El amigo de Aznar que toc¨® el cielo financiero
El expresidente de Caja Madrid lleg¨® a la entidad de la mano del exjefe del Gobierno sin experiencia bancaria. Aprovech¨® la burbuja y la Bolsa para un crecimiento descontrolado que termin¨® en la ruina y el rescate p¨²blico
Hace casi un a?o, en junio de 2012, el presidente Mariano Rajoy, dijo que no era "el momento¡± para evaluar la gesti¨®n de Miguel Blesa y Rodrigo Rato al frente de Caja Madrid. Fue quiz¨¢ el ¨²ltimo capote que recibi¨® Miguel Blesa (Linares, Ja¨¦n, 1947) del PP, el que le aup¨® a la presidencia de Caja Madrid en septiembre de 1997. Blesa, abogado de profesi¨®n, nunca ocult¨® que su profunda amistad con el expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar fue clave para llegar a dirigir la que fuera la segunda caja m¨¢s importante de Espa?a, con 190.000 millones de activos. Aznar y Blesa compartieron pupitre en sus estudios para inspectores de Hacienda y, antes de llegar a la caja, estuvo en FAES, el laboratorio de ideas del PP.
Blesa, que fue este jueves enviado a prisi¨®n acusado de apropiaci¨®n indebida, no es el ¨²nico icono de lo que ha sido la ingerencia pol¨ªtica en la gesti¨®n de las cajas de ahorros, pero es uno de los ejemplos m¨¢s representativos. Su trayectoria explica el porqu¨¦ de la desaparici¨®n de estas entidades: se coloca a presidentes por la amistad con los l¨ªderes pol¨ªticos, no por su val¨ªa previa, llega la burbuja inmobiliaria y el dinero parece llover del cielo, el supervisor no presiona para evitar que se salgan del camino y los gestores arruinan las entidades.
Pese a ser de la camada del PP, Miguel Blesa lleg¨® a la entidad con el apoyo de la l¨ªder del sindicato CC OO, Mar¨ªa Jes¨²s Paredes, y con el acuerdo de Izquierda Unida.
Desde el principio ten¨ªa clara la idea de duplicar su balance, crecer por toda Espa?a y expandir una entidad que bajo su mandato, en 2002, cumpli¨® 300 a?os. El objetivo fue abrir oficinas, aumentar las plantillas y multiplicar el beneficio. Para ello, en una entrevista en mayo de 1997 en este peri¨®dico, desech¨® la lenta apertura de oficinas y apost¨® por las fusiones y las compras de redes de otras entidades. Ten¨ªa claro el lastre de ser una caja de una comunidad uniprovincial, por lo que estaba en desventaja frente a otros competidores que absorber¨ªan cajas de la misma comunidad aut¨®noma. Por eso su obsesi¨®n por ganar tama?o. Incluso cuando llegaron las tormentas.
Las compras en Bolsa y los rendimientos de la banca de inversi¨®n fueron estabilizadores frente a los problemas del negocio financiero. As¨ª adquiri¨® un paquete de Telef¨®nica y otro de Endesa, que le proporcion¨® 600 millones y 2.400 millones de beneficios respectivamente. Con esto mitig¨® las flaquezas de la red comercial, que se expandi¨® pero nunca obtuvo mucha rentabilidad.
Blesa se apoy¨® en Izquierda Unida y CC OO para presidir la entidad
A partir de 2003 tom¨® nuevo impulso y prepar¨® un nuevo programa de expansi¨®n. En los informes de la inspecci¨®n del Banco de Espa?a, consta que ¡°tard¨® mucho en reaccionar ante los problemas de morosidad detectados en 2006¡±. Tambi¨¦n se le acus¨® de llevar una agresiva pol¨ªtica comercial sin evaluar los riesgos.
Pese a la fuerte ca¨ªda del margen financiero, en plena burbuja apost¨® por un gran endeudamiento en los mercados internacionales. As¨ª entr¨® en el negocio de los inmigrantes, de los j¨®venes y sobre todo, inmobiliario, donde enterr¨® decenas de miles de millones. En esa ¨¦poca, en 2008, adquiri¨® el City National Bank of Florida por 1.117 millones de d¨®lares. Probablemente no fue una operaci¨®n afortunada, pero sin duda est¨¢ lejos de ser la que m¨¢s p¨¦rdidas ha causado a la entidad. Blesa mantuvo la expansi¨®n incluso una vez llegada la burbuja, lo que le proporcion¨® grand¨ªsimos beneficios a corto, pero a medio y largo fue su tumba, o mejor dicho, la de Caja Madrid.
En 2009 cuando la crisis y las normas internacionales de contabilidad le apretaron y la caja necesitaba capital, recurri¨® a la masiva emisi¨®n de participaciones preferentes, hasta llegar a colocar en las oficinas m¨¢s de 3.000 millones. ¡°Hemos ampliado la emisi¨®n porque nos las quitan de las manos¡±, afirm¨® Blesa para justificar el aumento de 2.000 a 3.000 millones en preferentes. Y realiz¨® esta operaci¨®n, pese a que Moody¡¯s calific¨® la emisi¨®n en mayo de 2009 de bono basura ¡°ante la gran probabilidad de que la entidad no pueda pagar los intereses¡±. Esa es la misma emisi¨®n que ahora ha causado tantos disgustos a sus clientes, que perder¨¢n el 40% de media en su inversi¨®n y lo que pueda reportarles su posterior conversi¨®n en acciones de Bankia.
Pese a este final, Blesa dijo con arrogancia en el Congreso en noviembre de 2012: ¡°No admito haber causando da?o con las preferentes¡±.
Esperanza Aguirre, entonces presidenta de la Comunidad de Madrid, con un enorme sentido de la propiedad sobre Caja Madrid, mantuvo 15 meses de disputas para echar a Blesa desde mediados de 2008 hasta final de 2009. No lo consigui¨®, pero fue un factor que desestabiliz¨® a la entidad y perjudic¨® al negocio bancario. Aguirre protagoniz¨® el m¨¢s bochornoso espect¨¢culo de injerencia pol¨ªtica en las cajas.
El ejecutivo cobr¨® 12,4 millones de euros entre 2007 y enero de 2010
El 20 de enero de 2010, el d¨ªa de su despedida, Blesa present¨® unas cuentas con una ca¨ªda del resultado del 68% por las fuertes provisiones que le oblig¨® a realizar el Banco de Espa?a. ¡°No es agradable acabar con una ca¨ªda tan fuerte, podr¨ªa haber hecho menos dotaciones, pero he preferido reforzar la entidad¡±, asegur¨®. Sin embargo, su sustituto, Rodrigo Rato, se vio obligado al cierre de 2010 a volver a provisionar 4.000 millones contra patrimonio, prueba de los grandes agujeros que la crisis provoc¨® en Caja Madrid. La sentencia de muerte de la entidad madrile?a fue su fusi¨®n con Bancaja, la otra entidad m¨¢s enferma por el ladrillo. Todo acab¨® en Bankia y en los 22.424 millones que los contribuyentes han inyectado a la entidad para evitar su quiebra.
Pese a estos n¨²meros, los 12 a?os que estuvo Blesa en Caja Madrid fueron m¨¢s que rentables para Blesa y todos sus colaboradores, a los que pag¨® generosamente. Al llegar, multiplic¨® por 18 el salario de su antecesor, Jaime Terceiro. Solo se conocen con detalle las retribuciones de los ¨²ltimos ejercicios. Cobr¨® 12,44 millones entre 2007 y enero de 2010. Otros de sus principales colaboradores obtuvieron salarios que van desde los dos hasta los 9,7 millones en este mismo periodo de tiempo. El Banco de Espa?a pidi¨® informes, pero no puso coto a los desproporcionados sueldos.
Ante esta situaci¨®n, Rato decidi¨® anular un bonus de 25 millones que Blesa hab¨ªa dispuesto para ¨¦l y 9 ejecutivos una vez que hab¨ªan dejado la entidad. No obstante, Rato se elev¨® aun m¨¢s su sueldo cuando en enero de 2010 ocup¨® la presidencia de Caja Madrid. El Banco de Espa?a intervino en febrero de 2011 y oblig¨® a rebajar el bonus de Rato y sus directivos un 20% en aras de la austeridad y por haber recibido ayudas p¨²blicas.
Los problemas de Blesa pasaron a Rato, que hered¨® una entidad en la que ¡°a las sucursales se les ped¨ªa volumen de negocio. Durante 10 a?os fue bien, pero cuando lleg¨® la crisis, todo se convirti¨® en morosidad¡±, dice un exejecutivo de Caja Madrid. El env¨ªo a prisi¨®n de Blesa es el m¨¢s amargo final jam¨¢s pensado para el que fuera uno de los m¨¢s importantes banqueros del PP.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.