Sumergida en demas¨ªa

Antes de que estallara la crisis econ¨®mica, la econom¨ªa espa?ola era una de las que manten¨ªan una proporci¨®n m¨¢s elevada de su actividad fuera del control fiscal. Con independencia de la valoraci¨®n exacta (las autoridades europeas sit¨²an la econom¨ªa sumergida espa?ola por encima del 20% del PIB), constituye una denuncia de la incompleta transici¨®n a una econom¨ªa propiamente moderna. Tambi¨¦n es un exponente de la desigual carga tributaria que soportan quienes trabajan por cuenta ajena respecto a los que se valen de todo tipo de artificios m¨¢s o menos sofisticados para eludir el pago de impuestos y las contribuciones a la Seguridad Social. Avanzar en la desaparici¨®n de las zonas negras de la econom¨ªa espa?ola, en la necesaria emergencia de actividades econ¨®micas de todo tipo que no cumplen con sus obligaciones fiscales, deber¨ªa ser un objetivo prioritario de la pol¨ªtica econ¨®mica de cualquier Gobierno. Con m¨¢s raz¨®n en una ¨¦poca en la que vuelven a ser los ciudadanos y los agentes econ¨®micos menos favorecidos los que soportan las peores consecuencias de esta larga crisis y siguen siendo los principales contribuyentes.

Aunque los ingresos recientes en concepto de lucha contra el fraude hayan aumentado recientemente, los propios inspectores destacan que no hay lugar para el triunfalismo. La falta de medios para actuar contra los defraudadores m¨¢s poderosos sigue dejando en inferioridad de condiciones a los defensores de los ingresos p¨²blicos. Es con m¨¢s personal, en primer lugar, pero tambi¨¦n con medios t¨¦cnicos y conocimientos econ¨®mico-financieros suficientes, como se hace frente a las m¨¢s sofisticadas t¨¦cnicas de distracci¨®n de las obligaciones tributarias. Fortalecer la dotaci¨®n de funcionarios p¨²blicos ser¨ªa una de las decisiones m¨¢s rentables para la Hacienda p¨²blica, en la medida en que se traducir¨ªa en aumentos de recaudaci¨®n m¨¢s elevados que los registrados hasta ahora. Aumentar los ingresos es una de las condiciones para poner fin a los ajustes excesivos que est¨¢n soportando la mayor¨ªa de los ciudadanos.

Esa deber¨ªa ser una de las premisas en el plan de control del fraude fiscal que acaba de presentar la Agencia Tributaria. La propia eficiencia de las actuaciones, adem¨¢s de la estricta justicia, deber¨ªa situar como principales destinatarios de las inspecciones a las grandes empresas y a los titulares de grandes patrimonios. Un tercio de lo recaudado por Hacienda por las inspecciones tributarias procede de las grandes empresas y grandes patrimonios, unos 3.000 millones de euros.

M¨¢s all¨¢ de las actuaciones directamente orientadas a la persecuci¨®n del fraude, el Gobierno ha de actuar en relaci¨®n con la facilidad con que las grandes empresas, ¡°las que conforman el Ibex¡±, seg¨²n el presidente Rajoy, consiguen contribuir menos que la amplia mayor¨ªa de las empresas espa?olas. En el Congreso, el presidente afirm¨® que hab¨ªa algunas empresas del Ibex que no pagaban impuestos de sociedades. Y es que es un hecho que la panoplia de deducciones y las herramientas de que disponen las grandes empresas pueden permitirles minimizar su contribuci¨®n a las arcas p¨²blicas a?o tras a?o. Que todos paguen y que no existan asimetr¨ªas por raz¨®n de los medios disponibles para ¡°gestionar¡± esas obligaciones tributarias es hoy una prioridad absoluta.