Empresas con la caja ¡®atrapada¡¯
Las compa?¨ªas reinvierten los beneficios del exterior en vez de repatriarlos
Lo llaman caja atrapada. En ingl¨¦s ha hecho fortuna como trapped cash. Y es un verdadero sudoku para muchas compa?¨ªas espa?olas que hacen las Am¨¦ricas con m¨¢s urgencia que preparaci¨®n. Est¨¢ muy bien salir, crear riqueza, ganar dinero, pero tambi¨¦n hay que saber traerlo de vuelta. Al menos una parte. ¡°Bastantes empresas nos cuentan que en Argentina les va muy bien, hacen negocios; hacen caja. El problema es que la bolsa de beneficios que acumulan no consiguen repatriarla¡±, narra Jaime Llopis, socio del bufete Cuatrecasas, Gon?alves Pereira. Este pa¨ªs es un ejemplo claro de un territorio que da pocas facilidades. Sin embargo, es una voz entre otras mil.
Se quiera o no, vamos hacia un mundo donde los territorios son cada vez m¨¢s celosos de sus capitales. Al menos mientras siga golpeando la crisis. ¡°Son muy pocos los pa¨ªses que permiten sacar dividendos sin gravarlos¡±, recuerda Javier Garc¨ªa Pita, socio responsable de fiscalidad del despacho Linklaters. Y sobre esta m¨¢xima trazan sus estrategias.
Es cierto que Espa?a tiene infinidad de convenios para evitar la doble imposici¨®n (tributar en el territorio de origen y tambi¨¦n en el de destino), o que 72 naciones ya han firmado con nuestro pa¨ªs Acuerdos de Protecci¨®n y Promoci¨®n Rec¨ªproca de Inversiones (APPRI) para blindar esa repatriaci¨®n. Y sobre el papel, ¡°estos Acuerdos¡±, desgrana Antonio Hern¨¢ndez, socio de Inversiones Exteriores e Internacionalizaci¨®n de KPMG, ¡°garantizan la libre transferencia de rendimientos e intereses y la desinversi¨®n del capital sin problemas¡±. Pero si analizamos el detalle veremos que Venezuela, China, Argentina e incluso Bolivia (que, por cierto, denunci¨® este compromiso con Espa?a el 4 de enero pasado) tambi¨¦n han rubricado esos APPRI. O sea, algunas de las naciones m¨¢s conflictivas del mundo a la hora de repatriar dinero afirman atenerse a las reglas de juego.
China, Argentina y Brasil son algunos de los estados que m¨¢s trabas ponen
?Opinar¨¢ lo mismo Repsol tras lo vivido en Argentina? ¡°Muchas empresas espa?olas se quejan de que estos Acuerdos no se cumplen¡±, revela el responsable del ¨¢rea legal de una gran consultora que pide el anonimato. Es m¨¢s, Brasil, la ¨²ltima Arcadia descubierta para las inversiones espa?olas, no ha firmado ninguno. ?Su excusa? Los fondos extranjeros y la repatriaci¨®n de capitales est¨¢n garantizados por su Constituci¨®n.
Aunque tambi¨¦n hay lastres propios, como la vocaci¨®n internacional sobrevenida, o atropellada, de la empresa espa?ola, que lleva a cometer errores. Las grandes compa?¨ªas suelen tener este tema m¨¢s o menos atado a trav¨¦s de su departamento de tesorer¨ªa, pero las peque?as y medianas ¡ªque son las que m¨¢s se instalan ahora fuera¡ª lo olvidan con facilidad. Y tiene consecuencias. ¡°En Brasil, si no has declarado la inversi¨®n, pueden pasar a?os hasta repatriar el dividendo¡±, advierte Andoni Hern¨¢ndez, socio responsable de la oficina de S?o Paulo de Cuatrecasas. ¡°Un problema que se evita conociendo la normativa y planificando¡±. De hecho, este experto sit¨²a al gigante de habla portuguesa, Per¨², Colombia y M¨¦xico como los territorios de la regi¨®n con menos trabas a los flujos de dinero. Pero dado que Brasil es una geograf¨ªa de contrastes conviene saber que se pueden tardar m¨¢s de tres meses en abrir una cuenta en un banco. Por lo tanto, estas tierras de agua, luz y m¨²sica no son, desde luego, un lugar para principiantes. Al igual que China.
A la hora de repatriar rentas, desbroza Luis Manuel Vi?uales, socio de Fiscalidad Internacional de Garrigues, los bancos chinos exigen un certificado de la Administraci¨®n Tributaria acreditando que se han abonado los impuestos que le corresponden a ese no residente que recibir¨¢ el pago. Esos tributos dependen de la calificaci¨®n que les d¨¦ la Administraci¨®n local (por ejemplo, asistencia t¨¦cnica, c¨¢nones). El problema es que esa valoraci¨®n que hace China no siempre se ajusta al convenio firmado con Espa?a para evitar la doble imposici¨®n. As¨ª que toca porfiar con las autoridades para no pagar dos veces.
Los pa¨ªses m¨¢s conflictivos para la repatriaci¨®n dicen atenerse a las reglas
Al otro lado del mundo, Venezuela es el paradigma de caja atrapada. Desde hace cuatro a?os y debido al f¨¦rreo control de cambios, las empresas for¨¢neas repatr¨ªan dinero a su matriz con cuentagotas. El Cadivi (Comisi¨®n de Administraci¨®n de Divisas), la autoridad p¨²blica que autoriza dichos pagos, ha ido cerrando el grifo. Si en 2009 se aprob¨® la salida de 565 millones de d¨®lares, el a?o pasado apenas superaron los 100 millones. Gustavo Marturet, presidente de la C¨¢mara Venezolano Americana de Comercio e Industria (Venamcham), estima en 9.000 millones de d¨®lares (6.814 millones de euros) el dinero represado en el pa¨ªs. Unos 3.000 millones (2.271 millones de euros), acorde con varias informaciones period¨ªsticas, corresponder¨ªan a Telef¨®nica.
Y luego est¨¢ la inevitable derivada fiscal. En un entorno de libre movimiento de capitales, como la Uni¨®n Europa, no existe ninguna tributaci¨®n por ellos. Pero quienes s¨ª pagan impuestos son los rendimientos (por ejemplo, dividendos) de las filiales espa?olas en el extranjero. Si esos dividendos proceden de pa¨ªses de la OCDE (con los que tenemos acuerdos de doble imposici¨®n) tributan en la naci¨®n de origen. Pero si se repatr¨ªan a Espa?a tienen que pagar el tipo nominal que le corresponde a la empresa matriz. En el caso de una gran compa?¨ªa ¡ªpensemos en Telef¨®nica o Santander¡ª, pagar¨ªa el 30% sobre el importante total. Este porcentaje var¨ªa en funci¨®n del tama?o y de la clase de sociedad.
Sin embargo, el Gobierno, en el mismo decreto que aprob¨® la amnist¨ªa fiscal, rebaj¨® ese 30% a un 8%, aunque solo hasta el 31 de diciembre. ¡°Esta medida persigue que las empresas espa?olas tengan las condiciones m¨¢s favorables para que repatr¨ªen dividendos (algo a lo que no est¨¢n obligadas)¡±, indica Jos¨¦ Mar¨ªa Mollinedo, secretario general de Gestha (T¨¦cnicos del Ministerio de Hacienda). En el fondo es una evidencia de cu¨¢nto necesitamos que lleguen ingresos. ?Y est¨¢ funcionando? En octubre este gravamen especial recaud¨® unos p¨ªrricos 4.000 euros, seg¨²n datos de la Agencia Tributaria (AEAT).
Venezuela dej¨® salir 565 millones de d¨®lares en 2009; en 2012, solo fueron 100
Este desinter¨¦s nos enfrenta con el espejo de la realidad. ¡°Espa?a es un mercado maduro. Muchas empresas no est¨¢n repatriando el dinero porque aqu¨ª no hay oportunidades de inversi¨®n. No tendr¨ªa una salida, sino es, por ejemplo, para cubrir un ERE [expediente de regulaci¨®n de empleo] u otra situaci¨®n extraordinaria. Por eso prefieren reinvertirlo fuera o se lleva a reservas¡±, apunta con franqueza Alberto Echarri, socio responsable de Legal de Ernst & Young Abogados.
Tanto es as¨ª que si observamos la balanza de pagos de 2010 y 2011 ¡ªas¨ª como en lo que va de a?o¡ª se puede extrapolar que la reducci¨®n de los ingresos por rentas que se aprecia en la balanza por cuenta corriente se debe a que esos flujos generados en el exterior ¡ªque est¨¢n aumentando¡ª se reinvierten en vez de traerse de vuelta. Por si fuera poco, repatriar capital es siempre un problema porque cuesta dinero y tiene su letra peque?a. En algunos pa¨ªses de Latinoam¨¦rica existe un porcentaje m¨¢ximo de royalties que se pueden extraer al a?o. Esto afecta, y mucho, a las cadenas de franquicias.
Si bien es verdad que en este tema, como recuerda Jaime Llopis, socio de Cuatrecasas, ¡°no hay atajos ni milagros dentro del Derecho¡±, coqueteando con los difusos bordes de la legalidad, algunas empresas ensayan estrategias para eludir los pa¨ªses que complican las salidas de capital o las gravan en demas¨ªa. Frente a estas situaciones, lo normal ¡ªexplica el responsable fiscal de un conocido bufete americano¡ª es hacer un treaty shopping. ¡°Buscar jurisdicciones intermedias que permitan sacar el dinero del territorio inicial al de destino¡±, aclara. Un ejemplo. Si Argentina grava los dividendos a Espa?a con un 15%, entonces se busca un territorio que tenga firmado con el pa¨ªs sudamericano un convenio m¨¢s favorable, que bien puede ser Holanda; se abre all¨ª una sociedad, y a trav¨¦s de ella se repatr¨ªan los fondos. Eso s¨ª, ¡°son estructuras de riesgo, que pueden levantar suspicacias en la naci¨®n de origen¡±, sentencia el experto.
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