No ser ¡®conejo de indias¡¯ del euro
La UE es como una orquesta sinf¨®nica sin director ni partitura Salvar solo el euro puede ser sin¨®nimo de euroestacamiento
El profesor Fabi¨¢n Estap¨¦, mi maestro en la Universidad de Barcelona, acostumbraba a advertirme contra los riesgos de la falta de profesionalidad. En una ocasi¨®n ilustr¨® ese temor con un ejemplo muy de su estilo. Si alguna vez te atracan, me dijo, no te resistas, pero preg¨²ntale al ladr¨®n: ¡°?Oiga, es usted un verdadero profesional del robo? Si es as¨ª, adelante; pero si no lo es, vaya a aprender el oficio con otro y cuando lo sepa vuelva conmigo¡±.
Utilizo esta an¨¦cdota para expresar la inquietud que me producen las negociaciones para acordar las condiciones del rescate de la banca espa?ola y, en su caso, de una adicional para aliviar la presi¨®n sobre la deuda y mantener la capacidad del Tesoro espa?ol para financiarse en los mercados. Mi temor es que Espa?a acabe siendo el nuevo conejo de indias de la falta de profesionalidad de Bruselas, Berl¨ªn y Francfort en este complicado oficio de gestionar rescates.
Se cargan mucho las tintas, y con raz¨®n, en las carencias de nuestros Gobiernos, tanto del actual como del anterior, en la gesti¨®n de la crisis. Pero, como acad¨¦mico que he dedicado una parte de mi trabajo a estudiar los procesos de formaci¨®n de pol¨ªticas econ¨®micas, les puedo asegurar que es dif¨ªcil encontrar ejemplos de mayor impericia profesional que la que muestran las autoridades europeas. Su torpe actuaci¨®n me hace a?orar la profesionalidad del Fondo Monetario Internacional (FMI) en estos asuntos. All¨ª hay oficio, adquirido a lo largo de m¨¢s de medio siglo de gestionar rescates.
Cuando hablo de falta de profesionalidad no me refiero a la capacitaci¨®n t¨¦cnica de la gente que est¨¢ en esos organismos europeos, sino a su funcionamiento. La Uni¨®n Europea (UE) es un verdadero galimat¨ªas de instituciones europeas y Gobiernos nacionales en que cada uno va por su cuenta. Es como una orquesta sinf¨®nica sin director ni partitura, en la que cada m¨²sico va a su aire y toca lo que le parece en el momento en que le da la gana. No existe un verdadero inter¨¦s general europeo, ni nadie que lo represente. No es de sorprender que dominen los intereses nacionales de los pa¨ªses m¨¢s fuertes.
Es dif¨ªcil encontrar mayor impericia profesional que la que muestran las autoridades europeas
Eso s¨ª, todos dicen estar preocupados por el futuro del euro. Pero nadie parece preocuparse por la econom¨ªa, el paro y el deterioro de las condiciones de vida de un creciente n¨²mero de ciudadanos. Por eso, cuando Mario Draghi afirma que el Banco Central Europeo (BCE) har¨¢ ¡°todo lo necesario para salvar al euro¡±, hay que decirle que lo necesario no es suficiente. Salvar solo el euro puede ser sin¨®nimo de euroestacamiento, con las consecuencias sociales y pol¨ªticas que eso puede traer consigo.
En ese galimat¨ªas y falta de oficio europeo el riesgo para cualquier pa¨ªs que se vea obligado a pedir la ayuda europea es convertirse en conejillo de indias del euro. Hace unas semanas, en un encuentro en el palacio de la Magdalena de Santander, Guillermo de la Dehesa nos recordaba que cuando surgi¨®, en 2010, el problema de la deuda griega se sugiri¨® la intervenci¨®n del FMI para dise?ar un rescate que en dos a?os reestructurase la deuda y le permitiese a ese pa¨ªs encontrar una v¨ªa de salida. Probablemente, recordaba De la Dehesa, hubiesen sido necesarios solo unos 30.000 millones de euros. Pero las autoridades europeas no lo consintieron por considerarlo un ¡°estigma¡± para ellas. El rescate que se le impuso clama al cielo. T¨¦cnicamente fue una chapuza. Y las consecuencias para los griegos, un drama. De ah¨ª mi temor a que seamos nosotros el nuevo conejo de indias.
No pienso que el papel de un economista sea decirle al Gobierno lo que debe hacer; aunque, eso s¨ª, podemos y debemos decir algo sobre las consecuencias de hacer o no hacer una determinada cosa. Pero como ciudadano temeroso de ser convertido en conejillo de indias s¨ª que puedo decir c¨®mo me gustar¨ªa que actuase mi Gobierno en la negociaci¨®n de un rescate. Estas son mis cuatro propuestas:
Primera. Deber¨ªa saber poner en valor las capacidades que tiene el pa¨ªs y desarrollar una labor de fortalecimiento de la autoestima. En esa labor deber¨ªa ser ayudado por el conjunto de las fuerzas pol¨ªticas y las ¨¦lites sociales, econ¨®micas y empresariales. Cuando veo el comportamiento a lo largo de la ¨²ltima d¨¦cada de las exportaciones o, ahora, la capacidad de nuestros j¨®venes profesionales y universitarios para ¡°emigrar¡± sin dramatismos, me admira. Hay que poner en valor estas capacidades.
Segunda. El Gobierno debe negociar con convicci¨®n y negarse a que Espa?a sea convertida en el nuevo conejo de indias para que la UE y el BCE experimenten el modelo de rescate bancario que despu¨¦s tambi¨¦n tendr¨¢ que hacerse con la banca de otros pa¨ªses. El coste de ese aprendizaje no lo podemos pagar solo nosotros.
Tercera. Antes de firmar cualquier acuerdo de rescate, el Gobierno debe exigir a Berl¨ªn, Francfort y Bruselas que aclaren cu¨¢l es la hoja de ruta del euro. Hay que saber si hay un inter¨¦s general europeo por el que convenga sacrificarse. Sin saber hacia d¨®nde vamos y de qu¨¦ forma es mejor no iniciar la traves¨ªa.
Cuarta. El Gobierno debe abandonar su pol¨ªtica de recortes, ocurrencias y reformas a trompicones y hablar de pol¨ªtica econ¨®mica con una sola voz. Debe proponer a la sociedad y debatir en el Congreso un plan de ajuste, reforma y crecimiento coherente, con unos objetivos claros, tanto de eficiencia econ¨®mica como de equidad. La mayor¨ªa de ciudadanos est¨¢n dispuestos a hacer el esfuerzo necesario para salir de esta situaci¨®n, pero necesitan saber cu¨¢l es el objetivo de este esfuerzo. Este programa de actuaci¨®n debe ser desarrollado de forma unilateral, tanto si el euro sigue adelante como si no.
De todas ellas la prioritaria es la primera. Sin recuperar la autoestima, la confianza en nosotros mismos, no podremos evitar ser conejo de indias del euro.
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