Atrapados en las preferentes
La poca cultura financiera y la venta a minoristas de un producto complejo originan un gran fiasco
Las entidades financieras espa?olas emitieron y vendieron cerca de 30.000 millones de euros en participaciones preferentes desde 1999. Este producto, un instrumento complejo y de riesgo elevado para los inversores, fue ofrecido a los clientes a trav¨¦s de sucursales de 52 cajas y bancos, en muchos casos hasta principios de 2011. Los compradores pon¨ªan su dinero en un producto legal, pero con una condici¨®n muy particular: ofrec¨ªa buenos intereses a cambio de una contrataci¨®n ¡°a perpetuidad¡±. Es decir, un compromiso de inversi¨®n para toda la vida. Hasta el a?o pasado, sin embargo, las entidades ofrec¨ªan una salida a quienes quer¨ªan su dinero de vuelta: permit¨ªan vender estos activos en un mercado secundario propio, y recuperar todo su dinero de manera r¨¢pida, por lo general, 48 horas. Pero las reglas del juego han cambiado. Ya no es f¨¢cil arrepentirse. Y miles de personas se han dado cuenta de que se casaron con un producto que no se ajustaba a sus necesidades.
La escena se repite semana tras semana desde noviembre de 2011. Manifestaciones que van de peque?os grupos a centenares de personas. Todas, con un elemento com¨²n: gente enfadada, en su mayor¨ªa de avanzada edad, que dicen que alguien de su oficina les convenci¨® para que firmara un producto que no entienden y que ahora no pueden recuperar su dinero. Gritan contra lo que consideran una estafa y algunos se atreven a llamar incluso corralito.
Aunque ha habido concentraciones de Barcelona a Sevilla, Galicia es la comunidad en la que se han producido las protestas m¨¢s intensas. El mes pasado las manifestaciones llegaron hasta la sede de la televisi¨®n de Galicia, donde un grupo de inversores enfadados tom¨® las instalaciones, en protesta por el escaso seguimiento que la televisi¨®n p¨²blica ha dedicado al tema. Y la semana pasada asistieron a un pleno del Parlamento gallego y solicitaron a gritos una entrevista con el presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, informa Jos¨¦ Luis Est¨¦vez.
Mar¨ªa P¨¦rez se manifest¨® en Madrid. Invirti¨® hace tres a?os 25.000 euros en participaciones preferentes en la CAM. ¡°Me dej¨¦ asesorar por el director. Me dijo que lo ten¨ªa hasta su madre¡±, explica. ¡°Ahora no podemos sacar absolutamente nada. Lo ¨²nico que nos queda es que se nos cruce un inversor y nos compre el producto, pero nadie lo quiere¡±, lamenta.
¡°No le¨ª el contrato; firm¨¦ porque confi¨¦ en quien me atendi¨® en la oficina, que me dijo que era seguro¡±, dice una inversora
Muchos afectados aseguran que se dejaron aconsejar y firmaron el contrato sin dudar. Ahora, cuando en su entidad les han informado de cambios de condiciones, se han dado cuenta de lo que firmaron. ?Qu¨¦ ha cambiado? Hasta julio de 2011, cuando un inversor quer¨ªa deshacerse de las preferentes, acud¨ªa a su entidad, y en general, las vend¨ªa en el mercado secundario a cambio del mismo valor exacto que el d¨ªa que las compr¨®, aunque hubieran pasado 18 a?os. La CNMV, sin embargo, record¨® a las entidades a trav¨¦s de un escrito el a?o pasado que deb¨ªan ajustar el valor de sus instrumentos h¨ªbridos (deuda subordinada y participaciones preferentes) a su valor razonable de mercado actual. Un cambio que hace que quienes quieran vender ahora sus preferentes se tengan que conformar con entre el 30% y el 60% de su inversi¨®n original.
Las entidades se defienden. Se?alan que el cambio de valor no fue decisi¨®n suya, sino del organismo regulador. Adem¨¢s, fuentes de distintas cajas y bancos aseguran que sus comerciales siempre fueron transparentes a la hora de colocar el producto. Aun as¨ª, la mayor¨ªa de entidades ha trazado un plan B para los clientes que no quieran las preferentes.
El Santander opt¨® por ofrecer a todos los titulares cambiarlas por acciones de la entidad, que pod¨ªan vender en Bolsa el primer d¨ªa que las recibieron. La f¨®rmula del Sabadell o de Bankia fue similar, aunque parte de las acciones las recibir¨¢n solo si han conservado el resto un m¨ªnimo de tiempo. El BBVA las canje¨® por bonos convertibles en acciones con dos tandas de vencimiento. A los bancos, cambiar preferentes por acciones les puede resultar beneficioso, ya que, mientras las preferentes son un lastre de cara a las exigencias de solvencia en Europa, los t¨ªtulos de Bolsa les permiten mejorar su capital de m¨¢xima calidad ¡ªcore capital Tier 1¡ª. Otras entidades, como La Caixa, han optado por f¨®rmulas distintas. Algunas ofrecen productos que, en lugar de ser un compromiso de por vida, acortan el plazo para recuperar lo invertido a uno, dos o hasta diez a?os.
Pero otras entidades, como Caixanova y Caixa Galicia (ahora unidas en Novagalicia Banco y en manos del FROB) no han ofrecido de momento una salida y los afectados las acusan de haberse aprovechado de la confianza de 43.000 clientes. Manuel Pard¨®s, presidente de la Asociaci¨®n de Usuarios de Bancos y Cajas, cree que se ha producido un ¡°abuso¡±, ya que las entidades ¡°han estado comercializando productos de riesgo entre los clientes como si fueran inversiones de renta fija¡±. Han provocado, defiende, que ¡°cerca de 700.000 ahorradores tengan ahora atrapados sus ahorros¡±.
Montserrat Gil, de 47 a?os, invirti¨® 10.000 euros en preferentes en marzo de 2011. ¡°Me llamaron de mi oficina despu¨¦s de recibir una peque?a herencia. Les expliqu¨¦ que quer¨ªa un plazo fijo solo a un a?o y algo muy seguro¡±. Pero Monserrat acept¨® las preferentes. Le pusieron delante los papeles, y los firm¨®. ¡°No le¨ª el contrato. He pasado mucho tiempo sinti¨¦ndome culpable por eso. Pero ya no. Confi¨¦ en la persona que me asesoraba. Y esa persona me enga?¨®¡±, dice.
Josep Flores compr¨® el producto hace 18 a?os para poner a salvo sus ahorros. ¡°Es frustrante. A los que decidimos no firmar una hipoteca para dormir tranquilos, ahora el mundo financiero tambi¨¦n nos hace sufrir¡±, lamenta. ?Fueron confiados o irresponsables? El departamento de atenci¨®n al inversor de la CNMV confirma que reciben muchas quejas relacionadas con las preferentes. La mayor¨ªa, de inversores que dicen que no fueron informados de los riesgos. Y les recomienda que, si creen que ¡°no daban el perfil¡±, reclamen.
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