La pesadilla del gran Boeing
El Dreamliner no parece hoy un avi¨®n seguro, pero para las aerol¨ªneas que lo encargaron echarse atr¨¢s no es f¨¢cil
En aviaci¨®n, un incidente t¨¦cnico es una anomal¨ªa. Pero cuando pasa dos veces, es una tendencia. La primera bater¨ªa que se quem¨® en la bodega de un Dreamliner de Boeing, operado por la aerol¨ªnea Japan Airlines activ¨® las alarmas. La segunda, d¨ªas despu¨¦s en otro de All Nippon Airways, forz¨® a los reguladores a dejar todos estos aviones en tierra hasta que se garantice su fiabilidad. Es la primera vez en tres d¨¦cadas que se adopta una prohibici¨®n total de vuelo de un modelo espec¨ªfico de un avi¨®n de pasajeros. Si se trata de un problema de fabricaci¨®n o de mantenimiento, ser¨¢ un escollo f¨¢cil de solucionar. Pero si el problema es el dise?o del sistema, el nuevo Boeing 787 podr¨ªa necesitar una reconfiguraci¨®n, un peaje millonario para el fabricante, y para las compa?¨ªas que esperan el modelo.
Los t¨¦cnicos est¨¢n ya en Jap¨®n haciendo la autopsia a la bater¨ªa de iones de litio chamuscada. Un examen determinante para el futuro del B-787, y tambi¨¦n para el esperado A-350 de EADS. El veredicto de este examen es crucial, porque revelar¨¢ la gravedad del problema del Dreamliner, que se estima cost¨® a Boeing 30.000 millones de d¨®lares desarrollarlo (m¨¢s de 35.000 millones de euros) y que, hoy por hoy, no es seguro. La cuesti¨®n, opinan los expertos, es muy compleja y puede tener importantes ramificaciones. Boeing tiene previsto presentar resultados de cierre de ejercicio el 30 de enero.
De momento, el gigante mantiene su producci¨®n, aunque ha suspendido las entregas. Los 57 clientes que tienen encargados unos 850 Dreamliner parecen seguir confiando en el producto, y desde la asi¨¢tica Korean Air a la espa?ola Air Europa (tiene ocho encargados) mantienen sus pedidos. Pero la primera consecuencia del problema con las bater¨ªas podr¨ªa ser otro retraso. ?Significa que las aerol¨ªneas tienen fe en que Boeing solucionar¨¢ el problema? Eso, y adem¨¢s que la cancelaci¨®n de pedidos no es un proceso sencillo, porque las compras se planifican con muchos a?os de antelaci¨®n y muchas necesitan renovar su flota. La opci¨®n podr¨ªa ser cambiar a Boeing por el Airbus 350, pero este avi¨®n no ha realizado siquiera el vuelo de pruebas y la lista de espera ser¨ªa larga.
Air Europa, como otras 57 firmas, mantiene sus pedidos por ahora
Aun as¨ª, Boeing parece m¨¢s tranquila que los reguladores. La prohibici¨®n total de vuelo es una acci¨®n preventiva, y no ha habido v¨ªctimas. Adem¨¢s, solo hay medio centenar de Dreamliners operativos. La bater¨ªa es un componente esencial del B-787. Es una de las claves tecnol¨®gicas, junto a los materiales compuestos de su estructura, por la que es capaz de consumir un 20% menos de combustible que un modelo similar que depende m¨¢s del sistema hidr¨¢ulico y neum¨¢tico. No solo permite reducir el peso de estos p¨¢jaros de carbono, tambi¨¦n simplifica sus arterias. E
l 787 lleg¨® a las manos de su primer cliente, All Nippon Airways, con tres a?os de retraso. No son un secreto las dificultades que hubo para dar vida al modelo presentado hace 10 a?os. Y la externalizaci¨®n en la fabricaci¨®n de sus componentes para reducir costes y tiempo en la cadena final de ensamblaje fue un reto. Las bater¨ªas de iones de litio se producen en Jap¨®n, como las alas y hasta los lavabos.
De momento no se espera que el caso Boeing llegue al extremo del Electra, el avi¨®n que dej¨® a Lockheed Martin fuera del negocio de la aviaci¨®n comercial. Adem¨¢s de sus pedidos, tambi¨¦n sus acciones est¨¢n aguantando bien el golpe en Wall Street, otro signo de confianza hacia su capacidad para superar la crisis.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.