La marcha de S¨¢enz, el primer gran cambio en la c¨²pula del Santander
La oposici¨®n del Banco de Espa?a y del Gobierno de Rajoy a la continuidad del consejero delegado provoca un relevo generacional antes de lo previsto
No son habituales los cambios de planes en las c¨²pulas de las organizaciones bancarias. Ni las ¡°renuncias voluntarias¡± de sus grandes ejecutivos. Pero algunas veces suceden. La ¨²ltima que vivi¨® el sector con sorpresa, en septiembre de 2009, fue la marcha de Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri como consejero delegado del BBVA, por discrepancias con el presidente. Hasta que el pasado 29 de abril, Alfredo S¨¢enz present¨® su renuncia como consejero delegado del Santander tras un largo tira y afloja con el Banco de Espa?a.
En la nota de renuncia, el banco comunicaba la llegada de un nuevo consejero delegado, Javier Mar¨ªn (Madrid, 1966), director general de la divisi¨®n de activos, banca privada y seguros, en sustituci¨®n de Alfredo S¨¢enz (Las Arenas, 1942), vicepresidente y consejero delegado. Un relevo que supone la apertura de una nueva etapa en el mayor grupo bancario de la zona euro y uno de los 10 m¨¢s importantes del mundo. El mercado espera con impaciencia los cambios estrat¨¦gicos y de equipos directivos.
S¨¢enz no ser¨¢ f¨¢cil de sustituir. Ha sido, junto al presidente, Emilio Bot¨ªn, el brazo ejecutor de una estrategia de diversificaci¨®n por pa¨ªses y por negocios que ha permitido multiplicar por 3,5 veces los activos en los 11 a?os que ha estado al frente del grupo. No estaba previsto que se marchara ahora, sino en uno o dos a?os, aseguran fuentes del mercado, pero el Santander no pudo hacer cambiar de idea al Banco de Espa?a, al Ministerio de Econom¨ªa y al Gobierno del PP, pese a todos sus intentos.
M¨¢s fondos que el PIB espa?ol
Pilotar el Santander no est¨¢ al alcance de cualquiera. Alfredo S¨¢enz lo ha hecho ¡°con autoridad frente a su compleja organizaci¨®n interna, independencia de criterio por el soporte que ha tenido del presidente y con la fuerza mental que exige esa tarea¡±, define un veterano ejecutivo. No hay que olvidar que el grupo gestiona fondos por 1,39 billones, m¨¢s que el PIB de Espa?a. Para no perder todo este conocimiento, Bot¨ªn ha contratado a S¨¢enz como asesor de la presidencia. Todav¨ªa no est¨¢ clara la regularidad de su asesor¨ªa.
S¨¢enz est¨¢ considerado uno de los m¨¢s grandes banqueros espa?oles, con una carrera que recuerda, aunque quiz¨¢ a otro nivel, a la de ?ngel Corc¨®stegui y Francisco Luz¨®n. Los tres fueron exvizcayas y disc¨ªpulos de Pedro de Toledo y han gobernado en dos de las grandes entidades del mapa espa?ol. S¨¢enz reemplaz¨® a Corc¨®stegui en febrero de 2002 y cont¨® con el impulso de Luz¨®n para implantarse en Am¨¦rica Latina. Expandi¨® el modelo de banca comercial por diferentes pa¨ªses combinando las econom¨ªas desarrolladas con las emergentes para tratar de asegurar que los avatares de un lado se compensen con los del otro.
La lanzadera fue la Espa?a de la burbuja inmobiliaria. En 2007, cuando el supervisor negaba el calentamiento del ladrillo, el Santander vendi¨® buena parte de sus activos inmobiliarios, pero era tarde. S¨¢enz admiti¨® que esta crisis le despist¨® y la morosidad de Espa?a sobrepas¨® sus peores c¨¢lculos.
Sus cr¨ªticos consideran que la expansi¨®n del grupo mediante ampliaciones de capital ha provocado vaivenes en la cotizaci¨®n: estaban a 8,4 euros cuando lleg¨® y las deja a 5,55 euros, tras tocar los 14 euros en noviembre de 2007. Por supuesto, todo influido por el entorno: lleg¨® con la crisis de las divisas de Latinoam¨¦rica y se va con la mayor que ha sufrido Occidente desde la Gran Depresi¨®n.
Entre sus r¨¦cords est¨¢ el salarial: ha sido el banquero mejor pagado, con m¨¢s de 10 millones anuales, y se va con una pensi¨®n de 88 millones. Ahora las miradas est¨¢n puestas en Javier Mar¨ªn, poco conocido fuera del banco y lejos de las quinielas internas. ¡°Ha sido una gran sorpresa. Ha tenido un perfil mucho m¨¢s bajo que otros candidatos y es mucho m¨¢s joven¡±, apunta Juan Pablo L¨®pez, analista del Banco Espirito Santo.
Los antecedentes penales que cayeron sobre Alfredo S¨¢enz en 2011, cuando fue condenado por el Tribunal Supremo a tres meses de arresto por acusaci¨®n falsa, no se borraron ni con un indulto del Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. El Supremo insisti¨® (en una segunda sentencia) en mantener la mancha penal y anul¨® parte del indulto. Para algunos expertos, la insistencia del Supremo deb¨ªa haber sido la se?al que marcase la salida de S¨¢enz. ¡°O quiz¨¢ con la primera sentencia, a principios de 2011, pero desde el poder a veces los temas no se ven igual¡±, apunta un banquero que, como otros consultados, ha pedido el anonimato.
Hace menos de un mes, S¨¢enz parec¨ªa salvado: el Gobierno asum¨ªa unas normas europeas m¨¢s laxas con los banqueros condenados penalmente, con las que podr¨ªa haber seguido en su puesto. Pero lo cierto es que el supervisor y el Ejecutivo no cambiaron de idea. ¡°Este Gobierno no se va a caracterizar por proteger a banqueros¡±, coment¨® en alguna ocasi¨®n el ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos.
No triunfaron tampoco los intentos de Bot¨ªn por mantener a su n¨²mero dos. El 22 de marzo, con motivo de la junta de accionistas, el presidente del banco reconoci¨® indirectamente sus esfuerzos por mantener a S¨¢enz al afirmar que ten¨ªa ¡°informes terminantes que garantizan su continuidad¡±. Fue un mensaje n¨ªtido a la opini¨®n p¨²blica, en l¨ªnea con la posici¨®n oficial del banco, que buscaba contrarrestar el insistente rumor de que el consejero delegado se iba, por cansancio y hartazgo de la situaci¨®n. La validez del anuncio de Bot¨ªn dur¨® un mes.
El Banco de Espa?a (y el propio Guindos) consideraba que el asunto de S¨¢enz era un caso enquistado desde el anterior Ejecutivo y ahora nadie estaba dispuestos a asumir el desgaste pol¨ªtico de proteger a un banquero, cuando el sector sufre una gran crisis de reputaci¨®n y est¨¢ en el punto de mira de los ciudadanos.
Fuentes financieras apuntan que la continuidad del consejero delegado hubiera supuesto ¡°un gran desprestigio¡± para el supervisor. ¡°No es solo un problema en Espa?a, tambi¨¦n fuera. El Santander es importante en Reino Unido y en Estados Unidos, donde se miran con lupa los casos judiciales de los ejecutivos. Y el supervisor espa?ol debe subordinaci¨®n a Fr¨¢ncfort¡±, recuerda un veterano directivo bancario. Mauro Guill¨¦n, director del Lauder Institute en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, coincide con la mayor¨ªa de los expertos consultados: ¡°Lo que estaba claro es que el Banco de Espa?a no quer¨ªa que siguiera¡±.
La marcha de S¨¢enz ha resucitado el tema de la sucesi¨®n de Bot¨ªn, que en octubre cumplir¨¢ 79 a?os. El banquero siempre ha asegurado, en p¨²blico y en privado, que, mientras la salud se lo permita, pensaba seguir en su puesto. ¡°En este banco no hay l¨ªmite de edad para el presidente¡±, sostiene. Pero el debate est¨¢ abierto. ¡°La edad es la edad para todo el mundo¡±, comentan dentro del banco. La llegada de Mar¨ªn, con 46 a?os, como n¨²mero dos supone ¡°un relevo que se ha saltado casi dos generaciones de ejecutivos, lo que deja un hueco para los de 50 a 60 a?os que aspiren a lo m¨¢ximo¡±, apunta un profesor del Instituto de Estudios Burs¨¢tiles.
¡°Sigo pensando que Ana Patricia Bot¨ªn es la sucesora del presidente¡±, comenta el profesor Guill¨¦n, que escribi¨® un libro sobre los 150 a?os del Santander, sobre la llegada de Mar¨ªn, un hombre de m¨¢xima confianza de la familia Bot¨ªn. Algunos recuerdan que Bot¨ªn tom¨® los mandos del banco con 53 a?os, justo la edad que ahora tiene su hija.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.