El BCE levanta un cortafuegos para evitar ¡°escenarios destructivos¡±
Rajoy tendr¨¢ que pedir un rescate a la UE si quiere que el BCE act¨²e ¡°Tendremos un cortafuegos totalmente efectivo frente a escenarios destructivos¡±, asegur¨® Draghi
El aura pseudorreligiosa de los bancos centrales brota de su capacidad m¨¢gica para fabricar dinero de la nada. Esa, una vez m¨¢s, es la forma elegida por el Banco Central Europeo (BCE) para deshacer el nudo gordiano en el que se ha convertido la crisis: su presidente, Mario Draghi, anunci¨® ayer en Fr¨¢ncfort un nuevo programa ¡ªuna nueva varita m¨¢gica¡ªdestinado a la compra ilimitada de deuda p¨²blica de los pa¨ªses con m¨¢s problemas en los mercados. Compras ilimitadas, tal y como se esperaba, aunque con una dedicatoria temible para Espa?a e Italia:
¡°El euro es irreversible¡±, asegur¨® Draghi una y otra vez
¡°Con estrictas condiciones¡±, seg¨²n dijo Draghi en una rueda de prensa multitudinaria. Espa?a se ve as¨ª abocada a solicitar un segundo rescate y a negociar las temibles condiciones con sus socios y con el BCE antes de hacerse acreedora de la magia de Draghi en el mercado de deuda. Queda saber solo cu¨¢ndo. Y c¨®mo.
Casi todo lo dem¨¢s parece atado y bien atado, seg¨²n las fuentes consultadas. Tras el paso de ayer, el BCE y los socios europeos invitan a Espa?a a solicitar esa segunda ayuda con la promesa de que no habr¨¢ nuevos recortes sustanciales, m¨¢s all¨¢ de explicitar las condiciones ya conocidas en el primer rescate, y de a?adir un estricto calendario.
Se trata de un rescate sin dinero: no hay inyecci¨®n de fondos para el Reino de Espa?a, sino compras de bonos espa?oles en los mercados por parte del mecanismo europeo de rescate temporal o el permanente (FEEF o Mede), y posteriormente del BCE. Adem¨¢s, el bazuca es doble: el fondo europeo compra en el mercado primario (en las emisiones del Tesoro) y despu¨¦s el BCE en el de segunda mano, con la ventaja de que Espa?a no pierde de esa manera el acceso a los mercados.
Dos inc¨®gnitas sobre la mesa
Las inc¨®gnitas son, al menos, dos. El cu¨¢ndo: la visita de la canciller Merkel a Espa?a y la pr¨®xima reuni¨®n del Eurogrupo en Nicosia (Chipre) ser¨¢n claves para desvelar la fecha de la petici¨®n, que diversas fuentes sit¨²an entre primeros de octubre y a lo largo del mes de noviembre, aunque hay tambi¨¦n analistas que aseguran que podr¨ªa llegar antes, este mismo septiembre. Todo eso est¨¢ en funci¨®n de calendarios electorales, de la crisis griega, del temido Constitucional alem¨¢n, de los pr¨®ximos sustos que depare un mercado caprichoso que no volver¨¢ a la normalidad hasta que no detecte por d¨®nde demonios llega el crecimiento econ¨®mico.
La segunda clave es el c¨®mo: una vez se haya solicitado el programa ¡ªprobablemente una l¨ªnea de cr¨¦dito de precauci¨®n; no un programa completo¡ª, los socios europeos enviar¨¢n una misi¨®n a Espa?a para ver c¨®mo se cumple el primer rescate, y en funci¨®n de eso fijar¨¢n las condiciones. Y las cosas ir¨¢n previsiblemente mal: Espa?a est¨¢ tratando de cumplir las condiciones de la eurozona, pero es pr¨¢cticamente imposible que alcance las metas de d¨¦ficit y que elimine la desconfianza que suscitan en Europa las cuentas de sus bancos y de algunas comunidades aut¨®nomas. Ah¨ª se comprobar¨¢ si de veras hay nuevas peticiones, o si basta con las actuales y con ese calendario de cumplimiento.
La nueva piedra filosofal del BCE se llama plan de Transacciones Monetarias Directas (OTM, por sus siglas en ingl¨¦s). Si hay que hacer caso de las palabras de Draghi, el OTM supone para el BCE entrar en una nueva dimensi¨®n, a un paso de la ventanilla de ¨²ltimo recurso para los pa¨ªses, y ya no solo para la banca. Aunque en realidad ese plan no es tan nuevo: el BCE ya ha usado dos programas similares, siempre en peque?as cantidades (y a rega?adientes, por la oposici¨®n del Bundesbank alem¨¢n, como ayer) a lo largo de esta crisis.
La novedad: bonos a corto plazo
S¨ª hay algunas novedades remarcables: las compras ser¨¢n de bonos de uno a tres a?os de vencimiento (es decir, a m¨¢s corto plazo que en las compras anteriores) para evitar problemas con los halcones m¨¢s ortodoxos del BCE, para que el Eurobanco se asegure de que los pa¨ªses no se relajan con la tijera, las reformas estructurales y dem¨¢s condiciones. ¡°La cantidad ser¨¢ la adecuada para lograr nuestros objetivos¡±, explic¨® Draghi en el habitual dialecto del Katmand¨² nepal¨ª que suele usar el gremio de los banqueros centrales: eso supone que las adquisiciones son, en principio, ilimitadas, aunque tambi¨¦n lo eran en los programas anteriores y finalmente el BCE se qued¨® por detr¨¢s de la Reserva Federal estadounidense o del Banco de Inglaterra.
La liquidez creada por estas compras se esterilizar¨¢, es decir, se retirar¨¢ una cantidad de dinero equivalente a la compra de bonos. Pero ese es un tecnicismo irrelevante y de consumo interno, de nuevo para contentar a los halcones: la barra libre de liquidez a la banca hace in¨²til hablar de esterilizaciones. Para dar transparencia a las operaciones, el volumen global de las adquisiciones se publicar¨¢ de forma semanal y se dar¨¢ un desglose por pa¨ªses semanalmente. Adem¨¢s, las compras podr¨¢n extenderse a los pa¨ªses que ya est¨¢n rescatados, como Irlanda y Portugal, en la medida en que recuperen su acceso a los mercados. Finalmente, las compras del BCE no tendr¨¢n prevalencia de cobro en caso de impago, uno de los aspectos que m¨¢s preocupaban a los inversores.
Las compras ser¨¢n ilimitadas y se drenar¨¢ liquidez para evitar inflaci¨®n
Adem¨¢s, el BCE aprob¨® medidas extraordinarias, al eliminar el requisito m¨ªnimo de calificaci¨®n de la deuda p¨²blica para dar liquidez a los bancos de pa¨ªses rescatados. El BCE admitir¨¢ as¨ª incluso bonos basura como garant¨ªa, con lo que resta influencia a las agencias de calificaci¨®n.
¡°Tendremos un cortafuegos totalmente efectivo para evitar los escenarios destructivos que han aparecido en algunos pa¨ªses¡±, asegur¨® Draghi. ¡°El euro es irreversible¡±, repiti¨® por en¨¦sima vez. Pero pese a las declaraciones grandilocuentes, falta pasar de las musas al teatro: una l¨ªnea roja divide Europa, cuyos mercados se han fragmentado de facto. Las familias, las empresas y los Gobiernos del Norte pagan intereses mucho menores que los del Sur; esas condiciones cada vez m¨¢s duras elevan el riesgo de deflaci¨®n a la japonesa e imponen una niebla espesa que impide ver la salida de la recesi¨®n.
Las medidas del BCE (con la ayuda del fondo de rescate europeo) pueden funcionar como un faro que disipe parte de esa niebla. Aunque para ello tal vez haya que fabricar dinero de la nada, a pesar del Bundesbank.
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