CAM, manejo pol¨ªtico y empresarial
La comisi¨®n de investigaci¨®n revela la manipulaci¨®n de los ¨®rganos de gobierno y una apuesta suicida por el ladrillo en la caja alicantina
?Negligencia o delito? ?Hasta qu¨¦ punto la situaci¨®n que llev¨® a la intervenci¨®n de Caja Mediterr¨¢neo (CAM) en julio de 2011 fue resultado del exceso y la imprudencia o consisti¨® en un saqueo en toda regla? Son interrogantes a los que trata de responder el juez Javier G¨®mez Berm¨²dez, de la Audiencia Nacional, que el 6 de marzo orden¨® un registro de los domicilios en Alicante del que fuera director general, Roberto L¨®pez Abad, y del ex director general adjunto de inversiones inmobiliarias, Daniel Gil Mallebrera. G¨®mez Berm¨²dez est¨¢ tomando declaraci¨®n a 30 consejeros y directivos de la entidad entre los a?os 2006 y 2011 sobre los cr¨¦ditos millonarios concedidos al expresidente de la comisi¨®n de control Juan Ram¨®n Avil¨¦s. Esos mismos consejeros y directivos han desfilado por la comisi¨®n de investigaci¨®n constituida en mayo de 2012 en las Cortes Valencianas, que ha celebrado ya 22 sesiones y por la que han pasado m¨¢s de 60 comparecientes.
?Qu¨¦ busca aclarar esa comisi¨®n parlamentaria? Cada partido lo ve de una manera, pero el objetivo oficial es delimitar responsabilidades sobre unos hechos que el Banco de Espa?a y el Fondo de Reordenaci¨®n Ordenada Bancaria (FROB) han dejado bastante definidos en los pliegos de cargo contra los gestores de la entidad. Ha quedado claro en el desarrollo de la comisi¨®n que el Consejo de Administraci¨®n era manejado sin gran resistencia por los directivos de la entidad financiera. De ah¨ª que el papel de L¨®pez Abad, que se neg¨® a responder preguntas de los parlamentarios, resulte central.
L¨®pez Abad y Gil Mallebrera, que tambi¨¦n se neg¨® a responder a los diputados para no perjudicar su defensa, habr¨ªan utilizado la sociedad Valfensal para detraer fondos de la CAM, algo que G¨®mez Berm¨²dez investiga junto a otras irregularidades tras aceptar la denuncia que present¨® en su d¨ªa el FROB. Se trata de una sociedad con una participaci¨®n del 30% de la caja alicantina y del 70% del grupo de Benidorm Mar Confort a trav¨¦s de la cual se fueron decenas de millones de euros de la entidad en sospechosas operaciones de compra de hoteles y de proyectos tur¨ªsticos en M¨¦xico y la Rep¨²blica Dominicana.
Valfensal es un ejemplo de la estrategia inversora que llev¨® al desastre a la CAM. Consist¨ªa en ir m¨¢s all¨¢ de la concesi¨®n de cr¨¦ditos y crear sociedades participadas, a menudo, basadas en el valor especulativo de unos terrenos potencialmente urbanizables. ¡°Era un negocio d¨¦bil¡±, explic¨® uno de los comparecientes, Javier Garc¨ªa del R¨ªo, exresponsable de bienes inmobiliarios de la CAM (hoy director de negocios inmobiliarios del Banco Sabadell, que compr¨® la caja), porque sus expectativas estaban basadas en la burbuja inmobiliaria.
Enrique Ortiz, principal imputado del caso Brugal, o Ros Casares, como nombres propios, o Nyesa o Polaris World como empresas o proyectos urban¨ªsticos concretos, son referencias que se han barajado una y otra vez en la comisi¨®n sin conseguir explicaciones. La pr¨¢ctica totalidad de los consejeros de la CAM que han desfilado por las Cortes Valencianas han coincidido en se?alar que se fiaban de los criterios de los t¨¦cnicos y directivos. Algunos dijeron haber puesto objeciones, que no se reflejan en las actas de las reuniones. Tambi¨¦n negaron muchos de ellos haber escuchado el requerimiento del Banco de Espa?a que en diciembre de 2010 advirti¨® sobre la grave situaci¨®n de la caja, afectada de una elevada morosidad, una excesiva concentraci¨®n en el sector inmobiliario y fuertes desequilibrios financieros. El actual consejero de Hacienda y vicepresidente del Gobierno de Murcia, Juan Bernal, que fue consejero de la CAM de febrero de 2010 a mayo de 2011, dijo con contundencia que las actas de esa sesi¨®n y de los consejos en los que supuestamente se aprobaron la remuneraci¨®n de 300.000 euros anuales al presidente de la caja, Modesto Crespo, por presidir una participada y las jubilaciones millonarias de los directivos ¡°no reflejan la realidad¡±.
El secretario de actas del Consejo, Juan Mart¨ªnez-Abarca, defendi¨® su veracidad, aunque introdujo una precisi¨®n crucial. Se bas¨® para redactarlas en preactas elaboradas por el equipo de la caja y, aplicando el C¨®digo de Comercio, no incluy¨® las intervenciones de quienes no solicitaron expresamente que constaran. Mart¨ªnez-Abarca justific¨® que constara que se hab¨ªa le¨ªdo ¨ªntegramente el alarmante requerimiento del Banco de Espa?a porque la entonces directora general, Mar¨ªa Dolores Amor¨®s (que relev¨® a L¨®pez Abad), ¡°estuvo m¨¢s de media hora dando explicaciones¡± con diapositivas.
En todo caso, los integrantes del Consejo de Administraci¨®n fueron bastante d¨®ciles con las explicaciones de la direcci¨®n. Ninguno de los propuestos por el PP lo reconoci¨® expl¨ªcitamente, cosa que s¨ª hicieron los propuestos en su d¨ªa por los socialistas. Remedios Ram¨®n, una consejera en representaci¨®n de la Generalitat a propuesta del PSPV-PSOE, fue la m¨¢s expl¨ªcita al describir el mecanismo para seleccionar a los representantes de los impositores en el Consejo. Aunque te¨®ricamente elegidos por sorteo ante notario, la direcci¨®n de la CAM ¡°desincentivaba¡± a los seleccionados hasta llegar a quien les interesaba. Ram¨®n dio otro dato llamativo, al explicar que, como miembro de la comisi¨®n de control, se abstuvo de aprobar el proceso electoral de renovaci¨®n de ¨®rganos de gobierno del a?o 2007.
Se presentaron dos listas impulsadas desde el PP en aquel proceso, una apoyada por los seguidores de Eduardo Zaplana y otra por los afines al entonces nuevo presidente valenciano, Francisco Camps, enfrentados en un pulso pol¨ªtico. El conflicto se resolvi¨® aceptando la retirada de ambas y la presentaci¨®n de una nueva lista, fuera de plazo y sin cumplir los requisitos. Mart¨ªnez-Abarca, que era el letrado responsable de los servicios jur¨ªdicos de la CAM en esa ¨¦poca, lo justific¨® por ¡°econom¨ªa procesal¡±, dado que no hab¨ªa ¡°terceros damnificados¡±.
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