No hay moneda sin Estado
Idea peligrosa: la gesti¨®n de la crisis es tan compleja que hay que d¨¢rsela a expertos En el rescate de la banca y en el plan de crecimiento de la UE hay dudas por despejar
En una semana han pasado todas las cumbres de mandatarios programadas (G-20, R¨ªo+20, Roma, Ecof¨ªn,¡) menos la del Consejo Europeo de los pr¨®ximos jueves y viernes, tan importante para el futuro de la UE, el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil de la recuperaci¨®n econ¨®mica. Para hacer el balance definitivo de estos d¨ªas ser¨¢ mejor conocer el vector dominante de las decisiones tomadas y contar con un poco de perspectiva para ver qu¨¦ parte de lo predicado se pone en pr¨¢ctica y si han sido o no otra oportunidad perdida.
En lo que se refiere a Europa parece haberse hecho hueco un cierto clima intelectual y econ¨®mico m¨¢s equilibrado que el existente. En primer lugar, la vehemencia en la defensa del euro y del proyecto europeo de los cuatro jefes de Gobierno reunidos en Roma (Merkel, Hollande, Monti y Rajoy) ha sido m¨¢s contundente. En el camino hacia una uni¨®n pol¨ªtica a largo plazo se ha colado con fuerza una etapa de la que no se hablaba hasta hace poco: la uni¨®n bancaria, que se a?ade a la convergencia fiscal y a la uni¨®n econ¨®mica como hitos intermedios de esa hoja de ruta. Como escribe Louis D. Brandeis, que fue juez del Tribunal Supremo de EEUU, los recursos de los bancos no son, en su mayor parte, ni propiedad de sus accionistas ni de sus administradores, y el grado de dependencia del conjunto de la econom¨ªa de las entidades financieras es de tal envergadura que la banca ¡°deber¨ªa ser tipificada como uno de los negocios afectos al inter¨¦s p¨²blico¡± (El dinero de los dem¨¢s, editorial Ariel).
Se debe determinar a¨²n la financiaci¨®n, el reparto y el calendario de las medidas de est¨ªmulo
La UE tambi¨¦n parece haberse movido hacia una mezcla de ortodoxia econ¨®mica con est¨ªmulos suaves, de austeridad y keynesianismo controlado, secundaria hasta la llegada de Hollande a la presidencia francesa. El Consejo Europeo deber¨¢ determinar el programa de actuaci¨®n, el calendario, las f¨®rmulas de financiaci¨®n y el reparto de ese 1% del PIB (130.000 millones de euros) que se utilizar¨¢ en pol¨ªticas de crecimiento y creaci¨®n de empleo, m¨¢s all¨¢ de las buenas intenciones. Y si ello es suficiente para arrancar a la zona del estancamiento o de un crecimiento muy por debajo de su potencial.
Respecto a Espa?a, tambi¨¦n persisten muchas inc¨®gnitas despu¨¦s de tanta reuni¨®n. Son los detalles que no se han dignado en especificar ninguna de las dos partes: ni los acreedores ni el deudor. Entre otros, cu¨¢nto dinero se demandar¨¢, el tipo de inter¨¦s (entre el 3% y el 4% citados hay un 25% de diferencia en el precio de ese dinero) y las condiciones del pr¨¦stamo (a?os de amortizaci¨®n y periodo de carencia); a qu¨¦ fondo de salvaci¨®n se acudir¨¢, lo que determinar¨¢ la prevalencia del pago; a qu¨¦ bancos se aplicar¨¢ la recapitalizaci¨®n y si ¨¦sta ser¨¢ con inyecciones de capital directas o a base de bonos contingentes convertibles; o si definitivamente habr¨¢ una vinculaci¨®n directa entre deuda bancaria y deuda soberana (tesis de Merkel, combatida por las autoridades espa?oles y cuestionada por la directora del FMI). Y sobre todo, si a la condicionalidad bancaria se le a?adir¨¢ una condicionalidad macroecon¨®mica y ser¨¢n de obligado cumplimiento para los ciudadanos espa?oles las recomendaciones de la Comisi¨®n: subida del Impuesto del Valor A?adido (IVA), eliminaci¨®n de la deducci¨®n fiscal por compra de vivienda, m¨¢s a?os de trabajo para jubilarse, reducci¨®n del seguro de desempleo y del monto de la pensi¨®n p¨²blica, etc¨¦tera.
Las pol¨ªticas de ajuste generan un divorcio cada vez mayor entre los ciudadanos y los pol¨ªticos
Despejar estas dudas y contradicciones es determinante: la obligatoriedad de aplicar pol¨ªticas de ajuste cada vez m¨¢s profundas a espaldas del sentir de los ciudadanos de un pa¨ªs genera un divorcio cada vez mayor entre ellos y sus representantes pol¨ªticos. Como desarrolla el polit¨®logo Jos¨¦ Fern¨¢ndez-Albertos (Democracia intervenida, editorial Catarata y Fundaci¨®n Alternativas) se est¨¢ extendiendo en algunas capas una idea fuerza muy peligrosa para la naturaleza de la propia democracia: bajo determinadas condiciones es sensato aislar a los pol¨ªticos de las demandas de los ciudadanos expresadas en las urnas, y puede ser socialmente ¨®ptimo restringir el margen de maniobra de los decisores pol¨ªticos democr¨¢ticos. La gesti¨®n de las econom¨ªas modernas es tan compleja que es mejor dejarla en manos de los expertos. Ello ya ha sido defendido en varios art¨ªculos de prensa en Espa?a. Escritos precisamente por algunos de esos expertos.
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