10 a?os de c¨¢rcel al hermano de Madoff
Peter Madoff es la segunda gran cabeza en caer, tras su hermano Bernard

Hace justo cuatro a?os, Bernard Madoff revelaba a sus dos hijos un secreto que se convirti¨® en pesadilla para miles de inversores que le confiaron su dinero esperando grandes retornos. Todo era un fraude. Uno de sus progenitores acab¨® suicid¨¢ndose. Y ahora, cuatro a?os despu¨¦s, es su hermano el que paga el precio por el crimen. Peter Madoff fue sentenciado anoche en Nueva York a 10 a?os de c¨¢rcel por participar en una trama piramidal que supuso grandes p¨¦rdidas a sus clientes.
De nuevo, Peter va a rebufo de Bernard. El presidente de la firma financiera, de 74 a?os de edad, cumple 150 a?os de condena desde junio de 2009 por un delito que se calcula provoc¨® p¨¦rdidas de 17.300 millones de d¨®lares entre sus clientes. Por enga?ar, lo hizo hasta al admitir su fechor¨ªa, que cifr¨® a 50.000 millones. Cambi¨® as¨ª su exclusivo ¨¢tico con vistas a Central Park por una celda en la prisi¨®n de Butner, donde pasar¨¢ el resto de sus d¨ªas.
Peter Madoff, de 67, es la segunda gran cabeza de la trama que rueda por un esc¨¢ndalo que min¨® la confianza de los inversores en plena hecatombe financiera y que puso en cuesti¨®n el trabajo de vigilancia del regulador. A diferencia de su hermano, el abogado s¨ª contaba con el apoyo de sus amigos y familiares, que lo ve¨ªan como otra v¨ªctima de la trama. Papel de v¨ªctima que tambi¨¦n jugaron los hijos y la mujer de Bernard Madoff.
Antes de escuchar la condena, Peter se declar¨® profundamente avergonzado y pidi¨® disculpas. La pena podr¨ªa haber sido mayor de no ser porque el pasado verano ya se declar¨® culpable de una serie de cargos, como manipular las cuentas, falsificar documentos para encubrir el agujero y enga?ar a las autoridades. Enjuague de papeles que, de acuerdo con la fiscal¨ªa, permiti¨® mantener la trama piramidal encubierta durante dos d¨¦cadas.
Irving Picard, el encargado de recuperar el dinero para compensar a los defraudados, encontr¨® entre los papeles con las cuentas de sus clientes inversiones ficticias por 65.000 millones. Era la primera evidencia de la gran mentira de Bernard Madoff, porque ese cifra estaba inflada. El interventor devolvi¨® 3.700 millones a los inversores, tras recaudar la mitad del dinero que se perdi¨®, en su mayor¨ªa por desembolsos hechos por sus socios.
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