El desempleo de larga duraci¨®n deja al 57 por ciento de los parados lusos sin subsidio
En Portugal, que tiene 10,5 millones de habitantes, 5,5 en edad de trabajar, el segundo trimestre del a?o acab¨® con 827.000 desempleados oficiales, de los que el 57 % no recibe subsidio, seg¨²n se desprende del cruce de datos entre la Seguridad Social y el Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Y las previsiones auguran un futuro a corto plazo todav¨ªa peor.
Los cierres de empresas y las reestructuraciones de plantilla son un goteo que no cesa en el pa¨ªs, donde se ha disparado la tasa de desempleo hasta el 15 %, tres puntos porcentuales m¨¢s que hace un a?o. Es decir, 152.000 personas a la calle.
Detr¨¢s de esta situaci¨®n, calificada por la oposici¨®n de izquierda y organizaciones no gubernamentales como de "emergencia social", se esconde la historia de miles de portugueses, muchos de ellos con hijos y familiares a su cargo, que se ven abocados a la emigraci¨®n o a actividades econ¨®micas "en negro".
La p¨¦rdida del subsidio ha incrementado exponencialmente las peticiones de apoyo a entidades como la cat¨®lica C¨¢ritas, desde donde subrayan el car¨¢cter b¨¢sico de muchas de estas solicitudes.
"Nos piden ayuda para poder pagar la renta de la casa, ya sea la hipoteca al banco o el alquiler al due?o; para cubrir los gastos de luz, agua y gas; e incluso para comprar medicamentos y costear los gastos de transporte hasta el centro de salud", revela Domingos de Sousa, tesorero de la instituci¨®n.
Adem¨¢s del desempleo, los draconianos ajustes aprobados por el Gobierno conservador luso para cumplir con el acuerdo firmado con la UE y el FMI a cambio de su rescate financiero han afectado el d¨ªa a d¨ªa de los portugueses, que afrontan la subida generalizada de impuestos y la reducci¨®n del gasto p¨²blico.
De Sousa insta al Ejecutivo a implementar las reformas necesarias "pero de forma ponderada para no crear m¨¢s dramas sociales", y considera que el pa¨ªs -con un salario medio de 17.000 euros anuales- se encuentra "al l¨ªmite del esfuerzo que puede soportar".
"Se est¨¢ llegando a un punto en que hay casos de personas que retiran de la residencia a ancianos y enfermos y los trasladan a sus casas debido a que su pensi¨®n comienza a ser necesaria para la supervivencia de la familia", afirma.
Pero hay m¨¢s ejemplos, y m¨¢s graves. "Hay ni?os que pasan hambre y que reciben en la escuela su ¨²nica comida caliente del d¨ªa", reconoce De Sousa.
"Es humillante para una persona como yo, a mis 34 a?os, no conseguir trabajo, ni estable, ni precario y tener que pedirle ayuda a mis padres". As¨ª se expresa Ana Rajado, portuguesa, licenciada en Geograf¨ªa y dedicada infructuosamente a la b¨²squeda de un empleo desde hace dos a?os. Hace ya meses que no recibe ning¨²n subsidio.
De su misma edad, muchos han decidido emigrar. Ella, por el contrario, defiende el derecho a quedarse en su pa¨ªs, donde ha sido una de las principales impulsoras del llamado Movimiento Sin Empleo, que pretende dar apoyo a toda esa legi¨®n de desempleados "para que no se encierren en casa y vean que no est¨¢n solos".
Ana es una m¨¢s de quienes han recurrido a la econom¨ªa sumergida para salir adelante, impartiendo clases particulares. Pero por todo el pa¨ªs proliferan los carteles colocados en las esquinas ofreciendo trabajos de electricidad, carpinter¨ªa o limpiezas a domicilio. Otros fabrican pasteles en casa y los venden a pie de calle.
Buen ejemplo tambi¨¦n se encuentra a diario en el estuario del r¨ªo Tajo, en Lisboa, donde centenares de personas acuden, cubo y pala en mano, a coger almejas de forma irregular arriesg¨¢ndose a una multa superior a 600 euros.
La llamada econom¨ªa paralela representaba en Portugal el 25 % de su PIB en 2010 (unos 40.000 millones de euros), aunque expertos lusos ya prev¨¦n que siga al alza, al igual que el desempleo.
En Portugal, los parados tienen derecho a un m¨¢ximo de 18 meses de subsidio por desempleo y hasta 9 meses m¨¢s de subsidio social (que supone el 65 % de la prestaci¨®n), dependiendo de los a?os trabajados.
Oscar Tomasi
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