Davos se divide en dos
Las citas empresariales se imponen a los debates p¨²blicos en el Foro Econ¨®mico Mundial
Dec¨ªa un ministro que el ¨¦xito de Davos es que se ha convertido en un foro de relaciones profesionales inevitable porque cuanto m¨¢s crece, m¨¢s obligado es estar ah¨ª. Y que por eso no deja de crecer. Lo cierto es que cada vez m¨¢s agendas se bloquean la pen¨²ltima semana de enero porque el Foro Econ¨®mico Mundial resulta una cita obligada para muchos directivos y presidentes de grandes compa?¨ªas y entidades financieras.
¡°Para m¨ª ha resultado tremendamente productivo, pero no por el lado de los debates, ni siquiera en los paneles en los que yo he participado¡±, reconoce David Kirkpatrick, fundador de Techonomy, que se ha estrenado este a?o como participante. ¡°Pasas tres d¨ªas de reuni¨®n en reuni¨®n, sin hacer otra cosa que mantener encuentros. Es como un servicio de citas r¨¢pidas¡±, explica.
Los que acuden a Davos desde hace muchos a?os reconocen que el esp¨ªritu de la reuni¨®n est¨¢ cambiando. Antes el eje del Foro Econ¨®mico Mundial eran las discusiones y los debates p¨²blicos, donde intelectuales y hombres de negocios intercambiaban ideas sobre los problemas de la econom¨ªa mundial y sus posibles soluciones. Ahora los debates se han convertido en el ¡°espect¨¢culo colateral, la excusa para todo lo dem¨¢s¡±, reconoce un directivo espa?ol, habitual en la cita.
Todo lo dem¨¢s es la posibilidad de mantener reuniones sin moverse de la estaci¨®n alpina suiza, las reuniones privadas de no m¨¢s de 50 participantes con los grandes gur¨²s de distintas industrias y la posibilidad de hacer nuevos contactos profesionales que puedan ser ¨²tiles en el futuro. ¡°Uno llega aqu¨ª con la agenda casi cerrada al completo, hay poco margen para la improvisaci¨®n¡±, se?ala otro empresario espa?ol.
Y debe resultar productivo porque no resulta nada barato. Cada participante debe desembolsar 50.000 euros, desplazamientos y hoteles al margen. Si quiere un estatus especial como socio regional, deber¨¢ desembolsar otros 100.000 euros m¨¢s, y si es socio industrial, 200.000 euros. De ah¨ª en adelante, hay socios estrat¨¦gicos (108, en esta edici¨®n) y luego, las empresas que mayor aportaci¨®n hacen cada a?o se convierten en copresidentes de cada edici¨®n. La organizaci¨®n que preside Klaus Schwab presiona a los socios y a los participantes para que mejoren su estatus, y sus aportaciones, a cambio de reservas en mejores hoteles, salas reservadas en el centro de congresos y fiestas y debates exclusivos para ellos. En la mayor¨ªa de los casos, el desembolso lo realizan las empresas y pocos lo hacen a titulo individual.
¡°Todos los a?os, siempre hab¨ªa un tema que se convert¨ªa en el gran debate de Davos¡±, indica lord Nicholas Stern, del Instituto sobre Cambio Clim¨¢tico y Medio Ambiente. "Este a?o hay muchos debates pero mucha dispersi¨®n en los temas". "En otras ediciones, el segundo d¨ªa ya se sab¨ªa cu¨¢l era el mensaje de Davos pero ahora parece que lo de menos son los debates", sostiene Mois¨¦s Na¨ªm, del programa para la Paz Internacional del centro Carnagie.
Los empresarios de los pa¨ªses emergentes han entendido a la perfecci¨®n la oportunidad de relaciones p¨²blicas que representa Davos. ¡°Esto ha crecido tanto porque antes no ven¨ªan los chinos y ahora vienen muchos. Pero este a?o, sobre todo, hay much¨ªsimos participantes indios. Y rusos, que han decidido aprovechar la plataforma que representa la presidencia del G-20¡±, admite un empresario espa?ol.
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