La experiencia de Am¨¦rica Latina: 10 cosas que pueden servirle a Europa
?Qu¨¦ evidencia nueva aporta la crisis europea a lo que ya sab¨ªamos sobre estos fen¨®menos econ¨®micos? Poco y nada. Confirma lo que la experiencia de las crisis del sector externo y el sobreendeudamiento de los ochenta y los noventa en los pa¨ªses perif¨¦ricos nos hab¨ªa ense?ado. En estas l¨ªneas enumero un dec¨¢logo que sintetiza lo que puede servir para que Europa no reitere diagn¨®sticos errados ni pol¨ªticas fracasadas:
1. Monedas sobreevaluadas y exceso de dinero determinan, en el auge, inversi¨®n sesgada hacia los bienes no comercializables (construcci¨®n y servicios), bajo crecimiento de la productividad y una acumulaci¨®n de deuda externa (privada m¨¢s que p¨²blica) insostenible que conducen a una crisis de competitividad.
2. Un ajuste de gasto y reforma del mercado de trabajo que permita generar ca¨ªda de salarios y deflaci¨®n para recuperar competitividad y demanda es inviable econ¨®mica, social y pol¨ªticamente. En el caso de que dicha pol¨ªtica fuera exitosa en deflacionar precios ¡ªpoco probable en pa¨ªses de tama?o mediano, seg¨²n la experiencia internacional¡ª, la demanda no reaparece y lo ¨²nico plausible, la mejora del saldo comercial, no alcanzar¨ªa a compensar la ca¨ªda del gasto interno, pues el impacto de las exportaciones sobre el PIB es limitado (30% del PIB). As¨ª continuar¨ªa cayendo el empleo y, por ende, los salarios, convirtiendo la recesi¨®n en depresi¨®n.
3. Cuando se reducen los salarios nominales y los precios se muestran inflexibles a la baja, el sobreendeudamiento de las familias, medido como porcentaje de su renta, se ver¨ªa agravado. Al profundizarse la ca¨ªda de la demanda y, por ende, la recesi¨®n, disminuir¨ªan los ingresos fiscales y tambi¨¦n empeorar¨ªa la situaci¨®n de deuda del sector p¨²blico. Lo mismo ocurrir¨ªa con la deuda del sector privado empresarial, cuyas ventas dependen del mercado interno.
Las pol¨ªticas fiscales contractivas tienen efectos m¨¢s nocivos de los que inicialmente se cree
4. Los empresarios no invierten en pa¨ªses en depresi¨®n, por m¨¢s que el costo laboral unitario se reduzca y se vuelva competitivo. La inversi¨®n bruta interna fija est¨¢ determinada por el ambiente econ¨®mico, social y pol¨ªtico, el comportamiento del gasto dom¨¦stico (70% del PIB), las infraestructuras, la seguridad jur¨ªdica, el financiamiento y, tambi¨¦n, por el costo de la mano de obra.
5. Las pol¨ªticas fiscales contractivas en momentos de depresi¨®n econ¨®mica, en ausencia de otras medidas compensatorias, tienen efectos m¨¢s nocivos sobre la actividad econ¨®mica de los que inicialmente de cree, al detraer poder de compra del mercado. Destruyen empresas e incrementan el desempleo, lo que genera una espiral de ca¨ªda. El propio FMI ha reconocido recientemente que, para Europa, hab¨ªan subestimado el multiplicador fiscal y, por ende, el impacto del ajuste sobre el PIB.
6. Los bancos centrales desempe?an un papel fundamental en materia de pol¨ªticas antic¨ªclicas, en particular cuando tienen capacidad de emitir una divisa internacional como el euro. El caso de Estados Unidos es aleccionador en materia de uso de su Reserva Federal, que, en lo peor de la crisis financiera, estando cortado el cr¨¦dito bancario y cerrados los mercados de deuda, emiti¨® para prestarle al sector privado, como si fuera un banco comercial. Tambi¨¦n pueden financiar al sector p¨²blico para evitar un mayor ajuste fiscal y, fundamental, manejar la paridad para evitar la apreciaci¨®n de la moneda. El BCE ha mostrado un comportamiento err¨¢tico. Con la llegada de Draghi se empezaron las pol¨ªticas activas, pero le quedan muchas tareas por hacer para recuperar la senda de crecimiento.
Los bancos centrales desempe?an un papel fundamental en materia de pol¨ªticas antic¨ªclicas
7. La fuga de capitales masiva, que se instal¨® en la Europa perif¨¦rica a partir del a?o pasado por temor a la crisis bancaria, y la ruptura de la moneda determinan una profundizaci¨®n de la recesi¨®n porque act¨²an como pol¨ªtica monetaria contractiva, elevando a niveles insoportables la tasa de inter¨¦s. El efecto depresivo sobre la actividad est¨¢ parcialmente suavizado por el sistema de compensaci¨®n financiera entre pa¨ªses en la eurozona (Target 2), implementado por el BCE.
8. El dilema de Europa es avanzar hacia una federaci¨®n completa o quebrarse, pero, como dice Paul Krugman, dado que ambas alternativas son muy costosas, es esperable que el estado de indefinici¨®n permanezca y se prolongue esta situaci¨®n de indecisi¨®n. Hay que recordar que cuando una econom¨ªa est¨¢ en crisis, el tiempo por s¨ª solo no resuelve las cosas; por el contrario, las agrava. Por tanto, es necesario aplicar las correspondientes terapias.
9. La mejor respuesta es m¨¢s Europa, avanzando ya en una agenda que incluya: una uni¨®n bancaria y financiera que evite la enorme segmentaci¨®n econ¨®mica, la creaci¨®n de un mercado europeo de deuda p¨²blica que permita generar un negocio de eurobonos l¨ªquido, comparable al de los bonos del Tesoro de Estados Unidos, un presupuesto europeo en serio que viabilice el crecimiento de regiones de menor productividad relativa. Tal proceder permitir¨¢ una reestructuraci¨®n ordenada de los pasivos, p¨²blicos y privados, que haga compatible el pago de los intereses y el crecimiento econ¨®mico.
10. El BCE no puede aceptar pasivamente las as¨ª llamadas devaluaciones competitivas de monedas que est¨¢n llevando a cabo muchas de las grandes econom¨ªas. Esta pasividad est¨¢ perjudicando a las econom¨ªas de la zona euro, que ni tienen competitividad relativa para exportar o sustituir importaciones, ni tampoco atraen fondos suficientes para refinanciar a largo plazo la deuda (con la excepci¨®n de Alemania).
En definitiva, si la pol¨ªtica econ¨®mica de Europa se reduce a evitar el default de la deuda p¨²blica y la ruptura de la moneda, y no contempla los objetivos genuinos: crecimiento, productividad, empleo y, por ende, bienestar, el problema del desempleo acuciante, no solo en Espa?a sino en toda la zona, en especial el de los j¨®venes, empeorar¨¢ con consecuencias nefastas para la cohesi¨®n social y la propia gobernabilidad.
Federico Ignacio Poli es director del ?rea Econ¨®mica de la Secretar¨ªa General Iberoamericana (SEGIB).
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