¡°En una crisis el consumidor se vuelve m¨¢s inteligente¡±
Javier P¨¦rez preside la divisi¨®n europea de Mastercard Muchos pa¨ªses ya est¨¢n dando un salto m¨¢s con el pago a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil
En la solapa luce una chapa con el lema No cash (No al efectivo). Eso no es extra?o porque Javier P¨¦rez preside la divisi¨®n europea de Mastercard. Pero hoy P¨¦rez no solo defiende el pl¨¢stico frente al efectivo, sino que muchos pa¨ªses ya est¨¢n dando un salto m¨¢s con el pago a trav¨¦s del tel¨¦fono m¨®vil. Las innovaciones, seg¨²n dice, en parte explican la subida de dos d¨ªgitos del beneficio de la compa?¨ªa en el primer trimestre a pesar de la crisis en Europa, que supone un tercio de su negocio.
Pregunta. Han lanzado un nuevo medio de pago para m¨®viles. ?Es un escal¨®n m¨¢s que supera al pl¨¢stico?
Respuesta. El paypass wallet es una revoluci¨®n en el mundo de los medios de pago porque permite cargar la tarjeta de pago del consumidor en un monedero electr¨®nico que es una aplicaci¨®n residente en un m¨®vil. La tecnolog¨ªa permite usar ese monedero en el mundo f¨ªsico mediante un terminal o en el virtual a trav¨¦s de un sistema de pago de finalizaci¨®n de compra, con un solo clic y de forma segura, eficiente y simple.
P. ?Se ha llegado a acuerdos con compa?¨ªas de telefon¨ªa para ofrecer este sistema?
El Gobierno ha entendido el menor coste de las tarjetas frente al efecto
R. Los tenemos con muchas empresas, pero no es imprescindible porque no es necesario usar la tarjeta SIM del tel¨¦fono.
P. Ese mundo sin billetes ni monedas no acaba de llegar. ?Para cu¨¢ndo?
R. Los mercados tienen diferentes grados de adopci¨®n de la tecnolog¨ªa. Hay pa¨ªses que saltar¨¢n enseguida a la nueva tecnolog¨ªa m¨®vil y otros lo har¨¢n m¨¢s lentamente. En el mundo tecnol¨®gico, los est¨¢ndares conviven durante cierto tiempo. Vamos hacia un mundo donde el efectivo va a ser m¨ªnimo, pero no creo que desaparezca completamente en los pr¨®ximos 10 o 15 a?os. El efectivo tiene un coste muy elevado para el particular y para la econom¨ªa. Y los Gobiernos son m¨¢s conscientes de ello. Espa?a est¨¢ incentivando el pago electr¨®nico para transacciones de m¨¢s de 2.500 euros. Y lo mismo han hecho Italia, Grecia o Rusia. El Gobierno ha entendido la mayor eficacia y los menores costes del dinero electr¨®nico frente al f¨ªsico, adem¨¢s de la posibilidad de luchar contra la econom¨ªa sumergida.
Hemos notado un movimiento de los vol¨²menes de cr¨¦dito a d¨¦bito
P. ?Han calculado cu¨¢nto dinero sumergido podr¨ªa aflorar el uso de las tarjetas?
R. S¨ª. Si se reemplazara casi todo el efectivo por transacciones electr¨®nicas, aflorar¨ªan unos 70.000 millones de euros en Espa?a.
P. ?Los pa¨ªses con m¨¢s uso de los medios de pago electr¨®nico tienen menos econom¨ªa sumergida?
R. S¨ª, as¨ª es.
P. En el primer trimestre, Mastercard logr¨® un incremento del beneficio del 21%. ?C¨®mo es posible hacerlo en plena crisis financiera en Europa?
R. En un momento de crisis, el consumidor se vuelve m¨¢s inteligente. Dicho de otra forma: en unas circunstancias de presi¨®n econ¨®mica, si hay que elegir pagar en efectivo sin recibir nada a cambio o hacerlo con tarjeta y recibir millas o noches en hotel, el consumidor es m¨¢s sensible y usa el medio de pago que m¨¢s beneficio le da. Por eso Mastercard crece a un ritmo del 17% en Europa.
P. ?En qu¨¦ pa¨ªses crece m¨¢s?
R. En el este de Europa, porque est¨¢ en pleno desarrollo, pero en general en todas partes.
P. En Estados Unidos han lanzado un sistema de cupones de descuento diarios. ?Aqu¨ª har¨¢n lo mismo?
En un contexto de crisis, la gente usa m¨¢s el dinero de pl¨¢stico
R. Parte del futuro desarrollo del paypass wallet es la introducci¨®n de ofertas para el consumidor. Es decir, ofrecer¨¢ al comercio una pasarela, un punto de contacto para hacer ofertas a sus clientes de forma automatizada.
La reducci¨®n de la tasa de intercambio nunca llega al consumidor
P. ?Y no notan en nada las restricciones de cr¨¦dito? Por ejemplo, ?los bancos no han estrechado los l¨ªmites de cr¨¦dito de sus clientes?
R. Eso s¨ª se ha notado, pero se ha compensado con un mayor deseo del consumidor por usar el pl¨¢stico. S¨ª hemos visto un movimiento de los vol¨²menes de cr¨¦dito a d¨¦bito para hacer los pagos diarios.
P. ?Y en Espa?a se ha notado m¨¢s que en otros pa¨ªses?
R. No. La l¨®gica es la misma en toda Europa, salvo en Alemania, donde hay menos tarjetas de cr¨¦dito que en Espa?a.
P. ?Por qu¨¦?
R. Es un pa¨ªs de d¨¦bito. Les gusta pagar a d¨¦bito porque los bancos alemanes ofrecen a toda cuenta corriente un sobregiro autom¨¢tico.
P. Han tenido varios encontronazos con la Comisi¨®n Europea a prop¨®sito de las comisiones transfronterizas. ?Siguen hablando sobre ese asunto?
R. La Comisi¨®n nos invit¨® a participar en un debate vinculado a un Libro Blanco que se har¨¢ sobre la cuesti¨®n. Toda la industria ha podido aportar su punto de vista. Se trata de que todos los participantes en los pagos tengan una situaci¨®n que les permita sobrevivir y ganarse la vida y que el particular tenga la mayor innovaci¨®n, el m¨¢ximo de servicios y el menor coste. La disyuntiva es eso o ir a un modelo australiano, en el que el particular tiene que acabar pagando por todos los dem¨¢s que tambi¨¦n se benefician del dinero electr¨®nico. Cuando se redujo la tasa de intercambio en ese pa¨ªs, los ciudadanos pagaron 482 millones de d¨®lares australianos solo en el primer a?o.
P. La Comisi¨®n cree lo contrario: que el consumidor, adem¨¢s del mantenimiento, paga por la tasa que el comerciante le traslada al producto...
R. La realidad es otra. Y vamos a hacer un estudio para Espa?a. Si una camisa vale 50 euros, a pesar de que se reduzca la tasa de intercambio a la mitad, el precio seguir¨¢ siendo 50 euros. La reducci¨®n de la tasa de intercambio nunca llega al consumidor. En cambio, de inmediato se produce una subida de las cuotas anuales de coste de tarjeta y de las comisiones al consumidor. Y eso es injusto. El consumidor no tiene por qu¨¦ asumir todo el coste cuando son muchos quienes se benefician del proceso.
P. El Tribunal de Luxemburgo ya ha fallado en contra de esas tasas, lo cual Mastercard ha apelado. ?Qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ esa sentencia?
R. El fallo, si se mantiene, entorpecer¨ªa el intercambio e inclinar¨ªa claramente la balanza en contra de los consumidores. Adem¨¢s, se pondr¨ªa en peligro la continuidad en la entrada de tecnolog¨ªas de pago electr¨®nica m¨¢s avanzadas.
P. ?Y qu¨¦ impacto tendr¨ªa sobre su negocio?
R. Nosotros no nos beneficiamos de las tasas de intercambio. No tenemos ning¨²n ingreso derivado de ellas. Pero es un sistema que ha funcionado muy bien porque nos ha permitido que el consumidor tenga un m¨¦todo alternativo de pago al efectivo que es seguro y mundial. Tambi¨¦n nos ha permitido lanzar el comercio electr¨®nico, que ahorra abrir m¨¢s tiendas. Y ahora nos permite introducir el comercio m¨®vil, otra mejora fundamental para la econom¨ªa mundial. Acabar con estas nuevas tecnolog¨ªas tendr¨ªa un gran coste social. J
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