Credibilidad limitada
El autor analiza las cuentas para 2012 presentadas por el Gobierno.
Los Presupuestos se han elaborado bajo la necesidad de reducir el d¨¦ficit de todas las Administraciones del 8,5% al 5,3% del PIB. El Gobierno logr¨® un aumento de 0,9 puntos en el d¨¦ficit permitido inicialmente por la UE (el 4,4%). Esto no parece mucho, cuando el 4,4% se acept¨® bajo la premisa de un crecimiento de la econom¨ªa del 2,3% (el Ejecutivo prev¨¦ una ca¨ªda del 1,7%) y un d¨¦ficit del 6% en 2011, que ha sido del 8,5%. Quiz¨¢ otra estrategia m¨¢s did¨¢ctica y negociadora habr¨ªa obtenido una relajaci¨®n mayor del objetivo de d¨¦ficit. Del 5,3% total, al Estado le corresponde un d¨¦ficit m¨¢ximo del 3,5%, que implica reducir su d¨¦ficit en unos 17.000 millones (1,6 puntos del PIB).
La necesidad de reducir el d¨¦ficit se deriva no tanto de calmar a unos mercados que se han mostrado ineficientes (y raramente han premiado con una prima de riesgo m¨¢s baja a quienes han reducido su d¨¦ficit), sino de la obligaci¨®n de seguir los criterios establecidos por la UE (l¨¦ase Alemania) para que el Banco Central Europeo ayude a la deuda espa?ola. Porque en el pasado reciente la prima de riesgo de los pa¨ªses ha bajado, no cuando han consolidado, sino cuando ha intervenido el BCE.
La reducci¨®n del d¨¦ficit para ganar el favor de la UE tiene un precio. Profundizar¨¢ y alargar¨¢ la recesi¨®n. La ca¨ªda adicional del PIB por la contracci¨®n fiscal (3,2 puntos del PIB) hace que la previsi¨®n del Gobierno en los Presupuestos (ca¨ªda del 1,7%) pueda, incluso, ser cauta. Quiz¨¢ es hora de que alguien asuma el liderazgo en la UE de los pa¨ªses que, como Espa?a, necesitan otra pol¨ªtica monetaria y plantee en el Consejo Europeo el debate entre crecimiento y consolidaci¨®n.
En este contexto, el Ejecutivo ha elaborado unos Presupuestos cuyo objetivo declarado es demostrar credibilidad y seriedad. Y, para ello, ha empezado retras¨¢ndolos por razones electoralistas y estableciendo unilateralmente un objetivo de d¨¦ficit (5,8%) que luego recort¨® la UE. Tampoco ayuda mucho a la credibilidad que todas las semanas se anuncien reformas y modificaciones.
Si las cuentas no se cumplen, la credibilidad de Espa?a bajar¨¢ a niveles preocupantes
Sin embargo, el mayor problema es que los Presupuestos son poco claros, contienen estimaciones poco cre¨ªbles y algunas de las medidas que incluye son meros remiendos coyunturales. Todo ello coronado con una amnist¨ªa fiscal. En el ¨¢mbito de lo confuso, la consolidaci¨®n de 27.000 millones de la que se habla continuamente se queda en una reducci¨®n del d¨¦ficit de 17.000 millones (1,6% del PIB). En el camino se pierden reducciones meramente financieras, partidas de otros ejercicios, aumentos de gastos en este y una reducci¨®n de la recaudaci¨®n por la crisis y la propia reducci¨®n del gasto p¨²blico.
Las partidas cuantificadas de forma cuestionable afectan a dos pilares del Estado de bienestar: las pensiones y las prestaciones de desempleo. Los Presupuestos sobrestiman las cotizaciones (con 600.000 empleos menos, prev¨¦n un aumento de la recaudaci¨®n); infraestiman las prestaciones por desempleo (se supone se reducen con 600.000 parados m¨¢s) y, en cuanto a las pensiones, se estima crecer¨¢n la mitad que el a?o pasado. Incluso se supone que en este ejercicio de crisis, la Seguridad Social mejorar¨¢ sus resultados.
En los ingresos hay varios problemas. Primero, algunas medidas solo afectan a los ingresos de este a?o. Este es el caso de ciertos de los supuestos aumentos del impuesto de sociedades (m¨¢s de la mitad de la subida son pagos anticipados que el a?o que viene se restar¨¢n de la cuota, los gastos financieros que no se deduzcan un a?o pueden deducirse en el futuro, etc¨¦tera) y de la amnist¨ªa fiscal. Segundo, la magnitud del ajuste presupuestario y las cifras de recaudaci¨®n hasta febrero sugieren que hay un riesgo de que la recaudaci¨®n sea menor de la prevista. Tercero, la imputaci¨®n de 2.500 millones a la amnist¨ªa fiscal es arbitraria y nada garantiza que se cumpla. Cabe se?alar, adem¨¢s, que una amnist¨ªa fiscal en un pa¨ªs como Espa?a donde los defraudadores campan por sus respetos (v¨¦ase lo pasado con quienes ten¨ªan cuentas en Suiza y Liechtenstein), es una falta de respeto a los contribuyentes honrados que deslegitima a quien la concede. Tampoco dice demasiado sobre su imagen, capacidad y voluntad de lucha contra el fraude.
Las partidas cuantificadas de forma cuestionable afectan a dos pilares del Estado de bienestar: las pensiones y las prestaciones de desempleo
Frente a esto, hubiera sido mejor adoptar medidas estructurales de mayor calado recaudatorio. Algunas opciones habr¨ªan sido elevar el IVA (quitando los tipos reducidos a muchos bienes y aumentado el tipo general); reducir bonificaciones y modificar algunos tratamientos (SICAV, rentas plurianuales, eliminar la dualidad, etc¨¦tera) en el IRPF; establecer un recargo temporal sobre los beneficios distribuidos por las empresas o gravar las transacciones financieras. Adem¨¢s no se deber¨ªa haber recuperado la deducci¨®n por vivienda en el IRPF ni mantenido la rebaja del IVA a los picos. Cabe recordar que Espa?a tiene una presi¨®n fiscal 7 puntos del PIB por debajo del promedio de la eurozona y que en 2010 incluso Grecia recaud¨® m¨¢s que Espa?a.
Si las cifras del Presupuesto no se cumplen, la credibilidad de Espa?a bajar¨¢ a niveles preocupantes. Y si, para que se cumpla el d¨¦ficit, el Gobierno tiene que estar haciendo recortes continuamente, la credibilidad y moral del pa¨ªs tampoco saldr¨¢n bien paradas. En ¨²ltima instancia, es probable que este Presupuesto se cumpla solo si el PIB cae bastante menos de lo previsto en el proyecto.
En suma, los Presupuestos que se han aprobado tendr¨¢n serios problemas para ser cumplidos. Si a esto se a?aden las dificultades (en algunos casos imposibilidad) de muchas comunidades aut¨®nomas para cumplir su d¨¦ficit, parece poco probable que, con los planes actuales, Espa?a vaya a alcanzar el objetivo establecido por la UE. Elaborar un plan m¨¢s realista de cumplimiento, negociar con la UE la ampliaci¨®n en un a?o del tiempo para alcanzar el d¨¦ficit del 3%, aumentar realmente los impuestos y un plan efectivo (en su dise?o y aplicaci¨®n) de lucha contra el fraude, son algunas de las tareas pendientes.
Ignacio Zubiri es catedr¨¢tico de Hacienda de la Universidad del Pa¨ªs Vasco.
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