El d¨ªa que Goirigolzarri...
Solo una recesi¨®n mundial obligar¨¢ a reconsiderar la soluci¨®n a la crisis, que pasa por m¨¢s inflaci¨®n Ni la intervenci¨®n salvar¨¢ a la econom¨ªa espa?ola de su principal problema: la falta de crecimiento
La fecha en que Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri anunci¨® sus necesidades de capital para el Grupo Bankia, el sistema financiero espa?ol inici¨® la senda del rescate, y puede que la econom¨ªa espa?ola tambi¨¦n. ?Qu¨¦ hubiera ocurrido si, en lugar de 23.500 millones hubiera reclamado la mitad? Nunca lo sabremos pero, quiz¨¢, la rapidez del deterioro no hubiera sido tan intensa. Desde entonces, y a pesar de que el Tesoro espa?ol sigue pudiendo financiarse en los mercados de capitales, se ha vuelto discutir de si la ayuda al sistema bancario ha sido un rescate de la econom¨ªa espa?ola o de cu¨¢ndo ser¨¢ el rescate completo.
Mientras tanto, los mercados financieros no est¨¢n reflejando el enorme ¡°evento sist¨¦mico¡± que ser¨ªa una eventual intervenci¨®n de la econom¨ªa espa?ola: ni los ¨ªndices de Bolsa del resto del mundo ni los indicadores de riesgo de cr¨¦dito se?alan a un problema para cuya resoluci¨®n no hay dinero disponible. Y como su no resoluci¨®n supondr¨ªa la quiebra del sistema financiero mundial, resulta un poco extra?o que este no lo est¨¦ acusando. Al menos por ahora.
En cualquier caso, ni la intervenci¨®n ni la no intervenci¨®n salvar¨¢n a la econom¨ªa espa?ola de su principal problema: la falta de crecimiento. Es m¨¢s, un rescate implicar¨ªa la aceptaci¨®n de condiciones de recorte del gasto aun m¨¢s duras que las actuales y, por tanto, una recesi¨®n m¨¢s larga y m¨¢s profunda que la prevista, ya que cualquier reducci¨®n del gasto se traduce, con independencia de otros factores compensatorios, en una reducci¨®n equivalente del PIB. Todo ello agravado por la probable entrada en recesi¨®n de la econom¨ªa mundial.
Habr¨¢ que discutir como monetizar las p¨¦rdidas de los bancos y los d¨¦ficits de los Gobiernos
En Europa, solo la econom¨ªa alemana mantiene algo de crecimiento. Cuando entre en recesi¨®n ser¨¢ llegado el momento en que los diferentes bloques econ¨®micos parlamentar¨¢n para ver c¨®mo aplicar pol¨ªticas de est¨ªmulo de nuevo. Igual que hicieron en 2008. Y, quiz¨¢, tendr¨¢n que empezar a discutir c¨®mo monetizar las p¨¦rdidas de los bancos y los d¨¦ficits de los Gobiernos, en todo o en parte. Algo que podr¨ªa ser inflacionario. Pero es que de ninguna de las tres grandes crisis de los ¨²ltimos 110 a?os se ha salido sin inflaci¨®n (en dos de esos casos, con inflaci¨®n acompa?ada de guerra mundial; en el tercero, los pasados a?os setenta, sin guerra, con la inflaci¨®n provocada por la espiral incremento de precios / incremento de salarios que m¨¢s tarde se yugular¨ªa para volver a crecer de forma sostenida).
De modo que el crecimiento econ¨®mico espa?ol tendr¨¢ que venir como una ¡°bendici¨®n oculta¡± bajo el peso de una recesi¨®n mundial que obligue a reconsiderar los par¨¢metros actuales; bajo el ropaje de un incremento de la inflaci¨®n que ayude a pagar sus deudas a los deudores y anime a gastar a los ahorradores que, de otra forma, ver¨¢n c¨®mo sus ahorros se deprecian; forzando a una parte de esos ahorradores, las empresas, a poner en movimiento los siete billones de d¨®lares ¡°ociosos¡± que acumulan en sus tesorer¨ªas; que, incluso, recurra a la fuerza coercitiva de un coeficiente de inversi¨®n para esas mismas empresas (Roosevelt ya aplic¨® un impuesto a los beneficios no distribuidos). Y que abra un nuevo cap¨ªtulo: el d¨ªa que la inflaci¨®n¡
Juan Ignacio Crespo es analista financiero, autor del libro Las dos pr¨®ximas recesiones.
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