La superagencia supervisora planea limitar el poder de Moody¡¯s, S&P y Fitch
El Consejo de Estabilidad Financiera creado por el G-20 se re¨²ne este lunes para impulsar una hoja de ruta que reduzca la dependencia de las calificaciones de cr¨¦dito
Banqueros, financieros y miembros de Gobiernos se reunir¨¢n el pr¨®ximo lunes en Nueva York para trabajar en eso que todos llevan en mente desde los primeros temblores del terremoto financiero internacional: frenar la dependencia p¨²blica y privada de las agencias crediticias. Las tambi¨¦n llamadas agencias de calificaci¨®n de riesgos, esas que juzgan la mayor o menor fiabilidad de empresas o pa¨ªses como pagadores, con lo que marcan su coste de financiaci¨®n, ocupan un lugar destacado en esa lista de villanos oficiales desde el primer estadio de la crisis financiera: otorgaron la mejor nota posible a los productos financieros del estafador Bernard Madoff o de algunos bonos de Lehman Brothers hasta poco antes de hundirse. Su sector se reduce a no m¨¢s de tres nombres ¡ªMoody¡¯s, Standard & Poor¡¯s y Fitch¡ª que concentran casi todo el mercado.
En 2013 hay que dise?ar los cambios de leyes y estar¨¢n en vigor en 2015
Y el G-20, muy dado a anuncios rimbombantes, lleva a?os con la intenci¨®n de poner coto al poder de estas firmas, aunque esta vez tiene negro sobre blanco una hoja de ruta dise?ada por el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB, en sus siglas en ingl¨¦s) con fechas muy concretas: realizar un inventario de reformas y cambios regulatorios para reducir la presencia de estos ratings como requisitos a mediados a de 2013 y el impulso de m¨¦todos de an¨¢lisis alternativos en 2014 para que todos los cambios est¨¦n en vigor en 2015.
Aunque todo calendario que el G-20 se plantea es susceptible de ser incumplido, la cita del lunes servir¨¢ para que autoridades nacionales, reguladores y el sector privado intercambien sus experiencias para limitar el poder de las firmas de rating. Los dos grandes ejes del plan que el FSB entreg¨® al G-20 a principios de mes consisten en revisar todas las normativas e identificar las exigencias relativas sobre las agencias, es decir, evaluar los requisitos que se le exigen a Estados, bancos y compa?¨ªas, en aras de garantizar su salud financiera y reducir el n¨²mero de los que dependen del veredicto de las firmas de rating.
Como segundo gran pilar, est¨¢ el trabajo con las autoridades para reclamar a los bancos que refuercen sus an¨¢lisis de riegos para sustituir la dependencia autom¨¢tica de las notas de las agencias. Solo la mejora de esta capacidad, que deber¨ªa empezar a comprobarse en 2013, puede hacer posible cambios del primer eje, alerta el Consejo.
Los bancos deber¨¢n reforzar su papel como analistas de riesgo
La rebaja de nota a una instituci¨®n por parte de una de estas agencias se traduce autom¨¢ticamente en un aumento de los intereses que tiene que pagar por tomar dinero prestado o supone su exclusi¨®n del foco los fondos de inversi¨®n. No molestaron a nadie cuando subieron las notas de pa¨ªses en plena euforia econ¨®mica y crediticia, pero han levantado ampollas en la ¨¦poca de las rebajas. Espa?a, por ejemplo, ha pasado de la matr¨ªcula de honor ¡ªla triple A¡ª a un paso del bono basura en apenas tres a?os.
El analista financiero Juan Ignacio Crespo se muestra esc¨¦ptico respecto a esta suerte de rebeli¨®n contra el poder de estas firmas: ¡°Creo que respecto a las agencias solo pueden hacer algo los poderes f¨¢cticos, y con esto me refiero a los cuatro grandes banco centrales (el Banco Central Europeo, el de Inglaterra, el de Jap¨®n y la estadounidense Reserva Federal) y los jueces¡±.
Estos ¨²ltimos ya han comenzado a mover ficha. En Australia, la Corte Federal acaba de condenar a S&P y a otras dos entidades de inversi¨®n de capital a indemnizar a 13 Ayuntamientos por haberles recomendado un complejo producto financiero que les gener¨® grandes p¨¦rdidas en 2008. La magistrada encargada del caso consider¨® que la informaci¨®n proporcionada a los clientes era ¡°enga?osa y falaz¡±. En Italia, la fiscal¨ªa ha presentado cargo contra responsables de S&P y Fitch, al acusarles de utilizar artificios en su an¨¢lisis y difusi¨®n de la calificaci¨®n de la deuda p¨²blica italiana, algo que, seg¨²n el escrito del fiscal, lleg¨® a provocar ¡°una desestabilizaci¨®n de la imagen del pa¨ªs en los mercados financieros, una alteraci¨®n del valor de sus t¨ªtulos de Estado y un debilitamiento del euro¡±. Hasta ahora, las agencias se han resguardado en la libertad de expresi¨®n. Dicen que sus informes no son m¨¢s que opiniones.
Xavier Vives, profesor de IESE y miembro del grupo de estudio alem¨¢n Cesifo cree que ¡°lo m¨¢s importante ser¨ªa rebajar su poder de monopolio¡±. Para Crespo, ¡°una medida ¨²til ser¨ªa cambiar algo del sistema: que quien pague por esos ex¨¢menes sean los grupos de inversores¡±. De hecho, uno de los ¨²ltimos reproches a las agencias parte de un estudio publicado por el BCE en el que se muestra que Moody's, S&P y Fitch otorgan mejores notas de forma sistem¨¢tica a los clientes que, adem¨¢s de para recibir su calificaci¨®n, les contratan para otras labores. ¡°Existen conflictos de intereses entre los bancos y las agencias de calificaci¨®n que parecen alterar el proceso de calificaci¨®n¡±, se?ala el informe publicado en octubre y elaborado entre 1990 y 2011.
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