El hundimiento de la banca
Cr¨®nica de c¨®mo gestores, supervisores y pol¨ªticos provocaron la mayor crisis del sistema financiero espa?ol
Nadie se podr¨ªa explicar c¨®mo han podido desaparecer m¨¢s de cuarenta entidades ¡ªel sector ha pasado de 56 a 15 bancos en cuatro a?os¡ª sin saber qu¨¦ ocurri¨® entre los muros del Banco de Espa?a. Los inspectores de esta instituci¨®n conoc¨ªan los entresijos de las antiguas cajas y de los bancos: su contaminaci¨®n por los pr¨¦stamos a promotores y constructores, as¨ª como su enorme dependencia de los bancos internacionales, a los que pidieron miles de millones de euros.
Desde 2003, los inspectores avisaron de que hab¨ªa problemas en el funcionamiento interno del supervisor. En 2005 encendieron las primeras luces de alarma, y lo volvieron a hacer en 2006, pero alguien las apag¨®: primero el gobernador, Jaime Caruana, y despu¨¦s su sucesor, Miguel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez. Ambos actuaron en connivencia con los ministros de Econom¨ªa, Rodrigo Rato y Pedro Solbes, que no quisieron frenar una econom¨ªa desbocada y que, cuando llegaron los problemas, confiaron ciegamente en que la recuperaci¨®n internacional solucionar¨ªa los problemas financieros de las entidades espa?olas. Este es el relato de los primeros avisos silenciados y el envenenado ambiente que se cre¨® en el interior del Banco de Espa?a.
En solo unos pocos a?os, los inspectores del Banco de Espa?a han pasado de ser un cuerpo de ¨¦lite respetado en Europa y Estados Unidos a tener una posici¨®n m¨¢s que dudosa sobre su actuaci¨®n en la crisis financiera. Su labor se ha cuestionado en multitud de foros: han pasado de ser un ejemplo por constituir un sistema financiero mod¨¦lico, seg¨²n dijo el G-20 en septiembre de 2008, a tener la banca europea con m¨¢s dudas sobre su solvencia.
Seg¨²n algunos de los inspectores consultados, las intromisiones en su labor est¨¢n detr¨¢s de este problema. Los intereses particulares de los gobernadores y de los altos ejecutivos del Banco de Espa?a (que en algunos casos han saltado de la instituci¨®n a puestos de relevancia en la banca privada) y el escaso inter¨¦s por enfrentarse al PP y al PSOE, as¨ª como a los barones auton¨®micos que controlaban las cajas de ahorros, explican parte de esta falta de eficiencia. Los inspectores coinciden en que ha habido una autocensura en sus propios informes, despu¨¦s de percibir que la jefatura no quer¨ªa, en muchas ocasiones, ¡°tener conflictos con las entidades. Parece que valoraban m¨¢s los informes positivos que los negativos¡±, dicen.
C¨®mo gestores, supervisores y pol¨ªticos hundieron la banca
Esta es la cr¨®nica de la cadena de ineficacia y cobard¨ªa pol¨ªtica que ha provocado el hundimiento de la banca y el derrumbe econ¨®mico de Espa?a. Gestores irresponsables en las cajas, supervisores que no atajaron los problemas (Caruana, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez) confiando en que se solucionar¨ªan con el crecimiento del PIB y pol¨ªticos (Rato, Solbes) que no resolvieron los males de fondo. Los inspectores del Banco de Espa?a advirtieron de los peligros, pero nadie quiso verlos. As¨ª lo relata el periodista ??igo de Barr¨®n, especialista en informaci¨®n financiera de EL PA?S, en el libro El hundimiento de la banca (Catarata), del que publicamos un extracto.
El resultado fue que los inspectores se acomodaron y existi¨®, en algunos casos, una simbiosis entre los deseos de la entidad, los responsables del Banco de Espa?a y los funcionarios que acabaron por bajar la guardia.
Otra de las quejas de la inspecci¨®n ha sido que, para atender a los cuatro test de solvencia a los que se ha sometido al sector entre 2010 y 2012, buena parte de la plantilla se tuvo que dedicar a estas pruebas y no a vigilar entidades. Resulta parad¨®jico que cuando el sector estuvo m¨¢s d¨¦bil se retiraran inspectores. Lo cierto es que las pruebas de la Autoridad Bancaria Europea exigieron mucho trabajo a la inspecci¨®n, por lo que no pudieron estar en los bancos realizando su labor. Por ¨²ltimo, no hay que despreciar tampoco la presi¨®n de los grandes banqueros para proteger sus propios intereses.
Estas circunstancias son las que han llevado a los m¨¢ximos responsables del Banco de Espa?a a actuar con ¡°poca decisi¨®n o de modo insuficiente o inadecuado¡±, como afirm¨® el actual gobernador, Luis Linde, en su primera comparecencia en el Congreso de los Diputados en julio de 2012. Linde hizo la cr¨ªtica m¨¢s dura que se conoce hasta ahora, sobre todo porque ha venido de ¡°dentro de la casa y de arriba¡±, como recuerdan algunos.
Los errores en el funcionamiento del Banco de Espa?a son hoy ya de dominio p¨²blico internacional. La prueba son las afirmaciones que aparecen en el informe del FMI de mayo de 2012 y en el Memor¨¢ndum de Entendimiento de la Comisi¨®n Europea (julio de 2012). En estos documentos se destaca, por un lado, la calidad de la inspecci¨®n, pero, por otro, se apunta que la intromisi¨®n del poder del Ministerio de Econom¨ªa (es decir, de la pol¨ªtica) hab¨ªa provocado que el supervisor aplicara ¡°un enfoque lento en la adopci¨®n de medidas correctoras, lo que ha permitido que los bancos d¨¦biles sigan funcionando¡±.
La Asociaci¨®n de Inspectores del Banco de Espa?a representa al 90% de los inspectores en activo, lo que le permite erigirse en su portavoz. Este cuerpo reclama desde 2003 que sus informes lleguen hasta la c¨²pula del banco sin modificaciones relevantes para que los m¨¢ximos responsables puedan conocer la informaci¨®n de primera mano. Los inspectores consultados opinan que el hecho de que los informes iniciales sean resumidos antes de someterlos a la alta direcci¨®n permite a los mandos intermedios alterar su contenido. Los miembros de la Comisi¨®n Ejecutiva solo ven el informe resumido; podr¨ªan ver toda la documentaci¨®n si quisieran, pero normalmente no lo hacen.
En paralelo a esta circunstancia, la Asociaci¨®n de Inspectores del Banco de Espa?a consider¨® que los diferentes cambios legales llevados a cabo en la reglamentaci¨®n de 2003 (la modificaci¨®n de la Ley del R¨¦gimen del Personal del banco al introducir el art¨ªculo 6 bis de la Ley de Autonom¨ªa del Banco de Espa?a) permit¨ªa la ¡°arbitrariedad y discrecionalidad¡± de la alta direcci¨®n a la hora de decidir las actuaciones sobre las entidades. As¨ª lo denunciaron en un escrito, donde afirmaron querer buscar garant¨ªas de ¡°seguridad e independencia¡± en sus funciones, conscientes de que los jueces podr¨ªan llamarlos a declarar en caso de que alguna entidad quebrara, como ha ocurrido en el caso de la Caja del Mediterr¨¢neo y de la CCM.
No obstante, la inspecci¨®n del Banco de Espa?a tiene problemas cr¨®nicos en su propia estructura organizativa, seg¨²n afirman expertos con un profundo conocimiento del sector financiero. Son muchas las voces que piden cambios en la forma de trabajar, como que los inspectores roten de entidades cada cierto tiempo. De esta forma, se evitar¨ªa el s¨ªndrome de Estocolmo con el banco, es decir, que no haya un exceso de identificaci¨®n del inspector con la entidad inspeccionada que le haga perder la objetividad. ¡°Lo peor que puede decir un inspector es: en mi banco no hay problemas¡±, apunta un alto cargo.
En cualquier caso, la pregunta clave para juzgar el papel de la inspecci¨®n es: ?denunciaron el deterioro financiero de las cajas antes de que estas quebraran? Los inspectores afirman que en sus informes internos hablaron de los problemas de la CCM, de la CAM, de Caja Madrid y de Bancaja, entre otras. La querella contra los gestores de Bankia y los documentos aportados en el sumario han permitido conocer parte de la actuaci¨®n de la inspecci¨®n. En algunos casos, se actu¨® con diligencia sobre Caja Madrid, advirtiendo las primeras dificultades en 2003, luego en 2006 y m¨¢s adelante en 2009.
Pero hubo claroscuros dif¨ªciles de entender. Con la salida a Bolsa de Bankia, los informes levantaron el pie del acelerador. As¨ª, por ejemplo, en el informe del 23 de febrero de 2011 los inspectores consideraron que los deterioros de los activos crediticios e inmobiliarios de Bankia estaban ¡°bien cubiertos los dos pr¨®ximos a?os¡± gracias a los fuertes saneamientos realizados en ejercicios anteriores. En los informes del 2 de agosto y del 2 de septiembre se se?ala que las desviaciones sobre los planes objetivos ¡°no son recurrentes y supondr¨¢n una menor presi¨®n sobre las cuentas de resultados futuras, que se ver¨¢n aliviadas por el esfuerzo inicial de saneamientos de 2010¡±. Curiosamente, tras el estreno burs¨¢til, en diciembre de 2011, lleg¨® otro informe que cuestionaba la viabilidad de la entidad.
?Pudieron estar presionados los inspectores para no truncar la salida a Bolsa de Bankia, una operaci¨®n que parec¨ªa como un proyecto de vida o muerte para Espa?a? Algunos expertos creen que s¨ª, pero entienden el proceso de la siguiente manera: fueron los propios inspectores los que poco a poco fueron suavizando sus informes al ver que sus superiores rechazaban aquellas actas con calificaciones duras contra las entidades. Los inspectores llegaron a desarrollar, por decirlo as¨ª, una autocensura, para acabar escribiendo lo que sus jefes quer¨ªan leer. Y lo que quer¨ªan leer es que no hab¨ªa problemas en las entidades; o que, si los hab¨ªa, eran problemas superables con el tiempo, por lo que m¨¢s val¨ªa no aplicar medicinas muy severas que colapsaran al banco o a la caja en cuesti¨®n. ¡°No tienen capacidad para hacer m¨¢s provisiones, as¨ª que dejad de encontrarles m¨¢s problemas¡±, dicen algunos que reclamaban sus superiores. Es lo que se conoce, seg¨²n algunos economistas, como ¡°el secuestro del supervisor¡±.
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