Fatiga de austeridad y quebrantos pol¨ªticos
Si una parte de la sociedad ve que la austeridad provoca desigualdades, se sentir¨¢ inclinada a buscar salidas propias de la crisis
Este curso puede traer un giro en la estrategia de pol¨ªtica econ¨®mica que ha predominado en la Uni¨®n Europea desde hace dos a?os y medio y que tan malos resultados est¨¢ teniendo. Dos hechos recientes parecen sugerirlo. Por un lado, el cambio de actitud de Mario Draghi y el nuevo activismo del Banco Central Europeo. Por otro, el giro sutil, pero, en mi opini¨®n, significativo, que ha iniciado el responsable de las finanzas del Gobierno brit¨¢nico, David Osborne, que ha anunciado un programa de inversiones p¨²blicas y la creaci¨®n de un banco p¨²blico para peque?as y medianas empresas con la intenci¨®n de ayudar a la econom¨ªa a salir de una recesi¨®n que dura ya tres trimestres.
?A qu¨¦ responde este giro? Probablemente, a que las autoridades monetarias y pol¨ªticas comienzan a verle las orejas al lobo. Es decir, comienzan a percibir las consecuencias de la inhibici¨®n del BCE y de una pol¨ªtica de austeridad que hace descansar el peso del ajuste sobre los segmentos m¨¢s d¨¦biles de la sociedad.
La austeridad para pobres no solo es ineficaz para reducir el d¨¦ficit y salir de la recesi¨®n, sino que obliga a pedir rescates
La austeridad para pobres no solo es ineficaz para reducir el d¨¦ficit y salir de la recesi¨®n, sino que obliga a pedir rescates. Y austeridad y rescates est¨¢n causando una fatiga social que act¨²a como una termita, mina la cohesi¨®n y produce quebrantos pol¨ªticos. Pero antes de ver las consecuencias de esta fatiga, perm¨ªtanme volver a esas dos se?ales de cambio.
Como es conocido, Mario Draghi cambi¨® de actitud a finales de julio pasado cuando en una conferencia con inversores en Londres solt¨® la frase: ¡°El BCE har¨¢ todo lo necesario para salvar al euro, y, cr¨¦anme, funcionar¨¢¡±. Se refer¨ªa a que el BCE no iba a seguir impasible ante el elevado coste diferencial que est¨¢n pagando algunos pa¨ªses para poder financiarse. Ese cambio fue significativo si tenemos en cuenta que ¨¦l mismo hab¨ªa sostenido que ese era problema nacional y que el BCE no estaba para financiar a pa¨ªses.
?Qu¨¦ ha llevado Draghi a cambiar de actitud? El tomar conciencia de la creciente fragmentaci¨®n de la zona euro, algo que cuestiona el papel del BCE. Primero, cada vez son m¨¢s las autoridades nacionales que proh¨ªben a sus bancos prestar a otros pa¨ªses del euro. Segundo, la pol¨ªtica monetaria del BCE ha perdido eficacia en su objetivo de convergencia de los tipos de inter¨¦s del cr¨¦dito al sector privado, dado que el coste de un cr¨¦dito para una empresa espa?ola es el doble que para una alemana, siendo el coste de los bancos para financiarse en el BCE el mismo para todos. Y, tercero, el mayor coste de financiaci¨®n que est¨¢n pagando algunos pa¨ªses para financiarse no es debido solo a su mala salud econ¨®mica, sino a que los inversores han comenzado a descontar una quiebra del euro.
Salvar al soldado euro exige cortar la especulaci¨®n contra la deuda, porque, en realidad, esa especulaci¨®n est¨¢ expresando un riesgo de tipo de cambio del euro
En esta situaci¨®n, salvar al soldado euro exige cortar la especulaci¨®n contra la deuda, porque, en realidad, esa especulaci¨®n est¨¢ expresando un riesgo de tipo de cambio del euro. Y evitar ese riesgo es responsabilidad del BCE.
Pero salvar al euro no es tarea solo del BCE, sino tambi¨¦n de los Gobiernos y de su pol¨ªtica fiscal. De aqu¨ª el significado que, en mi opini¨®n, tiene el giro del Gobierno brit¨¢nico de David Cameron mencionado m¨¢s arriba, que impl¨ªcitamente cuestiona su pol¨ªtica de austeridad.
La urgencia en cambiar la pol¨ªtica de austeridad, sin embargo, no viene solo de su falta de eficacia y del hecho que fuerza a pedir rescates. La raz¨®n principal es que la austeridad est¨¢ provocando una fatiga social de consecuencias pol¨ªticas preocupantes.
La fatiga social se acent¨²a por el hecho de que, en su f¨®rmula actual, la austeridad es equivalente a un impuesto oculto, que los Gobiernos recaudan sobre los ciudadanos de bajos y medianos ingresos para pagar el sobrecoste de la financiaci¨®n a los prestamistas. De hecho, la cuant¨ªa de los recortes es de magnitud equivalente al aumento de los intereses que se pagan a los prestamistas. Este tipo de impuestos ocultos carecen de legitimidad moral y son muy cuestionados.
El aumento del sentimiento independentista en Catalu?a entre los grupos de medianos y bajos ingresos, en particular los j¨®venes, no es ajeno a la fatiga de austeridad
Esta fatiga de austeridad es, adem¨¢s, caldo de cultivo para la quiebra de la cohesi¨®n social y pol¨ªtica. Si una parte de la sociedad ve que la austeridad provoca desigualdades se sentir¨¢ inclinada a buscar salidas propias a la crisis. El aumento del sentimiento independentista en Catalu?a entre los grupos de medianos y bajos ingresos, en particular los j¨®venes, no es ajeno a esa fatiga de austeridad. Y este es solo un ejemplo entre otros muchos quebrantos pol¨ªticos.
No estoy cuestionando la necesidad de lograr el equilibrio de las cuentas p¨²blicas, sino la forma en c¨®mo se ha pretendido lograr. La f¨®rmula de recortes de gastos sociales + reducciones salariales + reformas sociales es econ¨®micamente ineficaz, socialmente desigualitaria y pol¨ªticamente perturbadora.
Ahora que el BCE ha comenzado a comprender cu¨¢l es su papel en esta gran crisis, los Gobiernos tienen que hacer lo mismo con su pol¨ªtica fiscal y de reformas. Al menos tres cambios parecen necesarios. Primero, el objetivo de reducci¨®n del d¨¦ficit ha de apoyarse tambi¨¦n en la austeridad para ricos, algo que hasta ahora no se ha tenido en cuenta. Segundo, las pol¨ªticas de reforma del Estado de bienestar han de buscar un mejor reparto de responsabilidades entre sector p¨²blico, beneficiaros y sociedad, pero esto es algo que no se logra con los recortes. Y tercero, las reformas econ¨®micas han de buscar la competitividad no solo en la moderaci¨®n salarial, sino con una reforma empresarial que fomente la productividad y una liberalizaci¨®n de los mercados de bienes y servicios que elimine los obst¨¢culos a la competencia que hacen que los excedentes y los precios espa?oles sean mucho m¨¢s elevados que los europeos.
En definitiva, tenemos que lograr el ajuste de nuestra econom¨ªa, pero sin provocar desigualdades ni quebrantos pol¨ªticos.
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