C¨¢rceles, privatizaci¨®n e influencia
La derecha estadounidense incluye las prisiones en su campa?a en favor de las privatizaciones
A lo largo de los ¨²ltimos a?os, The New York Times ha publicado varios informes aterradores sobre el sistema de casas de reinserci¨®n de Nueva Jersey, que est¨¢n dirigidas de forma privada y que complementan el sistema normal de prisiones. La serie es un modelo de informes de investigaci¨®n que todo el mundo deber¨ªa leer, pero que tambi¨¦n deber¨ªa observarse en un contexto. Los horrores que describe forman parte de una pauta m¨¢s amplia en la que las funciones b¨¢sicas de gobierno se est¨¢n privatizando y deteriorando.
Antes que nada, respecto a esas casas de reinserci¨®n: en 2010, Chris Christie, el gobernador del Estado ¡ªque mantiene unos v¨ªnculos personales estrechos con Community Education Centers, el mayor operador de estas instalaciones, y que antes trabaj¨® como miembro de un grupo de presi¨®n para el grupo¡ª describ¨ªa las operaciones de la empresa como ¡°una representaci¨®n de lo mejor del esp¨ªritu humano¡±. Pero los informes de The Times describen, en cambio, algo m¨¢s parecido a un infierno en la tierra: un sistema mal dirigido, sin personal suficiente y con unos trabajadores desmoralizados, del que los individuos m¨¢s peligrosos escapan con frecuencia para causar estragos, mientras que los delincuentes relativamente poco peligrosos se enfrentan al terror y a los abusos por parte de otros internos.
Es una historia terrible, pero, como dije, tienen que verla en un contexto m¨¢s amplio, en el de una campa?a en todo el pa¨ªs de la derecha estadounidense para privatizar las funciones de gobierno, que incluye el funcionamiento de las c¨¢rceles. ?Qu¨¦ hay detr¨¢s de esta campa?a?
Podr¨ªamos sentirnos tentados a decir que refleja la fe de los conservadores en la magia del mercado, en la superioridad de la competencia del libre mercado sobre la planificaci¨®n del Gobierno. Y sin duda alguna, es la forma en la que a los pol¨ªticos de derechas les gusta enfocar el asunto.
La privatizaci¨®n puede funcionar como una forma sigilosa de endeudamiento p¨²blico
Pero si lo pensamos, aunque solo sea un minuto, nos damos cuenta de que lo ¨²nico que las empresas que forman el complejo industrial penitenciario ¡ªcomo Community Education o el gigante de las c¨¢rceles privadas Corrections Corporation of America¡ª no est¨¢n haciendo desde luego es competir en un libre mercado. En lugar de eso, viven de los contratos p¨²blicos. No existe ning¨²n mercado libre aqu¨ª, y no existe, por tanto, ninguna raz¨®n para esperar alguna mejora m¨¢gica en la eficiencia.
Y, como era de esperar, a pesar de las numerosas promesas de que la privatizaci¨®n de las c¨¢rceles dar¨ªa lugar a un enorme ahorro de costes, ese ahorro ¡ªcomo conclu¨ªa un exhaustivo estudio de la Oficina de Asesor¨ªa Jur¨ªdica, que forma parte del Departamento de Justicia¡ª ¡°sencillamente no se ha materializado¡±. Si los operadores de prisiones privados logran ahorrar dinero, es mediante ¡°reducciones de personal, prestaciones y otros costes relacionados con el trabajo¡±.
As¨ª que, veamos: las c¨¢rceles privatizadas ahorran dinero empleando a menos guardias y a menos trabajadores, y pag¨¢ndoles mal. Y luego tenemos historias terribles sobre la forma en que se dirigen estas c¨¢rceles. ?Qu¨¦ sorpresa! Entonces, ?qu¨¦ hay detr¨¢s de la campa?a para privatizar las c¨¢rceles, y casi todo lo dem¨¢s?
Una respuesta es que la privatizaci¨®n puede funcionar como una forma sigilosa de endeudamiento p¨²blico, en la que los Gobiernos evitan registrar gastos por adelantado (o incluso recaudan dinero vendiendo las instalaciones existentes) mientras aumentan los costes a largo plazo de forma que los contribuyentes no pueden ver. O¨ªmos hablar mucho de las deudas ocultas en que los Estados han incurrido en forma de pensiones de jubilaci¨®n; pero no o¨ªmos hablar mucho de las deudas ocultas que se est¨¢n acumulando actualmente en forma de contratos a largo plazo con empresas privadas contratadas para dirigir las c¨¢rceles, los colegios y m¨¢s establecimientos. Otra respuesta es que la privatizaci¨®n es una manera de deshacerse de los empleados p¨²blicos, que tienen la costumbre de sindicarse y que tienden a votar a los dem¨®cratas en cualquier caso.
Pero la respuesta principal, sin duda alguna, es seguir el dinero. Da igual lo que la privatizaci¨®n supone o no para los presupuestos estatales; piensen, en cambio, en lo que supone para los fondos de las campa?as y las finanzas personales de los pol¨ªticos y sus amigos. A medida que se privatizan cada vez m¨¢s funciones p¨²blicas, los Estados se convierten en para¨ªsos en los que hay que pagar para poder participar, en los que tanto las contribuciones pol¨ªticas como los contratos para los amigos y los familiares se convierten en un quid pro quo para conseguir negocios p¨²blicos. ?Las empresas se est¨¢n apoderando de los pol¨ªticos, o son los pol¨ªticos los que se est¨¢n apoderando de las empresas? ?Tiene alguna importancia?
Ahora alguien se?alar¨¢ seguramente que el Gobierno no privatizado tambi¨¦n tiene sus problemas de influencia excesiva, que los sindicatos de guardias de prisiones y de maestros tambi¨¦n tienen influencia pol¨ªtica, y que esta influencia distorsiona a veces la pol¨ªtica p¨²blica. Me parece bien, pero esa influencia tiende a ser relativamente transparente. Todo el mundo conoce esas pensiones p¨²blicas posiblemente excesivas; fue necesaria una investigaci¨®n de The Times durante varios meses para sacar a la luz el informe del infierno de las casas de reinserci¨®n de Nueva Jersey.
Por tanto, la cuesti¨®n es que no deben suponer que lo que The Times descubri¨® sobre la privatizaci¨®n de las c¨¢rceles en Nueva Jersey es un caso aislado de mala conducta. Por el contrario, casi con toda seguridad es un destello de una realidad paulatina y generalizada, de un nexo corrupto entre la privatizaci¨®n y la influencia que est¨¢ debilitando al Gobierno en gran parte de EE UU.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en Princeton y premio Nobel de 2008.
? New York Times Service 2012.
Traducci¨®n de News Clips.
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