El sur de Europa registra ya una devaluaci¨®n v¨ªa sueldos
La Comisi¨®n Europea prev¨¦ que el ajuste seguir¨¢ despu¨¦s de 2013
El delirante concurso de eufemismos en el que se ha convertido la crisis europea tiene entre los ganadores un t¨¦rmino muy alem¨¢n y aparentemente inofensivo, devaluaci¨®n interna, que viene a ser una especie de varita m¨¢gica: a trav¨¦s de un feroz recorte de precios, costes y salarios, el sur de Europa deber¨ªa recuperar la competitividad perdida. J?rg Asmussen, exconsejero ¨¢ulico de la canciller alemana Angela Merkel y ahora azote de Espa?a en el Banco Central Europeo, ped¨ªa el a?o pasado esa medicina: ¡°La austeridad fiscal no es suficiente, porque hay varios pa¨ªses que tienen un problema de competitividad acumulado a lo largo de 10 a?os. Necesitamos una especie de devaluaci¨®n interna, empezando por los salarios¡±. La propia Merkel ha recetado ese aceite de ricino ¡ªcon apostillas de tinte populista sobre la edad de jubilaci¨®n y las vacaciones¡ª en numerosas ocasiones: ¡°Hay pa¨ªses que no pueden seguir actuando como hasta ahora¡±; ¡°Alemania ayuda si los dem¨¢s se esfuerzan: debe haber un quid pro quo¡±. Ese quid pro quo a¨²n no existe, pero m¨¢s porque Berl¨ªn se resiste a abrir la mano que por la falta de ajustes en el sur. Las previsiones de primavera de la UE detectan ya una fuerte correcci¨®n, una devaluaci¨®n interna en toda regla en la periferia de Europa, que arranca en 2010 ¡ªel a?o en el que Grecia prendi¨® la mecha de la desconfianza¡ª y se prolongar¨¢ hasta 2013 y a¨²n m¨¢s all¨¢ de esa fecha, seg¨²n la Comisi¨®n.
Los n¨²meros recogen fielmente esa pol¨ªtica de inspiraci¨®n alemana, muy dolorosa y terriblemente dif¨ªcil de lograr, a la vista de los numeros¨ªsimos fracasos cosechados en el ¨²ltimo siglo. Pero ah¨ª est¨¢n las cifras. Las remuneraciones de los trabajadores acumular¨¢n entre 2010 y 2012 un recorte real (descontando las diferencias de inflaci¨®n) superior al 20% en Grecia. En Portugal esa correcci¨®n supera el 10%, y en Irlanda y Espa?a ronda el 6%, frente a una subida del 1,5% en Alemania, el pa¨ªs modelo en el que hay que buscar la comparaci¨®n en pr¨¢cticamente todo: desde la deuda a 10 a?os hasta los costes laborales.
El restablecimiento de la competitividad, seg¨²n Berl¨ªn, pasa por corregir todos los precios y todos los salarios
Ese indicador, el de costes laborales, es el m¨¢s utilizado por los expertos que han estudiado el milagro alem¨¢n de la ¨²ltima d¨¦cada y media: las reformas del socialdem¨®crata Gerhard Schr?der permitieron congelar los salarios y se citan siempre como la poci¨®n m¨¢gica que ha permitido a la econom¨ªa alemana salir reforzada de esta crisis. La imposici¨®n de ese modelo en el sur es un hecho: el indicador m¨¢s fiable (los costes laborales unitarios reales) muestra recortes que suman m¨¢s de 10 puntos en Irlanda, Grecia y Espa?a, y est¨¢n muy cercanos en Portugal entre 2010 y 2013. En Alemania los costes han sido pr¨¢cticamente congelados a partir de 2010.
En Grecia, en Irlanda, en Portugal, en Espa?a, en Italia e incluso en Francia, los precios eran demasiado elevados con respecto a los de los pa¨ªses del norte. Para corregir esa diferencia que crea paro, impide la recuperaci¨®n y asfixia la industria, ya no es posible devaluar el tipo de cambio. El restablecimiento de la competitividad (si se descarta la ruptura del euro) pasa por la correcci¨®n de todos los precios y todos los salarios, seg¨²n la tesis de Berl¨ªn, que ha comprado Bruselas y que Madrid y el resto de capitales sure?as aplican con fervor o por imposici¨®n, seg¨²n el caso. Letonia e Irlanda fueron los dos pa¨ªses que administraron antes los ajustes, y demuestran que la empresa no es imposible aunque corre el peligro de dejar en los huesos a quienes se atrevan con esa dieta.
Hay otra forma de cerrar la brecha de la competitividad: que Alemania cree m¨¢s inflaci¨®n que sus socios o estimule subidas salariales
Bruselas considera que Espa?a, Portugal y Grecia iniciaron m¨¢s tarde los recortes y tardar¨¢n m¨¢s tiempo en ver los resultados. ¡°Hay ya un considerable reequilibrio en la UE, que se deja notar en las balanzas comerciales, y es probable que el ajuste contin¨²e, aunque a tasas m¨¢s moderadas¡±, incluso m¨¢s all¨¢ de 2013, seg¨²n el informe de la Comisi¨®n. En Espa?a, uno de los objetivos de la ¨²ltima reforma laboral del PP es lograr ¡°una mayor flexibilidad a la baja de la remuneraci¨®n salarial por trabajador¡±, seg¨²n el propio decreto. La reforma ha provocado m¨¢s destrucci¨®n de empleo, y la deseada (por el Gobierno) rebaja salarial ya se ha producido: los sueldos reales per c¨¢pita cayeron m¨¢s del 2% en 2010 y 2011, y se recortar¨¢n el 1,6% este a?o y el 1% el pr¨®ximo, seg¨²n los vaticinios de Bruselas.
La ecuaci¨®n de inspiraci¨®n alemana era aplicar ajustes y recortes para recuperar la confianza y empezar a crecer: el problema es que ni la confianza ni la recuperaci¨®n acaban de llegar. El G-20 e incluso el FMI achacan precisamente a Alemania la falta de resultados. Porque hay otra forma de cerrar la brecha de la competitividad, y es que Alemania cree m¨¢s inflaci¨®n que sus socios o estimule las subidas salariales, aunque eso se topa con el dogmatismo de Berl¨ªn, incluso con la historia. ¡°Lo que Europa realmente necesita es una subida salarial en Alemania¡±, se?ala Guntram Wolf, vicedirector del laboratorio de ideas Bruegel. Merkel acaba de anunciar que podr¨ªa tolerar algo m¨¢s de inflaci¨®n y que ve con buenos ojos las subidas salariales, tras a?os de congelaci¨®n. Esa, junto con el plan de est¨ªmulos que propone el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, y un papel m¨¢s activo del BCE, es la piedra filosofal que busca Europa para acabar con la crisis.
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