagen de Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n y Gonzalo Pascual.
DF barrunta que, tras la famosa cena, hubo manos extra?as que propiciaron el declive, pero no sabe o no quiere decir cu¨¢les. El batacazo de Air Comet contagi¨® de desconfianza a los proveedores de Marsans, que exigieron el prepago y originaron un agujero de tesorer¨ªa. En marzo de 2010 fue intervenida Seguros Mercurio, la aseguradora del grupo; en abril, la Asociaci¨®n Internacional del Transporte A¨¦reo (IATA) cort¨® a Marsans la venta de billetes y exigi¨® un aval de 24 millones. El grupo, que hab¨ªa pedido el citado cr¨¦dito (de 35 millones) a Caja Madrid, se vio obligado a vender activos para atender los pagos. ¡°La desproporcionada y extra?a decisi¨®n de IATA fue un maltrato, nunca hab¨ªamos dejado de pagar desde que en 1983 compramos Marsans [al INI, antecesor de la actual SEPI]¡±. Para DF, esa decisi¨®n provoc¨® que las ventas se redujeran m¨¢s del 80%. La soluci¨®n fue la venta de Teinver (propietario de Marsans, Air Comet y Hotetur) y otras empresas a Posibilitum.
DF no se arrepiente de nada. ?Les pudo la ambici¨®n? ¡°Todo empresario tiene que ser ambicioso, de una manera sana, que es crear riqueza. Ten¨ªamos 24.000 trabajadores, m¨¢s de 40 empresas y factur¨¢bamos 5.000 millones¡±, contesta. Aunque a?ade resignado: ¡°Es verdad que cuando factur¨¢bamos 1.000 viv¨ªamos mejor¡±. Ambici¨®n o no, el caso es que el entusiasmo les hab¨ªa llevado, poco antes de empezar la crisis, a las ¨²ltimas operaciones, cuando menos arriesgadas: la compra del 5% de SOS por casi 100 millones ¡ªquiz¨¢ llevados porque Caja Madrid tambi¨¦n compr¨®¡ª y un paquete de Martinsa-Fadesa por 25 millones. Pero les fall¨® el ojo cl¨ªnico, las dos suspendieron pagos. Hab¨ªan reinvertido parte de los 400 millones obtenidos por la venta de Pullmantur Cruises y pedido un cr¨¦dito de 25 millones a Banesto, que luego tampoco pudieron pagar en su plazo. Se justifica: ¡°Siempre hemos reinvertido. Llevo toda la vida reinvirtiendo los beneficios, creando trabajo y riqueza¡ Pero el descalabro inmobiliario nos destroz¨® el valor de esas inversiones¡±.
"Pensaba que la patronal era un blindaje, pero fue un amplificador de sus problemas", apunta un dirigente patronal
Sin embargo, DF culpa del inicio de su ocaso al matrimonio Kirchner. Primero, por nacionalizar Aerol¨ªneas Argentinas en 2008 por un peso, tras querer imponer que el Gobierno hiciera la valoraci¨®n. Hubo un segundo pleito surgido de un acuerdo incumplido. Los socios espa?oles hab¨ªan apalabrado la compra de 25 Airbus para renovar la flota y, para ello, hab¨ªan adelantado 120 millones de d¨®lares que el Gobierno argentino no les pag¨®. ¡°Si hubieran pagado, no se habr¨ªan ca¨ªdo ni Air Comet ni Marsans¡±, se lamenta DF, y, piensa, ninguna otra pieza del complicado domin¨® empresarial.
El v¨ªa crucis de episodios le llev¨®, en septiembre de 2010, a la decisi¨®n de convocar elecciones en la patronal. Algo que, seguramente, tendr¨ªa que haberse producido meses antes, cuando comenzaron a aflorar los problemas del grupo. A la vieja guardia de la patronal, acostumbrada a la tranquilidad de los tiempos de Cuevas, no le gustaba nada que El Monasterio del Cobro, entidad que se dedica a perseguir a morosos, acudiera todas las ma?anas a la puerta de la sede.
La mayor parte de los l¨ªderes patronales, que prefieren guardar el anonimato, reconoce la labor renovadora de DF (¡°abri¨® muchas puertas que estaban cerradas¡±, ¡°con ¨¦l se empez¨® a dar voz a la junta¡±, ¡°su lenta salida le perjudic¨® mucho, pero el personal le sigue teniendo aprecio¡±) y su voluntad de di¨¢logo. Pero tambi¨¦n que se equivoc¨® al aferrarse al cargo y que su paso por la patronal ha supuesto un menoscabo de la imagen de la CEOE. ¡°Pensaba que la patronal era un blindaje, pero fue un amplificador de sus problemas¡±, dice una de las fuentes consultadas. ¡°No se dio cuenta de que el sill¨®n de presidente de la patronal era m¨¢s una silla el¨¦ctrica¡±, enfatiza un directivo, que va m¨¢s all¨¢: ¡°Su gran error fue meterse en la CEOE¡±. ¡°Ten¨ªa que haberse ido desde el momento en que sali¨® lo de Caja Madrid¡±, un asunto en el que DF no tiene ninguna duda que se debi¨® al apoyo dado a Esperanza Aguirre en la campa?a para descabalgar a Miguel Blesa de la presidencia de la entidad. No obstante, ese directivo le disculpa: ¡°Lo meti¨® todo en Air Comet y lo perdi¨®. Los avioncitos le hundieron. En todo caso, me extra?ar¨ªa que tuviera dinero por ah¨ª fuera¡±. El propio DF asegura que ni un euro.
Es verdad que era contrario a entrar en el negocio a¨¦reo. Fue Pascual quien le convenci¨® y, de hecho, era el hijo de este, Ignacio, el que llevaba la gesti¨®n. A pesar de que hab¨ªa caldo de cultivo para las desavenencias, DF asegura que las relaciones con Pascual siguen siendo buenas, ¡°aunque nos vemos menos¡±. Sin embargo, seg¨²n algunas fuentes, la relaci¨®n de los hijos, que se criaron juntos, est¨¢ muy distanciada.
Y as¨ª se escribe la historia del gran patr¨®n que pudo tocar las estrellas. Su objetivo cuando lleg¨® a la CEOE era alcanzar un gran acuerdo que, al menos, dejara para la historia su paso por all¨ª. No lo logr¨® y ha tenido que contemplar, a punto de subir las escaleras de la Audiencia Nacional, una reforma que le habr¨ªa gustado vivir desde el despacho de Diego de Le¨®n, 50, que ahora ocupa Juan Rosell. ?l juzga esta reforma como un gran paso, aunque no suficiente. ¡°Era imprescindible, pero hacen falta m¨¢s¡±. Ataca a los sindicatos, con los que no acab¨® bien: ¡°Que no se aprovechen para decir que la reforma no crea empleo; sin ella se perder¨ªan a¨²n m¨¢s, y cuando consigamos remontar, se crear¨¢n empleos a un ritmo much¨ªsimo mayor que sin ella¡±. Como colof¨®n, se echa alguna flor: ¡°La CEOE contin¨²a con el proceso de modernizaci¨®n y transparencia que yo inici¨¦, tiene un magn¨ªfico presidente y un magn¨ªfico equipo de profesionales¡±.
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