Batiendo tristes records
La subida del paro al 25% confirma la disfuncionalidad del mercado de trabajo en Espa?a
Haber superado una tasa de paro del 25% en la EPA del tercer trimestre de 2012, la m¨¢s alta de la democracia, refleja que la disfuncionalidad del mercado de trabajo en Espa?a est¨¢ muy lejos de corregirse. Desde el tercer trimestre de 2007, cuando la ocupaci¨®n alcanz¨® su nivel m¨¢ximo (20.5 millones de ocupados), 3,2 millones de trabajadores han perdido su puesto de trabajo, de los cuales, 0,67, 1,98 y 0,55 millones corresponden a trabajadores con contratos indefinidos, temporales y aut¨®nomos, respectivamente. Como la poblaci¨®n activa aument¨® en casi 800.000 personas durante dicho per¨ªodo, el n¨²mero de parados lo ha hecho en 4 millones. Con una predicci¨®n de consenso para 2013 de una ca¨ªda en la ocupaci¨®n superior al 3,5%, solo una reducci¨®n de la poblaci¨®n activa mucho m¨¢s intensa de la que est¨¢ teniendo lugar desde 2011 impedir¨¢ que la tasa de paro supere el 27% durante el pr¨®ximo a?o.
La lectura inmediata de los recientes datos de la EPA pone de manifiesto que la nueva reforma laboral (Ley 3/2012) est¨¢ teniendo efectos indeseables. El objetivo primordial de dicha reforma era fomentar la flexibilidad interna (ajustes salariales y de jornada de trabajo) durante una grave recesi¨®n mediante la amenaza de una mayor flexibilidad externa (reducci¨®n en los costes de despido). Para ello, las principales medidas adoptadas otorgaban un mayor poder de negociaci¨®n a los empresarios en detrimento de los sindicatos. En principio, dichas medidas ten¨ªan el potencial de facilitar la flexibilidad salarial tan necesaria para evitar que, como en anteriores recesiones, la ¨²nica v¨ªa de ajuste fuera v¨ªa despidos masivos, especialmente concentrados en los colectivos con contratos precarios.
Abaratar el despido en recesi¨®n aumenta la demanda de despidos de las empresas
Sin embargo, como era previsible, abaratar el precio del despido cuando todav¨ªa estamos inmersos en segunda fase de la Gran Recesi¨®n, supone indefectiblemente aumentar la demanda de despidos por parte de las empresas. La consecuencia inmediata, agudizada por el fuerte endeudamiento de empresas y familias y la sequ¨ªa del cr¨¦dito, no podr¨ªa ser otra que un r¨¢pido aumento de la tasa de destrucci¨®n de empleo, algo que se viene observando desde el segundo trimestre de 2012. Solo en el futuro, cuando se aclaren las incertidumbres que asolan a la econom¨ªa espa?ola, el menor coste de despido aumentar¨¢ fuertemente la tasa de creaci¨®n de empleo. El problema es que la llegada del ¡°ma?ana¡± puede retrasarse en exceso, disparando la tensi¨®n social hasta ahora bastante contenida por el apoyo familiar.
Entre otras medidas, este impacto negativo podr¨ªa haberse evitado suprimiendo la insoportable dualidad de nuestro mercado laboral mediante la introducci¨®n de un contrato indefinido ¨²nico (de igualdad de oportunidades) con indemnizaciones que crecen gradualmente con la antig¨¹edad laboral hasta un m¨¢ximo, al tiempo que se eliminan buena parte de los contratos temporales. Existen versiones de este contrato que se adaptan a nuestras normas constitucionales pese a las reticencias de nuestras autoridades laborales y agentes sociales. No ser¨ªa nada extra?o que, entre las nuevas condiciones impuestas por un pr¨®ximo rescate, se incluyeran medidas de este tipo en una nueva reforma laboral m¨¢s equilibrada y ambiciosa que esta ¨²ltima. Se trata de curar, de una vez por todas, la insoportable enfermedad de nuestro injusto y disfuncional mercado de trabajo.
Juan J. Dolado es catedr¨¢tico de Econom¨ªa, Universidad Carlos III de Madrid
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