El banquero anarquista
Lo peor de Montoro es haber hecho lo mismo de lo que acus¨® a los socialistas
Desde mediados de los a?os noventa, cuando parec¨ªa que ya estaba jubilado definitivamente del primer plano de la cosa p¨²blica, Luis Mar¨ªa Linde (hoy gobernador del Banco de Espa?a) escrib¨ªa unas muy interesantes reflexiones a ra¨ªz de la aparici¨®n de alg¨²n libro de referencia ¡ªsobre todo de materia econ¨®mica¡ª en la Revista de Libros (tambi¨¦n de referencia), de la Fundaci¨®n Caja Madrid, entonces en papel, hoy en la Red (revistadelibros.es). Sus cr¨ªticas y recensiones permit¨ªan al lector conocer el punto de vista de quien las hac¨ªa. En el caso de Linde, un punto de vista muy liberal, muy bien armado te¨®ricamente y que hac¨ªa aprender siempre al que las estudiaba y quer¨ªa confrontarse con ellas.
Es el caso del largo comentario que en enero de 2004 hace a uno de los cuentos m¨¢s notables del poeta y escritor portugu¨¦s, Fernando Pessoa, titulado El banquero anarquista (editorial Pre-Textos). Tiene morbo leerlo ahora, dado que el economista que entonces interpretaba a un banquero tan ex¨®tico como para gustarle el anarquismo (en el texto de Linde se ver¨¢ que no es una especie tan rara, sobre todo en la vinculaci¨®n entre anarqu¨ªa y econom¨ªa) es hoy gobernador del Banco de Espa?a y, por ende, consejero del Banco Central Europeo. Linde titulaba su trabajo El banquero no bromea.
M¨¢s all¨¢ de lo relacionado directamente con el banquero anarquista, Luis Linde hace de soslayo varias reflexiones que podr¨ªan aplicarse a la realidad actual, y cuyo protagonista bien podr¨ªa ser el Gobierno, a la luz de los varios disgustos que ha recibido en los ¨²ltimos d¨ªas, contradictorios con su forma de ver las cosas. Por ejemplo, cuando reflexiona sobre lo dif¨ªcil que es a veces comprender lo que est¨¢ ocurriendo entre nosotros y ser capaz de entrever lo que ese presente puede traer. ¡°Esa es¡±, dice Linde, ¡°una cualidad muy rara, adem¨¢s de generalmente in¨²til o peligrosa para quien la posee, aunque todo tiene su excepci¨®n¡±.
Esta cualidad no ha sido precisamente la del ministro de Hacienda Crist¨®bal Montoro, cuando ha sido volteado por Eurostat, la oficina de estad¨ªsticas de la Comisi¨®n Europea, por haber maquillado la cifra del d¨¦ficit p¨²blico de 2012, utilizando la contabilidad creativa que tantos disgustos ha dado de forma reiterada a los pa¨ªses y empresas que han abusado de ella. El d¨¦ficit p¨²blico espa?ol del a?o pasado ser¨¢ del 10,2% del PIB si se incluyen las ayudas perdidas a la banca, o del 7% si no se incluyen. Lo peor de la trampa de Montoro ha sido que sab¨ªa que todos los analistas cuestionaban su credibilidad y, sobre todo, que ello fue de lo que acus¨® a los socialistas cuando lleg¨® al Gobierno. Hay que ser atrevido.
En su texto, Linde es rotundo: ¡°La lucidez impone cargas muy pesadas, exige decisiones duras, y eso puede paralizar nuestro entendimiento o, en algunos casos desesperados, nos puede llevar a cerrar los ojos. A veces, parad¨®jicamente, la lucidez puede conducirnos a un excesivo pesimismo, a la inacci¨®n, a la muerte individual o al desastre social¡±. C¨®mo no buscar luz, a la luz de esas palabras, en la pasividad del Ejecutivo al conocer los ¨²ltimos datos proporcionados por el Banco de Espa?a. Sobre el pasado: que el beneficio neto de las empresas espa?olas disminuy¨® un 62% durante 2012, que se a?ade a un -34,7% de un ejercicio antes (Central de Balances); y sobre el presente y el futuro inmediato (2013 y 2014), que proseguir¨¢ la destrucci¨®n de puestos de trabajo sin fisuras, por muchas iluminaciones que tenga la ministra de Empleo, F¨¢tima B¨¢?ez, en el Congreso, en una comparecencia semiclandestina, el martes de Semana Santa.
Poco despu¨¦s de las previsiones del servicio de estudios del banco emisor, tres institutos de coyuntura europeos (alem¨¢n, franc¨¦s y austriaco) hac¨ªan p¨²blico su pron¨®stico. El desempleo en Espa?a no bajar¨¢ del 25% antes de 2017; para el periodo 2013-2017 estiman que el PIB medio de Espa?a se situar¨¢ en el 0,3% y la tasa media del paro en el 26,3% de la poblaci¨®n activa.
Parafrasea Linde al gran George Steiner, que pregunta a su padre acerca de una manifestaci¨®n que pasa debajo de su balc¨®n. Su progenitor le contesta: ¡°Ves, chico, esto es la Historia¡±. Esta crisis tambi¨¦n es la historia.
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