Marruecos se contagia de la crisis
La recesi¨®n europea afecta al vecino del sur, que sufre adem¨¢s problemas propios
¡°Soy yo el que ha pedido que este programa sea organizado, as¨ª que no te dejar¨¦ que me interrumpas con tus preguntas porque lo que digo es muy importante¡±. Abdelil¨¢ Benkiran, de 58 a?os, el islamista que dirige el Gobierno de Marruecos, perdi¨® algo los papeles el 6 de junio cuando compareci¨® durante una hora en directo en los dos principales canales de la televisi¨®n p¨²blica. En teor¨ªa, respond¨ªa a las preguntas de dos periodistas, pero estos apenas pudieron meter baza. La entrevista se convirti¨® en mon¨®logo.
Tres d¨ªas antes, el Ejecutivo hab¨ªa adoptado la decisi¨®n impopular de subir un 20% el precio de la gasolina y un 16% el del gas¨®leo. Aun as¨ª, el litro de gasolina, fijado ahora en 1,11 euros, sigue estando m¨¢s barato que en Ceuta (1,17 euros) o que en Barcelona (1,38).
De no haber tomado la decisi¨®n, la Caja de Compensaci¨®n, que subvenciona materias primas y alimentos b¨¢sicos, habr¨ªa reventado o el d¨¦ficit presupuestario se habr¨ªa disparado. En mayo la caja hab¨ªa gastado ya el 80% de su presupuesto anual, de casi 3.000 millones de euros.
¡°?Por qu¨¦ quer¨¦is que pague vuestra gasolina si hab¨¦is decidido motu proprio circular en coche en lugar de utilizar el transporte p¨²blico?¡±, pregunt¨® Benkiran airado a los entrevistadores, empe?ado en justificar la medida. El problema es que taxis colectivos y autobuses tambi¨¦n incrementaron sus tarifas en medio de grandes broncas callejeras con los usuarios y de huelgas espont¨¢neas del transporte.
El ministro Lahcen Daoudi advirti¨® que Marruecos est¨¢ ¡°al borde de la quiebra¡±
La subida de los hidrocarburos es el primer zarpazo a una pol¨ªtica social que los islamistas del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD) quer¨ªan potenciar cuando llegaron al Ejecutivo, pero que ahora se ven obligados a recortar a causa de una desaceleraci¨®n econ¨®mica que puede acabar en recesi¨®n.
A?ade una dosis de impopularidad a un jefe de Gobierno cuya dimisi¨®n reclamaron, a finales de mayo, 50.000 manifestantes convocados en Casablanca por dos sindicatos filo-socialistas (CDT y FDT). ¡°?Benkiran fuera!¡±, gritaban. La efervescencia social crece. Ser¨ªa a¨²n mayor si hubiese un frente com¨²n sindical.
La subida ¡°ha escandalizado a los pobres del pa¨ªs (...), sobre todo porque esperaban otra cosa, una aut¨¦ntica pol¨ªtica social por parte de un Gobierno de barbudos que supo generar tantas esperanzas en los corazones de categor¨ªas modestas y en aquellas que no lo son tanto¡±, escribe en un editorial el diario Akhbar al Youm.
Durante mucho tiempo, buena parte de los pol¨ªticos y economistas marroqu¨ªes vaticinaron que su pa¨ªs ser¨ªa inmune a la crisis porque su sistema financiero permanec¨ªa al margen de la globalizaci¨®n.
Espa?a, primer socio comercial
Espa?a se ha convertido, por primera vez, en el primer trimestre de este a?o, en el principal socio comercial de Marruecos, por delante de Francia, la principal potencia colonial. Hasta ahora, Espa?a era el primer proveedor si a las exportaciones legales se a?ad¨ªa el contrabando desde Ceuta y Melilla, que oscila, seg¨²n las estimaciones, entre 1.000 y 1.400 millones de euros al a?o y que, l¨®gicamente, no se contabilizan en la estad¨ªstica oficial.
Actualmente, los datos oficiales indican que el sector exportador espa?ol logr¨® colocar en Marruecos, entre enero y febrero, productos por valor de 776,3 millones de euros, un 35,14% m¨¢s que el a?o anterior, con un saldo favorable del 176,5%. Aunque los datos de marzo son provisionales, ese mes se repiti¨® la ¡°haza?a¡±. Marruecos absorbi¨® ya en 2011 exportaciones espa?olas por valor de 4.114 millones, lo que le convirti¨® en el segundo cliente de Espa?a fuera de Europa, solo superado por Estados Unidos.
A estas buenas nuevas para Espa?a hay que a?adir otras m¨¢s dif¨ªciles de contabilizar. Los marroqu¨ªes acomodados compran residencias en la Costa del Sol, mitigando algo el desplome del sector inmobiliario. El mercado espa?ol ¡°nunca fue tan atractivo y accesible para los marroqu¨ªes¡±, escribe el diario de Casablanca
Marruecos y sus emigrantes padecen, sin embargo, la crisis espa?ola. El 50,7% de los inmigrantes marroqu¨ªes en Espa?a est¨¢n en paro. Es el colectivo extranjero que m¨¢s empleos ha perdido desde 2008 (el 33% o 97.000 puestos de trabajo), probablemente porque muchos marroqu¨ªes trabajaban en la construcci¨®n, se?ala un informe publicado hace una semana y encargado por el Consejo de la Comunidad Marroqu¨ª en el Extranjero, un organismo oficial.
Cerca de 800.000 marroqu¨ªes residen legalmente en Espa?a, de los que el 64% son varones. M¨¢s de 133.000 marroqu¨ªes ya no reciben ning¨²n tipo de prestaci¨®n y rayan la indigencia. Algunos intentan sortear la crisis enviando a sus familias a Marruecos, donde les resulta m¨¢s barato vivir, y hasta regresan ellos mismos a su pa¨ªs, pero tratando siempre de no perder la residencia en Espa?a.
Los que han vuelto, aunque sea provisionalmente, son una peque?a carga para, por ejemplo, la ense?anza p¨²blica marroqu¨ª. Peor es la ca¨ªda del 33% (entre 2007 y 2011) de las remesas enviadas a casa, hasta situarse en 144 millones de euros. Junto con las exportaciones de fosfato y el turismo, las remesas son la principal fuente de divisas para Marruecos.
En la d¨¦cada pasada, Marruecos creci¨® casi al 5% de media gracias, en buena medida, a la demanda interna, pero ahora el Gobierno de Rabat no para de revisar a la baja la previsi¨®n para este a?o: en enero era del 5,5%; en febrero, del 4,2%, y en mayo, del 3,4%.
El banco central prev¨¦ incluso menos del 3%, un ritmo al que Marruecos destruye empleo. De hecho, el paro, medido con criterios menos rigurosos que en Europa, ya aument¨® en 93.000 personas en el primer trimestre y se situ¨® en el 14,4% de la poblaci¨®n activa en las zonas urbanas.
Las autoridades s¨ª son conscientes de los peligros que acechan al pa¨ªs. El ministro de Educaci¨®n, el islamista Lahcen Daoudi, advirti¨® que Marruecos est¨¢ ¡°al borde de la quiebra¡±. ¡°Marruecos est¨¢ enganchado a una locomotora que va cada vez m¨¢s despacio¡±, precis¨® el exministro de Finanzas Mohamed Berrada, aludiendo a la zona euro.
La crisis en Europa explica algunos de los reveses de la econom¨ªa marroqu¨ª, como la ligera ca¨ªda de la inversi¨®n extranjera, la de las remesas de los emigrantes y el estancamiento del turismo. El temor infundado al contagio de la primavera ¨¢rabe tambi¨¦n le perjudica. Turismo, remesas y exportaciones de minerales son los sectores que proporcionan divisas.
Al margen del contagio de Europa, hay factores intr¨ªnsecos que explican la mala racha de Marruecos. El primero es la agricultura, que a¨²n supone el 15% del PIB y da trabajo al 40% de los marroqu¨ªes. A causa de la sequ¨ªa, la cosecha de cereales ser¨¢ escasa, lo que repercute sobre el conjunto de la econom¨ªa. Para aliviar el d¨¦ficit, Rabat importar¨¢ trigo por valor de 936 millones de euros.
El gasto p¨²blico est¨¢ descontrolado no solo porque la Caja de Compensaci¨®n tuvo que hacer mayores desembolsos, sino porque la masa salarial en la funci¨®n p¨²blica subi¨® un 16,7%. La primavera ¨¢rabe se fren¨® en Marruecos con, entre otras medidas, un aumento generalizado del sueldo de los funcionarios. El objetivo de un d¨¦ficit presupuestario del 5,2% parece inalcanzable a menos que el Gobierno reduzca dr¨¢sticamente la inversi¨®n.
Para colmo, tambi¨¦n el d¨¦ficit comercial se ha disparado. En 2010 equival¨ªa al 10,7% del PIB, pero ahora ya est¨¢ en el 16,3%. Marruecos ¡°exporta menos de la mitad de lo que importa¡±, constata Lahcen Achy, investigador del Carneige Middle East Center. ¡°Eso refleja la escasa competitividad de su producci¨®n (...)¡±. Antes, remesas e ingresos por turismo compensaban ese desequilibrio comercial. Ahora ya no.
Ante la que parece avecinarse, algunos ministros eluden responsabilidades. El titular de Relaciones con el Parlamento, el islamista Habib Choubani, recordaba que su partido ostenta la mayor¨ªa, pero ¡°el poder est¨¢ fraccionado entre el rey, el Parlamento y el Gobierno¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.