Errores y trampas de la pol¨ªtica econ¨®mica
El Gobierno est¨¢ en una encrucijada. ?Se necesita o no se necesita ayuda adicional a la ya acordada para los bancos?
El Gobierno espa?ol est¨¢ en una encrucijada. ?Se necesita o no se necesita ayuda adicional a la ya acordada para el sistema financiero? Y si se necesita, ?existe alguna seguridad de que todos los pa¨ªses de la eurozona acepten acometerla? Cuando se intenta contestar a esta cuesti¨®n se observan errores y algunas trampas en la pol¨ªtica econ¨®mica seguida hasta ahora de acuerdo con las directrices europeas.
La pol¨ªtica econ¨®mica dise?ada por la UE centra su prioridad en el principio de consolidaci¨®n fiscal acordado, forzando a los pa¨ªses que incumplen el protocolo sobre el d¨¦ficit excesivo a reconducir sus finanzas p¨²blicas para retomar la senda comprometida y se olvida de la necesidad de incentivar el crecimiento. En el caso de pa¨ªses con problemas, la pol¨ªtica econ¨®mica se refuerza con la exigencia de acometer las reformas estructurales necesarias para alcanzar en el futuro una senda de crecimiento estable.
El primer error de esta pol¨ªtica econ¨®mica europea es mostrarse casi inflexible sin tener suficientemente en consideraci¨®n las condiciones e intensidad de la crisis en los diferentes pa¨ªses. Al forzar el ajuste del d¨¦ficit p¨²blico en momentos en que los ingresos p¨²blicos se deterioran necesariamente por la falta de crecimiento, el ajuste del d¨¦ficit deja como ¨²nico camino viable la reducci¨®n dr¨¢stica de los gastos p¨²blicos, afectando al Estado de bienestar disfrutado hasta ahora. Los efectos negativos sobre la sanidad, la educaci¨®n y la asistencia social est¨¢n endureciendo los efectos de la crisis sobre los ciudadanos, sobre todo de los econ¨®micamente m¨¢s d¨¦biles.
El problema principal era y es el endeudamiento frente al exterior, no la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico
Y aqu¨ª surge la primera trampa de esta pol¨ªtica econ¨®mica. A trav¨¦s de los efectos inversos de los multiplicadores del gasto p¨²blico, se provoca una mayor ca¨ªda de la actividad econ¨®mica y la producci¨®n y el consumo se deterioran cada vez m¨¢s, provocando mayores ca¨ªdas de los ingresos p¨²blicos a pesar de aplicar aumentos en los tipos impositivos e incluso crear nuevos impuestos. Las empresas se resienten, ajustan sus costes o desaparecen, aumenta el paro y con ello los gastos p¨²blicos en el sostenimiento del desempleo.
El FMI ha advertido de esta trampa en la aplicaci¨®n de esta pol¨ªtica europea de reducci¨®n del d¨¦ficit sin la adecuada modulaci¨®n en pa¨ªses con una crisis profunda. En su informe de oto?o ha rebajado todas las previsiones de crecimiento del PIB para 2013, especialmente en Europa. La explicaci¨®n dada para el empeoramiento de las previsiones es la aplicaci¨®n de los nuevos coeficientes estimados para los multiplicadores fiscales, al incluir en la estimaci¨®n los indicadores de esta crisis prolongada y diferente de las anteriores. El impacto sobre el PIB estimado hasta ahora era inferior al 1%, y ahora dicho efecto negativo sobre el PIB el FMI lo estima entre un 0,9 y un 1,7%.
En Espa?a, un error adicional ha sido insistir en la reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico como prioridad absoluta cuando el problema principal era y es el endeudamiento frente al exterior. Por eso la insistencia de la mayor¨ªa de los analistas de la econom¨ªa espa?ola en la necesidad de llevar a cabo con diligencia las reformas estructurales necesarias para mejorar la competitividad de nuestros productos e incrementar las exportaciones como ¨²nica salida de los bienes y servicios producidos en una situaci¨®n de gran debilidad de la demanda interna espa?ola.
Pero insistiendo en las ayudas europeas, la trampa ya observada en algunos de los pa¨ªses rescatados como Portugal y Grecia ha sido la dimensi¨®n e intensidad de los recortes exigidos, que est¨¢n asfixiando dichas econom¨ªas sin permitir que la producci¨®n crezca para as¨ª poder salir de la crisis. En el caso de Espa?a la situaci¨®n todav¨ªa no es tan grave, pero valga por ejemplo la tardanza en recibir las ayudas acordadas para sanear el sector bancario a pesar de que Espa?a est¨¢ cumpliendo con el calendario y las condiciones de la hoja de ruta marcada en el memor¨¢ndum de entendimiento.
Las discusiones en el seno de la uni¨®n monetaria se?alan otra trampa en la solicitud de ayudas. El BCE se ofrece a ayudar en la rebaja de las tensiones de la famosa prima de riesgo, comprando en el mercado secundario deuda de los pa¨ªses en problemas, pero siempre que con anterioridad esos pa¨ªses pidan la ayuda financiera al fondo de estabilidad europeo. Pero ni siquiera con esta exigencia se ponen los pa¨ªses de acuerdo. En julio se acord¨® poner en marcha el nuevo mecanismo de Estabilidad Financiera (MEDE) una vez definida y aplicada la uni¨®n bancaria con la supervisi¨®n ¨²nica del BCE. Pues bien: las ¨²ltimas noticias indican que todav¨ªa se est¨¢ discutiendo a qu¨¦ bancos (todos o solo los grandes) supervisar¨¢ el BCE. Parece que solo los bancos de los pa¨ªses perif¨¦ricos necesitan supervisi¨®n y no el gran n¨²mero de bancos y cajas alemanes de los que no se tiene informaci¨®n alguna por no haber sido objeto de las famosas pruebas de resistencia.
El primer error de esta pol¨ªtica econ¨®mica europea es mostrarse casi inflexible sin tener suficientemente en consideraci¨®n las condiciones e intensidad de la crisis en los diferentes pa¨ªses
Tampoco est¨¢ muy bien definido el tipo de ayuda. El MEDE contempla dos tipos: el rescate total o una ayuda preventiva, que es una l¨ªnea de cr¨¦dito que permitir¨ªa utilizar solo lo que se necesite y con diferentes modalidades, pero todas ellas sometidas a una condicionalidad estricta. Pero adem¨¢s, si solo lo solicita un pa¨ªs, por ejemplo, Espa?a, los primeros beneficiados, y sin coste, ser¨ªan el resto de pa¨ªses perif¨¦ricos al disminuir la tensi¨®n en los mercados de deuda y reducirse sus correspondientes primas de riesgo.
Pero supongamos que Espa?a pide por fin la ayuda financiera una vez que se concrete la condicionalidad, probablemente con medidas adicionales a las ya expresadas en el memor¨¢ndum acordado para la ayuda bancaria. Primero tendr¨ªa que asegurarse de que todos los pa¨ªses est¨¢n de acuerdo en concederla. Recibir una respuesta negativa ser¨ªa catastr¨®fico para la credibilidad de los mercados y de momento sabemos de algunos que se oponen a esta solicitud. Despu¨¦s, habr¨¢ que tener en cuenta la incidencia en el d¨¦ficit incrementado por el pago de los intereses dependiendo del tipo de ayuda y el efecto en el volumen de la deuda.
El Gobierno se va a encontrar con un problema adicional cuando se compruebe que en 2012 no puede cumplir con el objetivo de d¨¦ficit p¨²blico acordado (6,3% del PIB), aunque la desviaci¨®n ¡ªprobablemente cercana al 8%¡ª pueda explicarse en parte por el pago de intereses pagados como consecuencia de las ayudas aplicadas a la banca. En cuanto a las fechas de solicitud de la ayuda, el Gobierno tendr¨¢ que tener en consideraci¨®n que si no est¨¢ en marcha el MEDE a comienzos del a?o, las ayudas computar¨ªan en el volumen de deuda y por lo que parece en estos momentos, es dif¨ªcil que el MEDE pueda estar operativo a comienzos de 2013 como estaba previsto.
La encrucijada est¨¢ servida. Es posible, aunque poco probable, que esta semana, en el Consejo de jefes de Estado, se hayan aclarado algunas dudas. Aunque la solicitud de ayuda aportar¨ªa beneficios ¡ªcon la consiguiente rebaja de la prima de riesgo y el ahorro que esto supondr¨ªa en la reducci¨®n de pagos de intereses¡ª, el Gobierno tendr¨¢ que meditar sobre las contrapartidas incluidas en la condicionalidad ya que afectar¨¢n a una sociedad ya muy castigada con los recortes aplicados. Si la ayuda fuese en forma de l¨ªnea de cr¨¦dito y las condiciones se refiriesen b¨¢sicamente a las reformas estructurales todav¨ªa no realizadas, podr¨ªa tener un efecto positivo sobre la competitividad de las empresas y ayudar a impulsar el crecimiento.
Carmen Alcaide es analista y expresidenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
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