El rescate espa?ol divide al Eurogrupo
Los ministros de Finanzas difieren sobre la forma de usar el fondo de ayuda
El teatrillo europeo exige que Espa?a aparezca como el primer punto de la agenda en cualquier reuni¨®n de ministros de la eurozona desde hace meses. Aunque en principio, y en teor¨ªa, solo sea para discutir las reformas en marcha, las pruebas de esfuerzo a la banca, los presupuestos del a?o pr¨®ximo, esas cosas. Lejos del escaparate oficial, lo que de veras se cuece es otra cosa, que anoche se visualiz¨® m¨¢s que nunca: las diferencias sobre el segundo rescate a Espa?a ¡ªdel que pr¨¢cticamente nadie dice una sola palabra sincera en p¨²blico, y que marcar¨¢ la respuesta a la crisis espa?ola y continental de los pr¨®ximos a?os¡ª sobrevolaron ayer la cita en Luxemburgo.
Espa?a, seguida de Italia, es el problema m¨¢s acuciante del euro y fue el principal foco de tensi¨®n, seg¨²n las fuentes consultadas. Aunque hubo m¨¢s. La crisis deja cicatrices en todo el continente: los ministros de Econom¨ªa del euro debatieron tambi¨¦n los sempiternos problemas de Grecia, la necesidad de dar algo m¨¢s de margen a Portugal, los posibles rescates de Chipre y Eslovenia. Y aprobaron el fondo permanente de rescate, el bazuca que, junto con la compra de bonos del BCE, deber¨ªa servir para acabar con la crisis de deuda si hubiera consenso sobre la forma de dispararlo y sobre la munici¨®n necesaria para eliminar las dudas de los mercados.
Guindos: ¡°Tenemos que eliminar todas las dudas sobre el futuro del euro¡±
El alem¨¢n Wolfgang Sch?uble insisti¨® una vez m¨¢s en que Espa?a ¡°no necesita un rescate¡±. En medio de esa partida de p¨®quer que parece a d¨ªa de hoy la segunda solicitud de ayuda, el espa?ol Luis de Guindos consigui¨® eludir incluso esa palabra tab¨². No se habl¨®, al menos en p¨²blico, de los plazos de la solicitud ¡ªunas semanas, seg¨²n fuentes consultadas¡ª ni sobre las diferencias que persisten en la negociaci¨®n sobre las condiciones, sobre las garant¨ªas que pide Rajoy para dar ese paso. Pero el Gobierno dej¨® un aviso a navegantes: ¡°Espa?a va a cumplir su parte. Pero tenemos que avanzar en la eliminaci¨®n de todas las dudas que persisten sobre el futuro del euro. La propuesta del BCE es fundamental. Pero tambi¨¦n lo debe ser avanzar sobre la uni¨®n bancaria y la uni¨®n fiscal¡±, dijo el titular de Econom¨ªa.
Guindos alud¨ªa al compromiso de Espa?a con la consolidaci¨®n fiscal y la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico: la bater¨ªa de recortes y reformas que, sin embargo, no ha conseguido ni por un momento relajar la tensi¨®n en los mercados. Solo el BCE lo ha conseguido relativamente: su presidente, Mario Draghi,?asegur¨® en julio que har¨¢ lo que sea necesario para evitar una fractura del euro y la prima de riesgo se relaj¨®. Draghi ha dado en sus ¨²ltimas citas con la prensa los detalles de esa intervenci¨®n, que convierte al BCE en una especie de prestamista de ¨²ltima instancia para los Estados: para activar ese bot¨®n nuclear, Espa?a debe solicitar el tan tra¨ªdo y llevado segundo rescate y asumir las condiciones asociadas.
As¨ª, el mecanismo de ayuda europeo actuar¨ªa en el mercado de emisiones, y el BCE en el mercado secundario. Pero Guindos, en una medida declaraci¨®n, insin¨²a que no todo el mundo arrima el hombro por igual: Alemania y sus aliados han puesto en duda el calendario aprobado en junio (por los jefes de Estado y de Gobierno, nada menos) sobre la uni¨®n bancaria, que deb¨ªa permitir al mecanismo de rescate recapitalizar directamente la banca y romper as¨ª el c¨ªrculo vicioso entre problemas bancarios y deuda p¨²blica, tan evidente como preocupante en Espa?a. De esa manera, el bazuka est¨¢ incompleto.
Sch?uble reiter¨® en el Eurogrupo la postura de Alemania al respecto: ¡°La recapitalizaci¨®n bancaria [por parte del mecanismo de rescate] solo ser¨¢ posible una vez que la supervisi¨®n bancaria ¨²nica se ponga en marcha de forma efectiva. Eso es m¨¢s dif¨ªcil de hacer que de acordar¡±. Lo pactado era que esa supervisi¨®n ¨²nica, por parte del BCE, estuviera lista para principios de 2013, al menos para los bancos recapitalizados con dinero p¨²blico (es decir, las espa?olas). Alemania, Holanda y Finlandia afirman que esos plazos son imposibles de cumplir. Y alegan, en contra del esp¨ªritu del acuerdo de junio, que el mecanismo no se har¨¢ responsable de los activos t¨®xicos heredados (es decir, de la basura acumulada en bancos malos como el espa?ol).
Irlanda, con problemas parecidos o incluso m¨¢s agudos que los de Espa?a, critic¨® tambi¨¦n la posici¨®n de Berl¨ªn y sus aliados. Incluso Austria censur¨® la pol¨¦mica surgida hace unos d¨ªas en un comunicado conjunto de Helsinki, Berl¨ªn y ?msterdam: ¡°No deber¨ªamos generar un nuevo problema a diario¡±, apunt¨® la ministra de Finanzas austriaca, Maria Fekter.
Alemania y sus aliados entorpecen la recapitalizaci¨®n bancaria
Esa y otras pol¨¦micas se fueron decantando en Luxemburgo a favor de las tesis de Sch?uble. Sobre la recapitalizaci¨®n directa de bancos, el flamante director general del mecanismo de rescate europeo, Klaus Regling ¡ªalem¨¢n, por cierto¡ª, afirm¨® que el fondo ¡°no trabaja en eso todav¨ªa¡±. En otras palabras: cuando llegue, si llega, esa medicina no servir¨¢ para los dos pa¨ªses que m¨¢s la necesitan, Espa?a e Irlanda. En casi todo se imponen las tesis alemanas: fuentes chipriotas explicaron que el rescate de Nicosia, como las medidas sobre Grecia y otros pa¨ªses con dificultades, podr¨ªa llegar en noviembre y como un paquete conjunto, tal y como Berl¨ªn viene reclamando desde hace d¨ªas, para evitar el desgaste en esa interminable carrera hacia las elecciones legislativas para las que todav¨ªa queda un a?o por delante. De retruque, ese calendario favorece, en parte, las aspiraciones del Gobierno espa?ol, pendiente de las elecciones en Galicia y Pa¨ªs Vasco. Eso s¨ª, siempre que el mercado no se alborote antes.
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