¡°El futuro ser¨¢ controlado por las m¨¢quinas¡±
¡°Para entender la causa de las cosas¡±, el lema de la London School of Economics (LSE) parece ser tambi¨¦n el que infunde la carrera acad¨¦mica del dan¨¦s Carsten S?rensen, doctor en inform¨¢tica por la Universidad de Aalborg y profesor del departamento de management de la escuela de negocios brit¨¢nica. S?rensen visit¨® Madrid la pasada semana para impartir una clase magistral en la fundaci¨®n Ram¨®n Areces sobre el futuro del mercado de trabajo.
Pregunta. Nombres como Thomas Friedman, de The New York Times, autor de Average is over, hablan del final de las oportunidades para el trabajador medio y se?alan que la revoluci¨®n digital solo deja espacio para los excelentes, los mejores.
Respuesta. Yo comparto la tesis defendida por Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson, investigadores en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Estados Unidos, en el libro Race against the machine. El futuro va a ser controlado por las m¨¢quinas, va a ser como enTerminator, porque es la ¨²nica manera de que tengamos servicios de alta calidad, personalizados, a un coste cercano a cero. Los servicios tendr¨¢n que ser automatizados y de autoservicio. Eso significa que los trabajos que habr¨¢ en el futuro ser¨¢n aquellos que sirvan a esta maquinaria, para ayudar a alimentar a las m¨¢quinas con nuevos servicios, descubrir nuevos servicios, definir nuevos servicios¡ Ello, por supuesto, crea un nuevo sector manufacturero, pero extremadamente especializado, de compa?¨ªas muy peque?as, con una maquinaria muy avanzada.
Los trabajos del futuro estar¨¢n basados en la innovaci¨®n
P. Pero el acceso a esos nuevos puestos estar¨¢ reservado a aquellos con una alta formaci¨®n y especializaci¨®n.
R. Es claro que, independientemente del tipo de trabajos que haya, estos estar¨¢n relacionados con la innovaci¨®n. Tambi¨¦n tenemos que adaptar nuestras expectativas. Es el argumento de Thomas Friedman. Ya no podemos dar por hecho que podemos aspirar a una vida de clase media. Incluso lo hablamos entre colegas. Si yo hubiese sido profesor de LSE hace 25 o 30 a?os me hubiese podido permitir una casa en Hampstead, (uno de los barrios m¨¢s acomodados de Londres). Antes ser profesor de LSE significaba una vida de clase media-alta. Si la definici¨®n de clase obrera es que necesitas trabajar para subsistir y que no tienes suficientes ahorros como para dejar de trabajar con, por ejemplo, 50 a?os, entonces yo soy clase obrera.
Ya no podemos dar por hecho que podemos aspirar a una vida de clase media
P. Esta econom¨ªa gobernada por las m¨¢quinas tambi¨¦n genera desigualdades.
R. Una gran proporci¨®n de los trabajadores estar¨¢ subempleada permanentemente. Trabajar¨¢ menos horas de lo que le gustar¨ªa y ser¨¢ mucho m¨¢s dif¨ªcil conseguir un trabajo indefinido. La clase media sigue siendo nuestra aspiraci¨®n, sin embargo, cada vez se aleja m¨¢s.
P. Un argumento para ser optimista es que de la destrucci¨®n de empleo provocada por la econom¨ªa digital surgir¨¢n nuevas industrias que crear¨¢n los millones de trabajos que los pa¨ªses occidentales necesitan con urgencia.
R. Las grandes compa?¨ªas de esta nueva econom¨ªa no tienen muchos empleados. Las cuatro grandes de Internet: Apple, Google, Facebook y Amazon tienen 219.191 empleados en conjunto, seg¨²n Bloomberg. La mayor compa?¨ªa automovil¨ªstica de Europa, Volkswagen, tiene 552.425. La ¨²nica esperanza entonces ser¨ªan las peque?as compa?¨ªas. Que el ingenio humano genere nuevas actividades y empleos. El argumento tradicional de Schumpeter es que la destrucci¨®n creativa generar¨¢ esos nuevos trabajos y, desde luego, llegar¨¢n. La cuesti¨®n es si ser¨¢n suficientes.
Es preocupante que ning¨²n gigante de Internet sea europeo
P. ?La Uni¨®n Europea est¨¢ desatendiendo la importancia de este cambio en el mercado de trabajo?
R. S¨ª. Y una de las razones es que todav¨ªa no es considerado como un gran problema. Para m¨ª es muy preocupante que ninguno de estos gigantes de la Red sea europeo. Internet es un entorno que tiende a generar ganadores absolutos, monopolios. Hay un buscador. Puede que tengas otras opciones, pero el mercado en Occidente lo tiene uno, Google. Estas plataformas son instrumentos de control. Es muy preocupante, pero yo no encuentro otra salida m¨¢s que esperar lo mejor de la innovaci¨®n y prepararnos para encontrar mecanismos de distribuci¨®n.
P. ?Cree que el Estado tiene un papel que jugar para moldear el mercado de trabajo y disminuir las cargas que exprimen los recursos de la clase media?
La econom¨ªa digital disocia la productividad de los salarios
R. Hay cierto acuerdo en que el mercado de trabajo se polarizar¨¢ en el futuro. Habr¨ªa un grupo relativamente grande de gente con salarios bajos y un grupo relativamente peque?o que ser¨ªa altamente recompensado. Como consecuencia de ello, la clase media ser¨ªa vaciada. Malas noticias, porque ese colectivo, por su n¨²mero y nivel de ingresos, es el que mantiene la base fiscal de nuestras sociedades, el Estado de bienestar.
P. Autores como Jeremy Rifkin sostienen que todav¨ªa es pronto para la econom¨ªa digital, que estamos sentado las bases de un nuevo sistema econ¨®mico en el que Internet es una pata, pero que falta construir una red energ¨¦tica paralela que ponga en marcha lo que ¨¦l ha bautizado como la ¡°tercera revoluci¨®n industrial¡±.
R. El problema es la disociaci¨®n entre la productividad y los salarios y el empleo. El argumento de Rifkin es que las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n ser¨¢n al siglo XXI lo que la automoci¨®n, estandarizaci¨®n y distribuci¨®n fueron al XX. Nos permite hacer todo tipo de productos con un alt¨ªsimo nivel de calidad y personalizaci¨®n a muy bajo coste, pero necesitamos la automatizaci¨®n. La base de la clase media americana era el sector manufacturero, y es verdad que se generar¨¢n m¨¢s servicios, pero la realidad es que cada vez m¨¢s actividades est¨¢n siendo automatizadas. No va a ser un futuro f¨¢cil.
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