Una reforma acelerada por la reca¨ªda
El agravamiento de la crisis y las exigencias de Bruselas han llevado a plantear nuevos cambios
Apenas pasaban unos d¨ªas desde que el 2 de agosto de 2011 el Bolet¨ªn Oficial del Estado hab¨ªa publicado la reforma de pensiones que retras¨® la edad de jubilaci¨®n de 65 a 67 a?os, cuando lleg¨® a La Moncloa una carta del Banco Central Europeo. La misiva condicionaba la compra de bonos para rebajar la presi¨®n sobre la deuda espa?ola a que el Gobierno, entonces del PSOE, aplicara nuevos recortes. Era la respuesta de Fr¨¢ncfort para frenar la tormenta financiera que se desat¨® y que se llev¨® por delante la ag¨®nica recuperaci¨®n de la econom¨ªa espa?ola de la Gran Recesi¨®n. Aquella carta no impon¨ªa ning¨²n cambio nuevo en la jubilaci¨®n. Pero la reca¨ªda econ¨®mica ¡ªcon rescate financiero incluido¡ª ha acabado por convertirse en el acelerador necesario de una nueva reforma de pensiones, que tiene que estar lista este mismo a?o, cuando no hace ni dos a?os que se aprob¨® la m¨¢s profunda que ha sufrido el sistema en los ¨²ltimos 30 a?os. La que acab¨® con el hito mental que tiene en la mente casi todos los trabajadores desde 1919: los 65 a?os como el momento del retiro.
La nueva reforma consistir¨¢, sobre todo, en el dise?o del factor de sostenibilidad, un mecanismo autom¨¢tico de contenci¨®n del gasto en pensiones contemplado en la ley de 2011 para 2027 que, probablemente, entrar¨¢ en vigor mucho antes de lo previsto. Para definirlo, el Gobierno encarg¨® a un grupo de 12 expertos la tarea. Ya la han acabado. Han propuesto un sistema de contenci¨®n del gasto doble que se suma al retraso de la edad de jubilaci¨®n y dem¨¢s ajustes de la anterior reforma: uno, que desvincula la evoluci¨®n de las pensiones y las liga a la salud de las cuentas del sistema, y otro, que calcula las prestaciones iniciales de los futuros jubilados seg¨²n la esperanza de vida en el momento del retiro. Ahora se abre el turno de la pol¨ªtica y las negociaciones con sindicatos y empresarios.
¡°Claro que sin lo que ha pasado en los dos ¨²ltimos a?os, esta reforma no se entiende¡±, explica Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez, profesor de Econom¨ªa de IESE y profundo conocedor de los sistemas de pensiones, ¡°se han acelerado todas las previsiones. Si esper¨¢bamos que en 2015 las cotizaciones de quienes est¨¢n trabajando [excluyendo as¨ª las de los parados] no bastaran para pagar las pensiones eso ya sucedi¨® en 2010¡±.
Caben pocas dudas sobre que la dureza de la crisis ha forzado el adelanto de una reforma prevista en 2027. Y tambi¨¦n de que ha preparado el terreno para que la sociedad la acepte. El propio grupo de expertos lo viene a admitir en uno de sus ¨²ltimos borradores: ¡°Es precisamente, la calidad del momento actual como tiempo econ¨®micamente comprometido, lo que lo hace ideal para presentarle a la sociedad una reforma que, eso s¨ª, debe ser cre¨ªble y razonable. [...] El sacrificio, por otra parte, es m¨¢s f¨¢cil de aceptar en tiempos comprometidos que en medio de la bonanza¡±. No obstante, en la versi¨®n final del viernes este argumento de que hab¨ªa que aprovechar la crisis para hacer la reforma, tras ser desvelado por EL PA?S, desapareci¨®. La justificaci¨®n qued¨® exclusivamente centrada en los riesgos financieros y econ¨®micos que afronta en el largo plazo el sistema de pensiones.
Sin lo que ha pasado estos a?os, esta reforma no se entender¨ªa
Desde que volvi¨® la recesi¨®n en el verano de 2011, la Seguridad Social ha perdido m¨¢s de 1,3 millones de afiliados; en 2010, 2011 y 2012 ha registrado d¨¦ficits crecientes; el paro ha subido hasta m¨¢s all¨¢ del 27%; y los salarios ¡ªla fuente de la que proceden las cotizaciones que ingresa la Seguridad Social¡ª se est¨¢n devaluando significativamente, y lo m¨¢s probable es que este ¨²ltimo proceso contin¨²e durante varios a?os m¨¢s.
Defienden quienes rechazan hacer cambio alguno que existe el Fondo de Reserva, que todav¨ªa acumula m¨¢s de 63.000 millones para afrontar los d¨¦ficit que est¨¢n por venir. Pero de seguir as¨ª la econom¨ªa, puede darse la situaci¨®n de que si en poco tiempo no se revierte la situaci¨®n, esta hucha se agotar¨¢ justo cuando se acerca la retirada de la generaci¨®n del baby boom, los nacidos entre 1958 y 1978, a la que sigui¨® una significativa ca¨ªda de la natalidad, lo que se traducir¨¢ en un importante envejecimiento de la sociedad espa?ola.
Este fen¨®meno demogr¨¢fico, seg¨²n el informe sobre envejecimiento de la Uni¨®n Europea de 2012, elevar¨¢ el gasto en pensiones en 2040 hasta el 12,3% del PIB, 2,2 puntos por encima de la factura de 2010, aunque para tener el cuadro completo hay que recordar que estar¨¢ 1,6 puntos por debajo del conjunto de la zona euro. Esto se conjuga con un estancamiento en las previsiones de ingresos por cotizaciones en torno al 10% del PIB, si nada cambia o no se aportan otros recursos. ¡°En cifras absolutas, el n¨²mero de pensiones que prev¨¦ la Seguridad Social pasar¨ªa de los nueve millones actuales a los 15 millones en 2052¡±, apunta el informe de la comisi¨®n de expertos aprobado el pasado viernes.
Esta avalancha de datos ha cargado de razones ¡ªy de fuerza¡ª a los partidarios de ir m¨¢s all¨¢ de la reforma de 2011. Algo que tampoco es nuevo, como recuerda en un art¨ªculo reciente la actuaria de la Seguridad Social, Alicia de las Heras: ¡°Ha sido una constante [...] del sistema de pensiones la reiteraci¨®n peri¨®dica de posiciones que alertan sobre su inviabilidad econ¨®mico-financiera¡±.
Desde el verano de 2011, el sistema ha perdido 1,3 millones de afiliados
Entre los partidarios de una reforma m¨¢s profunda se cuenta, por ejemplo, la Comisi¨®n Europea, que hubiera querido que la jubilaci¨®n a los 67 a?os llegara antes de 2027. El Gobierno espa?ol, ya del PP, se opuso frontalmente a esto. Hubiera resultado dif¨ªcil a los populares justificar esta medida tras rechazar la reforma de 2011 por no aceptar, entre otras cosas, el retraso de la edad de retiro.
A cambio, y con rescate financiero mediante y sus consiguientes condiciones de obligado cumplimiento, el Ejecutivo ha tenido que comprometerse a adelantar la puesta en marcha del factor de sostenibilidad. Falta por saber cu¨¢ndo, aunque los expertos y se han inclinado por hacerlo cuanto antes. Justifican en la Seguridad Social que si no hay cambios r¨¢pidos el sistema no aguantar¨¢ hasta 2027, cuando llegar¨¢ la edad de jubilaci¨®n legal a los 67 a?os, y que los problemas no son solamente coyunturales.
Entre quienes creen que el recrudecimiento de la crisis ha acelerado la reforma y la hace necesaria se encuentran varios autores de la anterior, uno de ellos es Octavio Granado, ex secretario de Estado de la Seguridad Social con el PSOE. ¡°La fuerza la crisis y la devaluaci¨®n competitiva¡±, explica, en referencia a las bajadas de sueldos y, por tanto, de recaudaci¨®n por cotizaciones que se est¨¢n aplicando en los ¨²ltimos meses. No obstante, ¨¦l pide paciencia a la hora de analizar los cambios a hacer para saber cu¨¢l est¨¢ siendo el efecto de la que ha comenzado a aplicarse este a?o y no le gusta en absoluto lo que se conoce hasta el momento sobre el factor de sostenibilidad. En su opini¨®n, ser¨ªa mejor seguir ahondando en cambiar los par¨¢metros del sistema (como aumentar los a?os necesarios para calcular la pensi¨®n m¨¢s all¨¢ de los 25).
Lo que hace que Granado rechace las urgencias y la demanda de otros es su visi¨®n sobre las proyecciones demogr¨¢ficas, de las que dice que son muy c¨ªclicas y dramatizan el problema. Su visi¨®n es similar a la que tiene Santos Ruesga, el miembro del comit¨¦ de expertos que vot¨® en contra el pasado viernes y colaborador habitual de UGT. ?l, en su texto discrepante, incluso apunta que ¡°hay un exceso de alarmismo en torno a la evoluci¨®n financiera del sistema¡±.
Las pensiones pasar¨¢n de nueve millones actuales a 15 en 2052
Estas opiniones no son compartidas, en absoluto, por D¨ªaz-Gim¨¦nez. Para ¨¦l, lo sucedido en estos dos a?os ha acelerado unos cambios necesarios que ya tendr¨ªan que haberse hecho, como poco, hace dos a?os. ?l incluso propone que se aprovecharan las circunstancias para ir m¨¢s all¨¢ y cambiar radicalmente el sistema. ¡°Lo que estamos haciendo es parchear¡±, afirma. Su propuesta es seguir el ejemplo sueco, un sistema implantado en los noventa en que cada pensionista viene a percibir estrictamente lo cotizado m¨¢s unos rendimientos ficticios. Lo mismo ha propuesto en uno de sus ¨²ltimos informes Unespa, la patrona de las aseguradoras.
De las Heras, en el citado art¨ªculo (?Es posible establecer en Espa?a un sistema de pensiones a la sueca?), calcula lo que eso podr¨ªa suponer para un asalariado medio espa?ol una rebaja del 40,9%. La actuaria de la Seguridad Social recuerda que cuando en Suecia se aplic¨® este sistema se acompa?¨® ¡°de un fuerte crecimiento de los niveles asistenciales de cobertura social¡±.
Tambi¨¦n defiende la necesidad de hacer una reforma, y m¨¢s concretamente una que contenga un factor de sostenibilidad como el propuesto por el comit¨¦ de expertos, el profesor de Matem¨¢ticas para la Empresa de la Universidad de Valencia Robert Meneu. Lo defiende por motivos demogr¨¢ficos y econ¨®micos. ¡°S¨ª que es necesario o estar¨ªamos abocados a reformas peri¨®dicas que tendr¨ªan que hacer los pol¨ªticos¡±, se?ala.
El primer argumento que esgrime es el demogr¨¢fico, aunque admite que las proyecciones que se hacen sobre lo que suceder¨¢ en 2040 o 2050 contienen un riesgo importante de error que induce a potenciales fallos. Un ejemplo de esto, hay bastantes, fue lo que sucedi¨® en 1996, cuando un estudio de la Fundaci¨®n BBV sobre el futuro de las pensiones pronosticaba que Espa?a tendr¨ªa nueve a?os despu¨¦s 13 millones de cotizantes ¡ªtuvo 17,9¡ª y 14 para 2020¡ª en 2013, cuando el mercado laboral en el centro de la peor crisis desde posguerra tiene 16,3 millones de afiliados¡ª.
Tras el informe de los expertos es el turno de pol¨ªticos y agentes sociales
Consciente de estos errores y para tratar de solventarlos, Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz, uno de los integrantes de la comisi¨®n de expertos, en un estudio reciente ha utilizado tres escenarios demogr¨¢ficos, uno de ellos optimista, y con tasas de paro del 5%. Su conclusi¨®n: la reforma de 2011 solo resuelve un tercio de los problemas demogr¨¢ficos a los que se enfrenta Espa?a.
Tampoco esto convence a Juan Antonio Fern¨¢ndez Cord¨®n. Este dem¨®grafo y economista, investigador del CSIC, advierte de las limitaciones que tienen las previsiones a muy largo plazo: ¡°El que proyecta est¨¢ influenciado por lo que sucede ahora, porque proyecta sobre lo que est¨¢ viviendo en este momento¡±.
En opini¨®n Fern¨¢ndez Cord¨®n, los problemas de envejecimiento que afronta Espa?a no son tan graves como puede deducirse de un simple vistazo a las pir¨¢mides de poblaci¨®n para dentro de varias d¨¦cadas. ¡°Las proyecciones demogr¨¢ficas son aut¨®nomas. Primero se hacen y luego se comparan con lo que se espera que suceda en la econom¨ªa, como si esta no fuera a influir en la marcha de la demograf¨ªa. Es cierto que dentro de unos a?os Espa?a tendr¨¢ muchas jubilaciones, pero ?eso va a suponer que las empresas dejar¨¢n de sustituir la mano de obra y no vendr¨¢ nadie a sustituirla?¡±, pregunta a modo de ejemplo. Simplificando mucho, se puede decir que los flujos migratorios no se recogen bien en las proyeciones.
¡°El ¨²nico problema demogr¨¢fico que puede tener el sistema de pensiones proviene del alargamiento en la esperanza de vida¡±, apunta Fern¨¢ndez Cord¨®n, ¡°pero eso se puede resolver con otro reparto de la riqueza nacional¡±. Es decir, lo que propone el investigador del CSIC es que mientras perdure el problema, que puede disminuir a partir de 2046, se puede recurrir a otras fuentes de ingresos, l¨¦ase impuestos.
Algo similar vino a decir Miguel ?ngel Garc¨ªa, jefe del gabinete de estudios de CC OO, y el pasado viernes, cuando en su defensa del factor de sostenibilidad definido por el grupo de expertos del que ha formado parte, dijo que abr¨ªa la puerta a que las pensiones se financiaran con ingresos que no provinieran solo de las cotizaciones sociales, sino tambi¨¦n a trav¨¦s de los impuestos.
Tras el informe de los expertos en que se proponen dos f¨®rmulas que implican (por m¨¢s que se quiera disimular) unas pensiones m¨¢s bajas, es el turno de los pol¨ªticos y los agentes sociales. El debate sobre las pensiones, con la carga emocional que conlleva, se extender¨¢ durante varios meses. Pero las decisiones que se tomen ahora extender¨¢n sus efectos durante a?os. Quiz¨¢ d¨¦cadas.
Una reforma muy enmendada casi antes de aplicarse
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