Por favor, deme mi dinero
La madre de Rosa vive con 500 euros al mes Ella y su marido ahorraron toda la vida para tener una buena vejez El banco le ha dicho que no se lo puede devolver
La madre de Rosa Ord¨®?ez Garc¨ªa enviud¨® hace cuatro a?os, desde entonces vive con una pensi¨®n de 500 euros mensuales. Sus padres emigraron a Par¨ªs en plena posguerra espa?ola. All¨ª trabajaron duramente y ahorraron todo lo que pudieron con mucho sacrificio. En 1969, regresaron a Madrid, y el padre de Rosa trabaj¨® como ortopedista en un negocio del centro de la capital, donde se pas¨® media vida confeccionando fajas, plantillas y cors¨¦s. Gracias a este trabajo y a la espartana econom¨ªa dom¨¦stica de la madre, la familia logr¨® hacerse con un colch¨®n familiar de 95.000 euros.
Hasta la fecha, la familia no ha necesitado tocar este dinero, pero ahora el hermano de Rosa atraviesa una dif¨ªcil situaci¨®n financiera y necesita utilizar estos ahorros. Sin embargo, el banco donde guardan el dinero ha trastocado sus planes y no les dejan sacar ni un euro porque han invertido su dinero en participaciones preferentes.
Rosa Ord¨®?ez tiene 40 a?os y vive en el barrio de Ciudad Lineal, en Madrid. Esta mujer menuda, de pelo corto y ojos alegres, confiesa que en los ¨²ltimos meses ha hecho un cursillo acelerado de econom¨ªa. Madre e hija no se pierden ni una de las reuniones que organiza una de las asociaciones de usuarios de cajas y bancos en su min¨²sculo despacho del barrio Delicias. ¡°Ya no sabemos d¨®nde recurrir, estamos desesperadas. Por culpa del banco, a mi madre se le ha ido el sue?o. No sabemos qu¨¦ hacer para que nos devuelvan lo que es nuestro¡±, se lamenta.
La relaci¨®n de la familia Ord¨®?ez Garc¨ªa con las participaciones preferentes comenz¨® una ma?ana en 2003. El padre de Rosa baj¨® a su entidad de la calle del Marqu¨¦s de Corbera y deposit¨® los ahorros de toda su vida en un mismo producto. El director, con el que ten¨ªa confianza, le vendi¨® el producto remarc¨¢ndole que era tan bueno que solo ten¨ªa ventajas. Las condiciones le parecieron atractivas: un alto inter¨¦s del 4% y lo que m¨¢s le convenci¨® era que podr¨ªa disponer de su dinero en el momento que quisiera, tan solo pagando seis euros. No dud¨® ni un segundo en firmar el contrato.
Las bancos hacen negocio con nosotros. Lo saben todo de ti, a qu¨¦ te dedicas y tu nivel de conocimientos"
Rosa no se explica c¨®mo han llegado a esta situaci¨®n. ¡°Cuando vamos a preguntar, nos dan largas. No nos ofrecen ninguna soluci¨®n que nos convenza. En todas las posibles alternativas somos nosotras las que salimos perdiendo¡±. Rosa a?ade que tampoco ayuda que los dos empleados que les vendieron las participaciones preferentes ya no trabajen en esta sucursal del barrio de La Elipa.
¡°Est¨¢ claro que los bancos hacen negocio con nosotros, pero a ellos les interesa cuidarte para que sigas siendo su cliente. El empleado te conoce, sabe a qu¨¦ te dedicas y tu nivel de conocimientos sobre el tema. Al igual que otro comercial debe informarte bien del producto¡±, razona Rosa.
Muchos afectados por las participaciones preferentes se sienten indefensos y no saben qu¨¦ hacer para recuperar el dinero. La mayor¨ªa no se encuentra con ¨¢nimo para denunciar a los bancos. Creen que si estas entidades han conseguido enga?arles, tambi¨¦n ser¨¢n capaces de ganarle en el juicio. Sin embargo, desde hace unos meses algunos tribunales de Murcia, Valencia, Zaragoza o Mallorca est¨¢n fallando a favor de los peque?os ahorradores.
El caso de la familia Ord¨®?ez Garc¨ªa comparte muchas similitudes con el de Marta, nombre ficticio, una peque?a ahorradora de 66 a?os que este mes ha ganado la batalla a su banco para recuperar el dinero que invirti¨® en participaciones preferentes. Su particular lucha empez¨® en septiembre de 2011 cuando asesorada por su abogado, Jaime Navarro Garc¨ªa, demand¨® a su banco. En menos de un a?o, la inversora ha conseguido que la Caja de Ahorros del Mediterr¨¢neo (CAM) le devolviera los 45.504 euros que hab¨ªa colocado en este producto financiero.
Una afectada ha conseguido que su banco le devuelva los 45.504 euros que invirti¨® en preferentes
La primera vez que Marta tuvo contacto con las preferentes ni siquiera sab¨ªa el tipo de producto que le estaban ofreciendo. El 26 de octubre de 2006, en una de sus visitas al banco, pregunt¨® a un empleado d¨®nde pod¨ªa invertir el dinero que ten¨ªa en otro dep¨®sito cuyo plazo venc¨ªa. Este trabajador le recomend¨® que colocara sus ahorros en un producto seguro y rentable, garantiz¨¢ndole que pod¨ªa retirar el dinero cuando quisiera. Salvo esta informaci¨®n, el empleado no le dio m¨¢s detalles. Tres a?os despu¨¦s, Marta quiso retirar su dinero, pero en el banco le informaron de que no era posible que retirara sus ahorros porque el producto que hab¨ªa comprado era de car¨¢cter perpetuo; es decir, que hab¨ªa adquirido un compromiso de inversi¨®n para toda la vida.
El caso de Marta no es el ¨²nico. En Espa?a, al menos una veintena de clientes ha ganado el pulso al banco. Todos los afectados han ganado por la misma causa: al tratarse de peque?os inversores no daba con el perfil adecuado y los bancos no les informaron adecuadamente de las condiciones del producto.
¡°Estos procesos llevan su tiempo, no hay que desesperar¡±. Es el primer consejo que da a todos los afectados Jaime Navarro Garc¨ªa, el abogado valenciano que defendi¨® a Marta ante la CAM. Cuando Marta se anim¨® a denunciar, entreg¨® al abogado todos los contratos que hab¨ªa firmado con esta entidad. Uno de los documentos m¨¢s importantes es el llamado test Mifid, que eval¨²a los conocimientos financieros de cada inversor. Navarro estudi¨® toda la documentaci¨®n, consider¨® que Marta ten¨ªa ¡°bastantes posibilidades de poder ganar el juicio al no tener los conocimientos financieros y econ¨®micos suficientes para comprar un producto tan complejo¡±.
Ante el juez, el representante de la CAM aleg¨® que el empleado que la atendi¨® fue un intermediario de la empresa y le que inform¨® perfectamente de las caracter¨ªsticas del producto a su clienta. La ahorradora aclar¨® que nadie le advirti¨® de los riesgos que asum¨ªa, ni siquiera le dijeron que se trataban de participaciones preferentes. El juez dio la raz¨®n a la afectada al considerar que el banco no le hab¨ªa dado informaci¨®n clara y completa para que pudiera tomar una decisi¨®n libre y consciente.
Las entidades financieras espa?olas comenzaron a emitir y vender participaciones preferentes en 1999. Este producto, un instrumento complejo y de riesgo elevado para peque?os y medianos inversores, fue ofrecido a los clientes a trav¨¦s de sucursales de 52 cajas y bancos, en muchas de ellas hasta principios de 2011. Hasta 2011 las colocaron por un valor total de 31.634 millones de euros entre 700.000 clientes.
El mayor volumen de emisi¨®n de participaciones preferentes a minoristas se produjo entre 1999 y 2004, con el Gobierno del PP. En estos a?os se suscribieron participaciones por valor de 18.300 millones de euros. En noviembre de 2004 cambi¨® la normativa y se endurecieron las condiciones por lo que el ritmo de suscripci¨®n cay¨® dr¨¢sticamente. Pero en 2009, otra vez la emisi¨®n se dispar¨® (11.300 millones) como consecuencia de que los bancos volvieron a recurrir con fuerza a estos productos porque necesitaban recapitalizarse.
La mayor¨ªa de los afectados son jubilados. Muchos de ellos fueron educados en la cultura del ahorro. Los bancos ofrecen algunas posibilidades como canjear las participaciones por acciones en el caso de Bankia, Santander o la CAM. Otros como BBVA, el Banco Popular o Caixabank ofrecen bonos convertibles a sus clientes. Otras entidades han optado por cambiar las participaciones por dep¨®sitos a largo plazo como CajaSur o BBK.
La sentencia que gan¨® Navarro a la CAM abre una esperanza a miles de peque?os inversores que, como Rosa, se sienten estafados. ¡°Son buenas noticias que te hacen pensar que no todo est¨¢ perdido¡±, comenta. En las asambleas, un grupo de j¨®venes abogados asesora a los peque?os ahorradores. Dentro de poco la asociaci¨®n de afectados presentar¨¢ una demanda conjunta. Todav¨ªa ninguna asociaci¨®n ha ganado una demanda m¨²ltiple. Habr¨¢ que esperar
?MiFID?
Hay algo que tienen en com¨²n aquellos que le han ganado la batalla al banco para recuperar el dinero que invirtieron en las preferentes: ninguno de ellos sab¨ªa de finanzas o econom¨ªa. En la mayor¨ªa de los casos, ni siquiera sab¨ªan que compraban participaciones preferentes o que ten¨ªan un alto riesgo de no poder recuperar su capital. Los bancos pod¨ªan, sin embargo, conocer el tipo de cliente al que le vend¨ªan este producto. Y estaban obligados a ello. El 1 de noviembre de 2007 entr¨® en vigor la Directiva europea sobre Mercados de Instrumentos Financieros, conocida como MiFID, un examen que eval¨²a los conocimientos para determinar si el cliente se adec¨²a al producto que va a adquirir, y que las entidades financieras deben realizar. La finalidad del MiFID es mejorar la protecci¨®n del inversor, en especial del peque?o. En caso de que haya alguna irregularidad, la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) puede dar la raz¨®n al afectado.
Los clientes de las preferentes no se sometieron al test MiFID. En muchos casos, lo hicieron sin saber la importancia de este test y sus implicaciones.
Ese test incluye una serie de preguntas dirigidas a los inversores. Una vez que el empleado bancario explica las caracter¨ªsticas de un producto ¡ªlas preferentes en este caso¡ª, debe entregar al cliente un cuestionario con preguntas como ¨¦stas: ¡°?Entiende usted conceptos financieros como los tipos de inter¨¦s o las acciones?¡± ¡°?Entiende usted aspectos financieros como volatilidad o correlaci¨®n?¡± ¡°?Conoce los grupos de productos de riesgo bajo, medio y de alto riesgo?¡±
Tras esas preguntas generales sobre finanzas o econom¨ªa, las preguntas se encaminan m¨¢s a determinar si el cliente conoce en profundidad el mundo bancario o cu¨¢l es su nivel de formaci¨®n. ¡°?Ha trabajado en los ¨²ltimos tres a?os en el sector financiero o conoce la operativa de los mercados de valores?¡±
Un tercer bloque de preguntas se centra en saber si el cliente tiene experiencia previa en la contrataci¨®n de productos similares al que se interesa.
Este cuestionario, sencillo a simple vista, divide a los clientes en tres grupos: contraparte elegible, profesional y minorista. El primero se refiere a las entidades e intermediarios financieros, que cuentan con conocimientos especializados y, por tanto, no necesitan ning¨²n tipo de protecci¨®n. Los profesionales son b¨¢sicamente instituciones y empresas que deben cumplir con dos de tres requisitos: han de tener fondos superiores a dos millones de euros, un volumen de negocio de 40 millones o un balance superior a los 20 millones. Y por ¨²ltimo, los minoristas, grupo en el que figura la mayor¨ªa de compradores de preferentes. Se trata de particulares due?os de tiendas, locales o comercios, as¨ª como peque?os ahorradores.
La CNMV considera que, en el caso de las preferentes, el problema de las reclamaciones est¨¢ en las pruebas. Las explicaciones verbales, en la mayor¨ªa de los casos, no son v¨¢lidas como pruebas. El cliente o inversor deber¨¢ aferrarse a los documentos para conseguir que su reclamaci¨®n sea efectiva.
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