Desempleados sobradamente preparados

Entre los cerca de seis millones de parados que hay en Espa?a, seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa, se encuentran profesionales sobradamente preparados que se han topado con la crisis y se han visto obligados a subsistir con el apoyo de sus familias o con los 400 euros de ayuda que reciben tras agot¨¢rseles la prestaci¨®n.
Son de mediana edad, tienen experiencia superior a diez a?os en profesiones que, en muchos casos, hace a?os gozaban del privilegio de tener numerosas salidas, pero, al contrario de lo que pensaban cuando eran universitarios, se encuentran sin trabajo, y lo que es peor, sin perspectivas de tenerlo.
Alberto Jim¨¦nez. Tiene 42 a?os y es arquitecto. Al igual que su mujer, tambi¨¦n arquitecta, se qued¨® en paro en 2009. Ninguno de los dos tuvo derecho a paro porque en su profesi¨®n, seg¨²n relata a Efe, la mayor¨ªa de los estudios contratan a aut¨®nomos. De hecho, apunta, en sus casi trece a?os de experiencia nunca ha trabajo por cuenta ajena.
Est¨¢ especializado en tasaciones y su ¨²ltimo trabajo fue en una empresa de arquitectura pericial. "Demasiada especializaci¨®n para luego nada", lamenta Alberto, quien reconoce que cuando estudiaba la carrera "ni por asomo" pens¨® que se encontrar¨ªa en esta situaci¨®n.
Por esa ¨¦poca, a mediados de los noventa, la tasa de paro en la profesi¨®n era cero, seg¨²n se?ala.
Desde que se qued¨® sin trabajo no ha habido un solo d¨ªa que no haya buscado, pero en tres a?os s¨®lo ha recibido una llamada para citarle a una entrevista. En otra ocasi¨®n le ofrecieron la posibilidad de irse a Mali a trabajar, poco antes de que estallara el conflicto, afortunadamente, reconoce, no sali¨® adelante.
"Empezamos a tirar de nuestros ahorros hasta que no tuvimos m¨¢s. Ahora mismo nos est¨¢n ayudando nuestros padres y con alguna cosilla que va saliendo, estamos intentando cambiar de profesi¨®n", afirma Alberto.
De hecho, de vez en cuando da clases de p¨¢del, para sacar algo de dinero, y, adem¨¢s, est¨¢ estudiando un curso de educaci¨®n vial para ser profesor de autoescuela. "Es que la situaci¨®n est¨¢ muy complicada", lamenta.
Victoria Santiago tiene 40 a?os y tambi¨¦n es arquitecta. Hace casi dos a?os se le acab¨® la prestaci¨®n. No le concedieron la ayuda de 400 euros porque su marido s¨ª tiene trabajo. A pesar de sus doce a?os de experiencia s¨®lo le han llamado para dos entrevistas.
"Las pocas ofertas de trabajo que hay son indignas, piden un arquitecto con diez o quince a?os de experiencia, que firme proyectos y asuma responsabilidades por 900 euros al mes. Son condiciones abusivas", afirma Victoria, que tiene dos hijas de siete y cuatro a?os.
Gracias a que ha podido estudiar un m¨¢ster en este tiempo, comenta, y a su car¨¢cter optimista y emprendedor est¨¢ intentando montar una empresa con las dificultades que eso supone en Espa?a, ya que "no hay absolutamente ninguna ayuda, ni financiaci¨®n de ning¨²n tipo". De momento, no ha tenido ning¨²n ingreso.
Si no sale bien, asegura, coger¨¢ las maletas y emigrar¨¢ a Sudam¨¦rica: "all¨ª hay mucho trabajo y la formaci¨®n que tenemos en Espa?a es muy superior".
Ezequiel Rubinstein s¨ª est¨¢ cobrando los 400 euros. Se los concedieron el pasado mes de noviembre al acab¨¢rsele el paro. Es argentino, tiene 39 a?os y es licenciado en Derecho por la Universidad de Buenos Aires. Antes de que el amor le trajera a Madrid estudi¨® un m¨¢ster en Abogac¨ªa del Estado y otro en Estudios Europeos en la universidad brit¨¢nica de Bath.
Habla perfectamente ingl¨¦s, alem¨¢n y portugu¨¦s. Ha trabajado como asesor parlamentario en la Legislatura de la Ciudad Aut¨®noma de Buenos Aires, entre otros, y en Madrid hasta 2011 trabaj¨® en una consultor¨ªa tecnol¨®gica, empleo que apenas le cost¨® un mes en encontrar en 2008.
"Ahora me apoyo en mis ahorros, en los de mi pareja y en que, afortunadamente, no tengo que pagar alquiler, si no, ser¨ªa muy dif¨ªcil", relata Ezequiel, quien reconoce que, con el tiempo, se va desanimando en su b¨²squeda: "es extremadamente descorazonador".
El no encontrar trabajo en casi dos a?os ha hecho que se pregunte si su m¨¦todo de b¨²squeda es el adecuado. No descarta trabajar en lo que sea "para capear el temporal" y, desde luego, se plantea muy seriamente volver a Argentina o comenzar en otro pa¨ªs, donde, por lo menos, se reconozca su val¨ªa. Berta Pinillos
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