El Gobierno ligar¨¢ los precios p¨²blicos a un ¨ªndice mucho m¨¢s bajo que el IPC
El Ejecutivo comunica a Bruselas que usar¨¢ la inflaci¨®n subyacente a impuestos constantes
El Gobierno est¨¢ dispuesto a hacer todo lo que est¨¦ en su mano para asegurarse de que la inflaci¨®n se mantenga en niveles bajos, inferiores al promedio de la zona euro, a diferencia de lo que ha sido habitual desde la puesta en marcha de la moneda ¨²nica. Para ello, sustituir¨¢ el ¨ªndice de precios de consumo (IPC) como referencia en la actualizaci¨®n autom¨¢tica de precios p¨²blicos o regulados. La alternativa es un ¨ªndice que suele reflejar variaciones anuales mucho m¨¢s bajas.
La Ley de Desindexaci¨®n, nueva norma de nombre imposible, fue la ¨²nica novedad en el plan de reformas que desvel¨® el Gobierno el pasado viernes. La nueva ley, a?adieron entonces fuentes de La Moncloa, pretende eliminar actualizaciones autom¨¢ticas de precios p¨²blicos y tarifas reguladas que est¨¢n ligadas al IPC, o reemplazarlo por otros ¨ªndices, sin especificar cu¨¢les. En la informaci¨®n enviada a Bruselas este martes, sin embargo, el Gobierno s¨ª entra en detalles.
El Ejecutivo de Mariano Rajoy ha comunicado a la Comisi¨®n que la alternativa elegida es ¡°el IPC subyacente a impuestos constantes, con un l¨ªmite superior al 2%¡±. El compromiso es aplicar la nueva regla desde el 1 de enero de 2014. Si se hubiese aplicado en marzo pasado, la diferencia entre revisar los precios con una u otra referencia habr¨ªa sido notable: el IPC reflej¨® un incremento anual del 2,4%; su futuro sustituto, el ¨ªndice subyacente a impuestos constantes, apenas lleg¨® al 0,3%.
En marzo, el nuevo ¨ªndice subi¨® solo el 0,3% frente al 2,4% que marc¨® el IPC
La nueva regla permitir¨¢ al Ejecutivo contener con un triple candado el impacto de la inflaci¨®n en las actividades del sector p¨²blico. El ¨ªndice subyacente, que excluye del c¨®mputo productos energ¨¦ticos y alimentos frescos, suele ser m¨¢s bajo que el IPC general, que s¨ª incluye el efecto del petr¨®leo, el factor m¨¢s inflacionista en la econom¨ªa espa?ola. Entre 1999 y 2012, el ¨ªndice subyacente ha sido inferior al IPC general en 11 de los 14 a?os ¡ªlas excepciones coinciden con desplomes del petr¨®leo¡ª, con diferencias cercanas al punto porcentual.
Lo mismo ocurre con el nuevo ¡°l¨ªmite superior¡± del 2%, referencia habitual para el Banco Central Europeo, otra garant¨ªa de subidas m¨¢s contenidas. Incluso la inflaci¨®n subyacente super¨® ese 2% en 10 de los ¨²ltimos 14 a?os.
El ¨²ltimo candado es el m¨¢s pol¨¦mico. El ¨ªndice a impuestos constantes descuenta del IPC el impacto en los precios de las subidas que se aprueben en varios tributos indirectos. El resultado de ese descuento es que el ¨ªndice a impuestos constantes es m¨¢s bajo mientras esa subida fiscal pese en la comparaci¨®n anual. Lo controvertido es que lo que descuenta el INE, siguiendo la metodolog¨ªa de Eurostat, es el impacto de que los empresarios trasladen a los precios toda la subida de impuestos, un supuesto te¨®rico que ¡°hist¨®ricamente nunca se ha dado¡±, seg¨²n advirtieron los expertos del Instituto Flores de Lemus cuando el nuevo ¨ªndice se puso en marcha, en septiembre pasado.
El Ejecutivo fija
Lo que ocurri¨® con el incremento del IVA (del 18% al 21%) es ilustrativo. Si los empresarios hubiesen repercutido todo el IVA en los bienes y servicios que analiza el INE, la variaci¨®n anual de precios deber¨ªa haber aumentado en unos dos puntos porcentuales, que es la diferencia que se refleja entre el IPC de septiembre (3,5%) y el ¨ªndice a impuestos constantes (1,4%). Sin embargo, expertos como los de Flores de Lemus o los de Funcas concluyeron que los empresarios asumieron la mitad del impacto al reducir m¨¢rgenes, con lo que el impacto real en los precios de la subida de impuestos apenas fue de un punto porcentual. Un ¨ªndice que descontara el impacto real de la subida del IVA en septiembre habr¨ªa dejado la inflaci¨®n en el 2,5% y no en el 1,4%.
El uso del ¨ªndice a impuestos constantes ¡ªdescontando el impacto te¨®rico del recargo fiscal, no el real¡ª, deja una moraleja inquietante: para el Gobierno, la v¨ªa m¨¢s r¨¢pida de contener la actualizaci¨®n de precios y gastos p¨²blicos, es subir impuestos indirectos. Eso s¨ª, para la inflaci¨®n del conjunto de la econom¨ªa, subir impuestos sigue siendo mal negocio.
El viernes pasado, el Gobierno insisti¨® en que el nuevo ¨ªndice no se aplicar¨ªa en las pensiones, ni en salarios p¨²blicos o rentas m¨ªnimas, que no tienen una actualizaci¨®n autom¨¢tica. A Bruselas, le conf¨ªa la idea de que la nueva ¡°referencia pueda ser empleada por el sector privado¡± ¡ªel incremento salarial pactado por los agentes sociales ronda ya el 0,5%¡ª, que favorezca ¡°por emulaci¨®n¡±, una ¡°cultura com¨²n que redunde en una inflaci¨®n m¨¢s reducida¡±.
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