Son las instituciones
La forma de organizaci¨®n de las sociedades determina su comportamiento econ¨®mico
Los factores determinantes del crecimiento econ¨®mico, su importancia en las diferencias en los niveles de bienestar entre las distintas naciones, ha constituido una obsesi¨®n de los cient¨ªficos sociales desde que Adam Smith formulara su Riqueza de las naciones. La geograf¨ªa, la climatolog¨ªa, las dotaciones de capital, la cultura, las pol¨ªticas econ¨®micas, entre otros, han sido factores en los que se han fundamentado algunas de las m¨¢s recientes y difundidas explicaciones. Esa b¨²squeda, lejos de darse por concluida, ha seguido orientando la investigaci¨®n animada por el creciente contraste que sigue observ¨¢ndose entre las naciones, en especial cuando se contemplan con cierta perspectiva hist¨®rica.
La publicaci¨®n reciente del libro de Daron Acemoglu y James Robinson (Why nations fail: the origins of power, prosperity and poverty) constituye algo m¨¢s que un episodio en esa tendencia explicativa de la pobreza y de la prosperidad de las naciones. Aun cuando no cierre esa tensi¨®n investigadora, ser¨¢ muy probablemente una obra de referencia sobre la que en los pr¨®ximos a?os gire buena parte de la discusi¨®n sobre el desarrollo econ¨®mico. Constituye un completo recorrido por la historia tratando de explicar el ¨¦xito y el fracaso de las naciones en la creaci¨®n de riqueza y prosperidad para sus ciudadanos. El punto de partida no es nuevo: la forma en la que las sociedades se organizan, sus instituciones, constituye un determinante fundamental del comportamiento econ¨®mico.
Sus autores (profesores en los departamentos de econom¨ªa y ciencia pol¨ªtica de MIT y Harvard, respectivamente) han conseguido el dif¨ªcil empe?o de simultanear la contribuci¨®n acad¨¦mica y la atracci¨®n de los lectores no especializados. La impecable estructura te¨®rica del trabajo, la riqueza de la perspectiva hist¨®rica desplegada y las autorizadas referencias a la ciencia pol¨ªtica, as¨ª como la contundencia argumental, se unen a la pertinencia, a la oportunidad de su aparici¨®n. Han puesto el riguroso y relevante conocimiento de la econom¨ªa y de la historia pol¨ªtica al servicio de una explicaci¨®n que dif¨ªcilmente puede pasarse por alto. Han conseguido, adem¨¢s, que el lector disfrute.
Los trabajos de Acemoglu hab¨ªan sido suficientemente conocidos en los ¨¢mbitos del crecimiento econ¨®mico, de la desigualdad, de la econom¨ªa pol¨ªtica en su m¨¢s amplia acepci¨®n. Es uno de los economistas con mayor predicamento acad¨¦mico, al que en 2005 se le concedi¨® el mini Nobel: la medalla John Bates Clark al economista menor de 40 a?os m¨¢s destacado en su contribuci¨®n al conocimiento econ¨®mico. Es conocida su sensibilidad al an¨¢lisis de los conflictos abiertos en el norte de ?frica y Oriente Pr¨®ximo, o a las manifestaciones en las naciones avanzadas (incluidas las localizadas en Wall Street), seguidas en el sugerente blog creado (@WhyNationsFail) con ocasi¨®n del lanzamiento del libro. Las ra¨ªces desde las que emergen la pobreza y la incapacidad para frenar la desigualdad son los denominadores comunes de esas tensiones sociales que no favorecen precisamente la sostenibilidad del crecimiento econ¨®mico.
La Pol¨ªtica con may¨²sculas es la que abona el terreno a la prosperidad de las naciones
La tesis fundamental, avalada en esa larga revisi¨®n de la historia pol¨ªtica y econ¨®mica, no puede disponer de mayor vigencia. Es la Pol¨ªtica con may¨²sculas, las instituciones verdaderamente inclusivas, aquellas insertas en sociedades abiertas, las que en mayor medida abonan el terreno a la prosperidad de las naciones. Esta viene determinada por el conjunto de incentivos que crean instituciones, y estas, a su vez, por las pol¨ªticas. En el centro de la estructura de su an¨¢lisis se encuentra la tensi¨®n entre los que mantienen el poder pol¨ªtico: la forma en que lo usan y la distribuci¨®n entre sus propios intereses y los del resto de la sociedad. Aunque sean las naciones menos desarrolladas las que sirven de frecuente referencia en la obra, las consideraciones son igualmente relevantes para las consideradas econom¨ªas avanzadas.
Son las instituciones pol¨ªticas las que determinan las correspondientes instituciones econ¨®micas de calidad y, desde luego, la capacidad de los ciudadanos para controlar a los pol¨ªticos. En aquellas, el poder del Estado, adem¨¢s de suficientemente centralizado, para evitar el dominio de las minor¨ªas ha de revelarse absolutamente compatible con el pluralismo. Esas instituciones favorecedoras de la prosperidad, de las reglas que gobiernan el funcionamiento de las econom¨ªas, as¨ª como los incentivos de que dispone la gente, son las razones que explican las diferencias en la riqueza y su distribuci¨®n. Las referencias concretas de naciones, desde las Coreas hasta M¨¦xico, sin excluir un detenimiento significativo en el caso de China, en la sostenibilidad de la particular combinaci¨®n de su sistema pol¨ªtico y econ¨®mico, son esclarecedoras de la argumentaci¨®n que subyace en toda la obra.
Sin instituciones de calidad es imposible la sostenibilidad del crecimiento, aquel que se ampara en las posibilidades de generaci¨®n de innovaciones y de la emergencia de nuevas empresas que contestan y regeneran a las establecidas, contribuyendo a la dispersi¨®n del poder econ¨®mico: alimentan esa din¨¢mica de destrucci¨®n creativa que aquel otro cient¨ªfico social, Joseph Schumpeter, anticipara como uno de los fundamentos del desarrollo econ¨®mico. La vinculaci¨®n entre instituciones pol¨ªticas y econ¨®micas se revela esencial a este respecto. Son las instituciones inclusivas, estimuladoras de la prosperidad, las que generan c¨ªrculos virtuosos que impiden que las ¨¦lites se apropien de las mismas. Interrogantes como la continuidad de la larga fase de crecimiento econ¨®mico en China o la del liderazgo de EE UU son cuestiones que, sin necesidad de las referencias que aparecen en la obra, sacuden la curiosidad del lector.
La prosperidad se fundamenta en la lucha pol¨ªtica contra los privilegios
La prosperidad, en definitiva, se fundamenta en la lucha pol¨ªtica contra los privilegios. La concentraci¨®n del poder en las ¨¦lites, la conformaci¨®n de instituciones en beneficio de las minor¨ªas, son razones poderosas en la explicaci¨®n del atraso, del fracaso de las naciones, del contraste con las m¨¢s pr¨®speras. Se trata, en definitiva, de la calidad de la pol¨ªtica, de la propia democracia. Por eso no es de extra?ar el ¨¦nfasis que los autores hacen, y han dejado escrito en trabajos anteriores, en la desigualdad como elemento poco conciliable con el crecimiento econ¨®mico sostenible. La pertinencia de estas consideraciones es importante: ahora es cuando esa concentraci¨®n de la renta y de la riqueza se ha hecho m¨¢s explicita, incluso en trabajos recientes de la propia OCDE y de cualificados investigadores en EE UU, donde el debate est¨¢ cobrando una especial relevancia durante la campa?a electoral. Esa creciente desigualdad es considerada por los autores un s¨ªntoma de los retos de las instituciones inclusivas de esas naciones avanzadas. La desafecci¨®n, el directo cuestionamiento, de las instituciones, y de la propia actividad pol¨ªtica, esta seriamente en entredicho, no ¨²nicamente en las naciones menos desarrolladas. Tambi¨¦n en Europa, todav¨ªa hasta hace poco tiempo referencia del desarrollo econ¨®mico inclusivo.
La resoluci¨®n de la actual crisis, la naturaleza de las pol¨ªticas econ¨®micas, as¨ª como la diligencia y eficacia de las instituciones, su proyecci¨®n inclusiva o, por el contrario, la subordinaci¨®n a intereses minoritarios (su naturaleza extractiva), son ahora del todo relevantes. No solo por la exigencia de alejar los muy serios riesgos de empobrecimiento de las mayor¨ªas, sino por el riesgo de que las propias instituciones salgan de la m¨¢s severa crisis desde la Gran Depresi¨®n con instituciones menos legitimadas: aparentemente m¨¢s propiciadoras de la defensa de intereses minoritarios. Con independencia del exclusivo determinismo que se atribuya a las instituciones inclusivas, lo que no es contestable con la observaci¨®n emp¨ªrica disponible es su notable contribuci¨®n a la prosperidad de las naciones. Tomemos buena nota.
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