El presidente dej¨® caer su obra: el gran banco del PP
Presionado por FMI y BCE, Rajoy ¡®mat¨®¡¯ a Rato con gran coste: ¨¦l lo nombr¨® y era la imagen de buena gesti¨®n de la derecha
Es dif¨ªcil ver la crisis de la cuarta entidad financiera del pa¨ªs, con 10 millones de clientes, miles de accionistas y participaciones mayoritarias en empresas clave como Iberia, como una jugada pol¨ªtica. Pero es exactamente lo que ha sido. El origen es el ladrillo y los problemas financieros. Pero todas las grandes decisiones de los ¨²ltimos tres a?os, los m¨¢s importantes, se han tomado en despachos pol¨ªticos. Y casi siempre estaba all¨ª Mariano Rajoy, aunque tambi¨¦n el Gobierno del PSOE y el Banco de Espa?a. Rajoy nombr¨® a Rato en Caja Madrid, sancion¨® la gran fusi¨®n de cajas controladas por el PP que fue Bankia, empujado por el valenciano Francisco Camps. Y ¨¦l ha dejado caer a Rato.
Todas las fuentes consultadas tanto en el Gobierno como en el PP coinciden en la misma idea: la crisis ha tenido un nudo y un desenlace totalmente pol¨ªticos. Tanto, que uno de los momentos clave, la decisi¨®n de Rato de dar marcha atr¨¢s cuando la fusi¨®n con CaixaBank ya estaba pr¨¢cticamente hecha, tiene una explicaci¨®n nada t¨¦cnica, seg¨²n estas fuentes, sino de pura lucha por el poder.
Rato argument¨® que la fusi¨®n con La Caixa daba el poder a CiU
Algunos en el PP aseguran que Rato no quer¨ªa compartir el poder con Isidre Fain¨¦, el presidente de La Caixa y Caixabank. El estilo hipercompetitivo del ex vicepresidente reforzar¨ªa esta tesis. Pero Rato ha contado otra versi¨®n a todas las personas de confianza que le han preguntado en los ¨²ltimos meses. Les dijo que no era una cuesti¨®n personal. ?l, del n¨²cleo fundador del PP, pata negra de AP, hombre clave de la derecha espa?ola, no pod¨ªa permitir que el poder del que ser¨ªa el principal banco de Espa?a quedara en manos del nacionalismo catal¨¢n, que controla la Generalitat y con ella La Caixa. Bankia era, siempre lo fue, el banco del PP. La fusi¨®n lo pod¨ªa transformar en una entidad controlada por CiU, dec¨ªa.
Le ofrecieron un poder compartido, y ser el n¨²mero uno cuando Fain¨¦ cumpliera 70 a?os, pero ¨¦l insist¨ªa en que un protocolo interno de CaixaBank hac¨ªa que, pasara lo que pasara, el poder se quedar¨ªa siempre en Barcelona.
La crisis del banco ha tenido un nudo y un desenlace totalmente pol¨ªticos
Precisamente la pol¨ªtica, los equilibrios internos dentro del PP, la historia del partido, la importancia de Rato ¡ªfue el rival directo de Rajoy para la sucesi¨®n de Aznar¡ª, han retrasado una decisi¨®n que estaba encima de la mesa del presidente hace al menos dos meses.
Rajoy ha esperado, como es su costumbre, hasta que la decisi¨®n parec¨ªa inevitable. Luis de Guindos, ministro de Econom¨ªa, lo ve¨ªa claro al menos desde marzo, seg¨²n diversas fuentes del Ejecutivo y del PP. Todos los miembros del Gobierno dedicados, como ¨¦l, a intentar vender a los inversores extranjeros las bondades de Espa?a se encontraban con un mismo problema. Vend¨ªan las reformas, los recortes, las opciones de negocio y los inversores les dec¨ªan: ¡°Todo muy bien ?Y qu¨¦ van a hacer con Bankia?¡±
Rajoy conoc¨ªa esa presi¨®n. Pero Rato insist¨ªa en aguantar y seguir en solitario. Se negaba a admitir los problemas. Como prueba, baste recordar lo que pas¨® hace solo 15 d¨ªas. El 26 de abril, el consejo de BFA, la matriz de Bankia, lleno de representantes del PP, pero tambi¨¦n del PSOE, IU, CCOO y UGT, se reuni¨®n en Valencia, en la sede de Bancaja. La cita dur¨® solo hora y media. Rato hizo un discurso tranquilizador, dijo que todo estaba en orden, que las cosas marchaban muy bien. Fue muy optimista, seg¨²n algunos consejeros. Y nadie, ni los representantes del PSOE o de los sindicatos, hizo ninguna cr¨ªtica ni se plantearon dudas. 15 d¨ªas despu¨¦s, el banco va a ser nacionalizado y esos consejeros destituidos.
A pesar de todo, de la prima de riesgo disparada, del hundimiento de los bancos en la Bolsa, sobre todo de Bankia, de las cr¨ªticas en prensa financiera internacional, de la impaciencia de algunos miembros del Gobierno, Rajoy segu¨ªa aguantando. Hasta que llegaron dos elementos clave.
Las medidas muestran que el poder interno de De Guindos es grande
Primero, un demoledor informe del FMI, que tuvo a sus expertos durante un mes en Espa?a. Bankia sal¨ªa muy mal parada y los t¨¦cnicos recomendaban ayudas p¨²blicas para recuperar el sector financiero. Rajoy siempre prometi¨® que no inyectar¨ªa dinero p¨²blico a los bancos. Tambi¨¦n eso le hac¨ªa resistirse: una nueva promesa incumplida, la t¨®nica de sus primeros meses. Pero ese informe fue clave para que rematara su decisi¨®n, y para que Rato se viera cada vez m¨¢s acorralado. Despu¨¦s, lleg¨® otro elemento, aunque en el Gobierno insisten en que es menos relevante que el del FMI: Rajoy se vio el jueves pasado en Barcelona con Mario Draghi, gobernador del Banco Central Europeo. Era evidente que la reforma financiera de febrero hab¨ªa sido insuficiente. Draghi quer¨ªa m¨¢s. Alguna decisi¨®n impactante para recuperar confianza. Y Bankia era y es el eje de todos los problemas.
Un d¨ªa despu¨¦s, el viernes, comenz¨® a fraguarse la dimisi¨®n de Rato. Se remat¨® durante el fin de semana y se anunci¨® el lunes. Rajoy dej¨® caer a Rato con un gran coste pol¨ªtico interno. Fue el presidente quien le impuso al frente de Caja Madrid en 2009, en una tensa reuni¨®n en su despacho de G¨¦nova 13 con Esperanza Aguirre, que quer¨ªa aupar a su mano derecha, Ignacio Gonz¨¢lez. Esto es, Rajoy asume el error de nombrarlo al destituirlo.
Adem¨¢s, Rato no es solo un personaje clave y querido dentro del PP. Es adem¨¢s la imagen del milagro econ¨®mico, de la buena gesti¨®n del PP en el Gobierno de Aznar, esa con la que Rajoy hizo campa?a para ganar en 2011. Con ¨¦l se rompe parte del mito del PP.
El presidente ha demostrado que est¨¢ dispuesto a cualquier cosa
La forma en la que se ha gestionado la dimisi¨®n, con un clamoroso silencio inicial del Gobierno, rumores, desplome de la bolsa y nuevo estallido de la prima de riesgo, preocupa a muchos en el PP y el Ejecutivo y devuelve al primer plano un gran debate: el error, para muchos, de no tener un vicepresidente econ¨®mico.
Ese silencio inicial incluy¨® un detalle que a nadie le se escapa: ning¨²n ministro, hasta que Guindos habl¨® el viernes, sali¨® a defender a Rato. Ni siquiera Rajoy cuando le preguntaron en Oporto. S¨®lo Dolores de Cospedal, obligada, y Vicente Mart¨ªnez Pujalte, por voluntad propia, lo hicieron.
El debate sobre la venta de la pol¨ªtica econ¨®mica sigue abierto. Todas las duras decisiones, incluido el banco malo o los copagos farmac¨¦uticos, que va apuntando De Guindos, acaban cumpli¨¦ndose, lo que muestra que su poder interno es grande. Pero no es vicepresidente, y eso hace que sus palabras no tengan la misma fuerza, hasta el punto de que ha sido varias veces cuestionado p¨²blicamente por miembros del PP.
En el Gobierno hay tres patas econ¨®micas: Guindos, Montoro y ?lvaro Nadal, jefe de la oficina econ¨®mica. Si a eso se le suma el Banco de Espa?a y el propio Rato, la crisis se ha hecho dificil¨ªsima de manejar. Y el estilo de Rajoy, que hace y deshace en la sombra pero rehuye las explicaciones, complica todo. Nadie discute el poder de Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, la vicepresidenta, pero no tiene perfil econ¨®mico. Por eso cada vez m¨¢s gente ve necesario que en alg¨²n momento Rajoy nombre un vicepresidente econ¨®mico con plenos poderes.
En cualquier caso muchos creen en el PP que la semana empez¨® mal para el Gobierno pero acaba bien. Rajoy ya ha hecho lo m¨¢s dif¨ªcil: echar a Rato y nacionalizar Bankia. Ahora ha demostrado que est¨¢ dispuesto a cualquier cosa, explican varios miembros del Ejecutivo y dirigentes del PP. Ese mensaje, conf¨ªan, tiene que llegar a los mercados. Y si no es as¨ª, se?alan, el siguiente paso est¨¢ ya encima de la mesa: la intervenci¨®n de alguna comunidad aut¨®noma como gesto de fortaleza. Esta semana hay un Consejo de Pol¨ªtica Fiscal clave. Como pas¨® con Bankia, Rajoy resistir¨¢ todo lo que pueda. Pero si lo ve inevitable para frenar a los mercados, lo har¨¢.
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