Crimen y castigo
La cuesti¨®n es qu¨¦ tipo de responsabilidades adquieren los pol¨ªticos, los tecn¨®cratas y los cient¨ªficos sociales que les acompa?an intelectualmente en sus decisiones, cuando sus equivocaciones generan tanto sufrimiento a la gente. Este es el asunto central que se desprende del documento del Fondo Monetario Internacional (FMI), conocido la pasada semana sobre la intervenci¨®n de la troika en Grecia desde el a?o 2010.
En ¨¦l se dicen al menos dos cosas muy gruesas que cuestionan la acci¨®n del propio FMI, la Comisi¨®n Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE). A saber: que se subestim¨® el impacto de la austeridad en la vida de los ciudadanos (el PIB cay¨® un 17% en tres a?os, cuando ¡°solo¡± se esperaba una reducci¨®n del 5,5%; y el paro ha llegado al 27% de la poblaci¨®n activa, cuando todo lo m¨¢s se calculaba un 15%). Y, no menos significativo, que la f¨®rmula escogida de reestructuraci¨®n de la deuda griega permiti¨® a muchos inversores privados reducir su exposici¨®n y trasladar el endeudamiento a los inversores p¨²blicos: una socializaci¨®n de las p¨¦rdidas. ?No se puede calificar este resultado de catastr¨®fico para el bienestar ciudadano y algo parecido a una gigantesca estafa para las finanzas p¨²blicas?
En cambio, el portavoz del comisario de Asuntos Econ¨®micos, Oli Rehn, en su balbuceante respuesta destac¨® que Grecia no ha salido del euro, que el plan de reformas va por buen camino y que el informe del FMI no lleva el sello de la direcci¨®n y, por tanto, no es oficial. Con ello se pretende interrumpir el relato del FMI y trasladar el dilema a otro sitio, desviando la atenci¨®n de los problemas que se plantean sobre la responsabilidad de las recetas profundamente equivocadas (malos datos) o sencillamente falsas (datos manipulados) por estar basadas en obsesiones ideol¨®gicas. Desde el principio de la Gran Recesi¨®n est¨¢ encima de la mesa el debate de si la ciencia econ¨®mica ha contribuido a la debacle con el desarrollo de teor¨ªas que, o bien ignoraban los factores clave de lo que estaba sucediendo (tesis bienintencionada: la ignorancia), o, lo que es peor, los han excluido intencionadamente (tesis malintencionada: la ideolog¨ªa) para favorecer una determinada agenda pol¨ªtica favorable a una redistribuci¨®n al rev¨¦s.
Subestimar el impacto de la austeridad equivale a sabotear el nivel de vida ciudadano
Hoy conviene recordar qu¨¦ sucedi¨® en el seno del FMI en el a?o 2011 (cuatro a?os despu¨¦s del inicio de la crisis econ¨®mica). Entonces se public¨® una auditor¨ªa interna de la organizaci¨®n, titulada Actuaci¨®n del FMI en la fase previa de la crisis econ¨®mica financiera, basada sobre todo en las opiniones an¨®nimas de sus funcionarios. En ella se dec¨ªan cosas tales como que ¡°se crey¨® en la autorregulaci¨®n del mercado y en la solidez de las grandes instituciones financieras que luego se nacionalizaron¡±; hab¨ªa ¡°un elevado grado de pensamiento de grupo, una captura intelectual y un pensamiento generalizado de que una gran crisis financiera en las econom¨ªas avanzadas era imposible¡±; se entierran las voces cr¨ªticas que emergen en el seno del FMI y se fomenta la lectura ¡°complaciente¡± de lo que acab¨® siendo la Gran Recesi¨®n, ¡°los incentivos est¨¢n orientados a generar consenso con la opini¨®n predominante¡±, ¡°expresar puntos de vista fuertes en contra pod¨ªa arruinarme la carrera¡±, ¡°hab¨ªa desincentivos para decir la verdad¡±, etc¨¦tera.
Esta auditor¨ªa, elaborada en tiempo de Dominique Strauss-Kahn al frente del FMI y correspondiente a los a?os de Rodrigo Rato como director gerente del mismo, no se ha repetido o al menos no se ha hecho p¨²blica en tiempos m¨¢s recientes, y no se conoce si se ha corregido la situaci¨®n que se denuncia o, como dice un personaje de la novela El c¨ªrculo cerrado, del brit¨¢nico Jonathan Coe (Anagrama): ¡°S¨ª, he aprendido de mis errores y estoy seguro de que podr¨ªa repetirlos perfectamente¡±. Algunos interlocutores espa?oles de la troika que viene a supervisar los bancos de nuestro pa¨ªs dicen que los hombres de negro del FMI suelen ser m¨¢s compasivos y menos inflexibles que los de la CE y el BCE. Ahora se trata de que el informe del organismo multilateral que dirige Christine Lagarde no repita sus conclusiones dentro de un tiempo sobre lo sucedido en Irlanda, Portugal o Espa?a y denuncie, cuando no tenga remedio, otro sabotaje al nivel de vida de los ciudadanos. Que no pase inadvertido.
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