Pensi¨®n confort para los cerdos
Desde el 1 de enero, las granjas deben cumplir nuevas normas de bienestar animal
El 1 de enero de 2012, el sector de la avicultura de puesta experiment¨® una fuerte ca¨ªda del n¨²mero de gallinas y granjas por la aplicaci¨®n de las nuevas exigencias sobre bienestar animal. El resultado fue una bajada de la producci¨®n, una merma en su capacidad competitiva en los mercados de terceros pa¨ªses, un aumento de las importaciones de ovoproductos para la industria y una subida media de los precios en el mercado interior que ascendi¨® en el pasado ejercicio al 40%.
Desde el pasado 1 de enero est¨¢n en vigor las nuevas normas sobre bienestar animal en las granjas de porcino. Seg¨²n los datos iniciales manejados por la organizaci¨®n sectorial Anprogapor, la medida ha supuesto inversiones superiores a los 700 millones de euros y podr¨ªa traducirse en el cierre de m¨¢s de un millar de explotaciones. Ya lo han hecho m¨¢s de 400, al no cumplir las condiciones impuestas por las Administraciones espa?ola y europea.
Las exigencias sobre bienestar animal en el marco comunitario tienen una larga trayectoria, aunque se han ido endureciendo en la ¨²ltima d¨¦cada para abarcar todo el proceso, desde la cr¨ªa hasta el sacrifico, pasando por el transporte.
En el caso del porcino, en cumplimiento de la directiva sobre bienestar animal de 2001, Espa?a aplic¨® desde el 1 de enero de 2003 una bater¨ªa de exigencias con car¨¢cter general para todo el sector ganadero, pero con la excepci¨®n de las condiciones de manejo de las cerdas, para las que se daba una moratoria de 10 a?os, hasta el 1 de enero de 2013.
Un sector l¨ªder y competitivo
El porcino es una de las actividades m¨¢s importantes en el sector agrario espa?ol, con un volumen de ventas superior a los 6.000 millones de euros en 2012, lo que supone m¨¢s del 14% de la producci¨®n final agraria. Se trata adem¨¢s de una de las pocas producciones que se hallan pr¨¢cticamente al margen de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n en materia de ayudas directas y de los mecanismos de regulaci¨®n de los mercados.
Oficialmente, el sector del porcino cuenta con unas 92.000 explotaciones, frente a las cerca de 200.000 que exist¨ªan hace m¨¢s de una d¨¦cada. Sin embargo, desde la organizaci¨®n sectorial Anprogapor se estima que el censo real es solamente de entre 45.000 y 50.000 explotaciones. De las granjas familiares se ha pasado a un sector con un peso importante de los grandes grupos integradores. Esta evoluci¨®n a la baja del n¨²mero de granjas no se ha traducido en recortes en el n¨²mero de animales o en el volumen de su producci¨®n. El censo de porcino ha crecido hasta los 25 millones de cabezas, y el n¨²mero de animales sacrificados anualmente asciende a unos 42 millones, lo que supone el 14% de todos los cerdos sacrificados en la Uni¨®n Europea.
El porcino es uno de los pocos sectores ganaderos que ha tenido una evoluci¨®n positiva desde el ingreso de Espa?a en la UE. Desde una producci¨®n ligeramente por encima de los 2 millones de toneladas, hoy es de 3,5 millones. Se trata adem¨¢s de un sector con una buena posici¨®n competitiva, como lo demuestra el hecho de que el 35% de esa producci¨®n se destina a los mercados exteriores en la Uni¨®n Europea y en terceros pa¨ªses.
De acuerdo con las exigencias comunitarias, los animales de porcino deber¨¢n contar con las instalaciones adecuadas en el material de los suelos para evitar que sean resbaladizos y en el revestimiento de los espacios para impedir autolesiones; no deber¨¢n tener ruidos elevados y disponer al d¨ªa de al menos ocho horas de luz, y podr¨¢n estar en patios de tierra abiertos, pero siempre que dispongan de cobertizos donde protegerse de las inclemencias del tiempo o de los ataques de alima?as. Los animales deber¨¢n comer como m¨ªnimo una vez al d¨ªa y disponer de la posibilidad de hacerlo todos a la vez. Un punto fundamental es que dispongan de espacio para moverse y tumbarse sin agobios. Los trabajadores deben tener la formaci¨®n adecuada sobre su manejo y evitar que haya peleas entre los animales. Para la cr¨ªa, los gorrinos dispondr¨¢n de un espacio m¨ªnimo de 0,15 metros cuadrados cuando su peso no llegue a los 10 kilos y de un metro cuando el peso supere los 110 kilos.
Con la nueva disposici¨®n se deben aplicar nuevas normas sobre la cr¨ªa y manejo de las cerdas que ya han parido una vez y de las nuevas gestantes. Las directrices comunitarias obligan a que el manejo de esos animales se haga en grupos desde 2 hasta m¨¢s de 40 animales, en lugar de individualmente, a partir de la cuarta semana desde la cubrici¨®n y hasta una semana antes del parto. En esos periodos se contempla tener una disponibilidad m¨ªnima de espacio por animal desde los 2 metros cuadrados hasta los 2,8 si se trata de cerdas viejas y de 1,4 a 1,8 en el caso de cerdas j¨®venes gestantes.
En las explotaciones que no dispusieran de las instalaciones adecuadas se proh¨ªbe la entrada de animales y de material gen¨¦tico de porcino, la salida de animales si no es para el sacrificio o para explotaciones que cumplan con la normativa y toda pr¨¢ctica de inseminaci¨®n artificial o monta natural. Las granjas que incumplan las condiciones exigidas, en caso de ser objeto de una inspecci¨®n, sufrir¨¢n la multa correspondiente y ser¨¢n cerradas si no reducen su censo a nueve cerdas.
Estas medidas, seg¨²n los datos manejados por el sector, afectan a unas 15.000 explotaciones con 2,3 millones de cerdas. No cierran las que tienen hasta nueve animales, a las que no se exige cambio de instalaciones. Los cierres han afectado especialmente a las granjas de entre 10 y 99 madres, pero no a las explotaciones de los grandes grupos, que suponen el grueso de la producci¨®n.
No est¨¢ claro entre los t¨¦cnicos del sector que el conjunto de medidas propuestas para la estancia de los animales en grupos sea la mejor para los mismos. La realidad es que las nuevas exigencias suponen la necesidad de proceder a importantes cambios en las instalaciones de las granjas en materia de suelos, revestimientos y, sobre todo, en la modificaci¨®n de estructuras para que los animales se hallen agrupados. Seg¨²n los datos manejados por la sectorial Anprogapor, el coste de estas obras puede elevarse a entre 300 y 350 euros por animal, lo que supone una inversi¨®n total de 700 millones de euros, que se han hecho sin ayudas p¨²blicas. Se estima que las nuevas exigencias a las granjas para el desarrollo de su actividad pueden incrementar los costes de producci¨®n por encima del 10%, lo que supondr¨¢ una p¨¦rdida de competitividad frente a terceros pa¨ªses, hacia donde sale la mayor parte del porcino exportado.
Para la ejecuci¨®n de estas inversiones, el sector no ha dispuesto de ayudas p¨²blicas a nivel estatal y solamente se aplicaron apoyos por parte de las comunidades aut¨®nomas de Castilla y Le¨®n, Andaluc¨ªa y Catalu?a. La l¨ªnea de financiaci¨®n abierta a escala estatal a trav¨¦s del ICO no ha funcionado por entender el sector que eran m¨¢s costosos los avales exigidos que el importe de las ayudas.
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