Sin protecci¨®n no hay creaci¨®n
El I Congreso Internacional de Propiedad Intelectual busca soluciones de futuro
En un momento en el que la industria de las econom¨ªas desarrolladas pierde fuelle, la creaci¨®n, la cultura y el conocimiento se convierten en un pilar b¨¢sico de la econom¨ªa que debe ser protegido. Y esa protecci¨®n, por el momento claramente insuficiente, pasa por la colaboraci¨®n entre pa¨ªses y la armonizaci¨®n de leyes para hacer valer los derechos de propiedad intelectual en un mundo global y digital.
Esa es la principal conclusi¨®n del I Congreso Internacional de Propiedad Intelectual, celebrado el pasado lunes en Madrid. Creadores, distribuidores, representantes de la industria, organismos internacionales y Gobiernos se reunieron para analizar las deficiencias en la protecci¨®n de estos derechos.
Todos los participantes en las distintas mesas de debate destacaron la relevancia econ¨®mica del sector cultural, una de las que m¨¢s sufren los ataques contra la propiedad intelectual. Wolf Meier-Ewert, de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio, estim¨® que la industria creativa en general supone en torno al 3,3% del PIB de la Uni¨®n Europea y que da trabajo a cerca de 6,7 millones de personas. En el plano espa?ol, Antonio Mill¨¢n Campuzano, del Ministerio de Asuntos Exteriores, habl¨® del 7% del PIB nacional y cerca de 400.000 puestos de trabajo.
Cifras aparte, muchos intervinientes trataron de establecer una correlaci¨®n entre la protecci¨®n de la propiedad intelectual y el crecimiento econ¨®mico de los pa¨ªses. En esa l¨ªnea, voces como Jes¨²s Badenes, del grupo editorial Planeta, pronosticaron que la producci¨®n cultural e intelectual caer¨¢ en todos los pa¨ªses que no tomen medidas. ¡°Los espa?oles consumiremos cada vez m¨¢s contenidos de pa¨ªses que s¨ª protegen estos derechos¡±, vaticin¨®.
La industria creativa emplea en la UE a m¨¢s de 6,7 millones de personas
Niklas Lagergren, del grupo medi¨¢tico News Corporation ¡ªdirigido por el magnate Rupert Murdoch¡ª, quiso resaltar el hecho de que el sector cultural emplea a un gran porcentaje de j¨®venes. Algo a tener en cuenta ante las alt¨ªsimas tasas de paro juvenil que presentan los Veintisiete.
Antes, el escritor Lorenzo Silva, premio Planeta 2012, hab¨ªa abierto el debate junto a su colega peruano Santiago Roncagliolo, expresando su total escepticismo ante las tantas veces prometidas reformas legales para proteger los derechos de autor. ¡°Los procesos legales son muy lentos y no castigan conductas que son devastadoras¡±, denunci¨®.
Esta denuncia de quienes, como Silva, viven de sus creaciones, no por conocida dej¨® de ser contundente. ¡°Todas las ma?anas veo decenas de infracciones de mis derechos, y, sinceramente, no tengo ninguna esperanza en que esto cambie¡±, se lament¨®.
La gran mayor¨ªa de los intervinientes en el congreso, organizado por el flamante Observatorio Internacional de la Propiedad Intelectual, compartieron en mayor o menor medida este diagn¨®stico, y tambi¨¦n muchas de las soluciones propuestas, en la l¨ªnea de unificar la legislaci¨®n internacional y promover la colaboraci¨®n entre pa¨ªses.
Reglas mundiales y colaboraci¨®n entre pa¨ªses aparecen como soluciones
El secretario de Estado de Telecomunicaciones, V¨ªctor Calvo-Sotelo, anunci¨® que la Comisi¨®n Europea pondr¨¢ en marcha en octubre el mercado ¨²nico digital. El objetivo es que ese mercado europeo com¨²n sea capaz de competir en el sector de los contenidos digitales.
Otro secretario de Estado, en este caso el de Cultura, sostuvo que si Espa?a quiere tener un futuro en la econom¨ªa global debe ser a trav¨¦s de la cultura y la creatividad. Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle llam¨® a la colaboraci¨®n entre pa¨ªses para combatir la pirater¨ªa y aprovech¨® la presencia de Erik Barnett, del Departamento de Seguridad Nacional de EE UU, para pedir que Washington cierre las p¨¢ginas que vulneran los derechos de propiedad intelectual. Lassalle pidi¨® que se despejen ¡°los problemas que se vienen dando¡± para alcanzar ¡°esa colaboraci¨®n que a veces no tenemos¡±.
Tambi¨¦n hubo tiempo para que cada uno arrimara el ascua a su sardina. As¨ª, Jean-Philippe Mochon, del Ministerio de Cultura franc¨¦s, aprovech¨® para romper ante Barnett, con un gui?o a Lassalle, una lanza a favor de la llamada excepci¨®n cultural europea, que busca que no se incluyan industrias como la cinematogr¨¢fica en el futuro acuerdo de libre comercio entre la UE y EE UU. Mar¨ªa Ferreras, de YouTube, una de las m¨¢s interpeladas en el turno de preguntas, defendi¨® a capa y espada la pol¨ªtica de su empresa respecto a la protecci¨®n de los derechos de autor.
Aunque de forma moderada, tambi¨¦n hubo espacio para la autocr¨ªtica. Tanto Silva como varios de los representantes de los creadores de contenidos criticaron algunas actitudes y se?alaron que la industria ha sido lenta en su adaptaci¨®n al mundo digital. Javier Sanz, del grupo de contenidos musicales BMG, abog¨® por ¡°pensar en nuevos modelos de negocio que fomenten que el creador reciba la mayor parte de los ingresos de su obra¡±. El premio Planeta carg¨® contra la industria que gestiona la producci¨®n cultural ¡ªafirm¨® que constituyen monopolios y oligopolios inaceptables¡ª, y, a modo de ejemplo, critic¨® la ¡°inconsistencia¡± de vender e-books ¡°a 14 euros¡±.
La evoluci¨®n del sector se considera una necesidad inaplazable ¡ªcomo ejemplo, el consumo de televisi¨®n a la carta, cada vez m¨¢s extendido en EE UU¡ª. En este sentido, Ferreras augur¨® que en los pr¨®ximos dos a?os habr¨¢ m¨¢s modelos basados en sistemas gratuitos, soportados por la publicidad, como YouTube.
Y tampoco falt¨® la denuncia del mal end¨¦mico que subyace en todos estos problemas: la falta de concienciaci¨®n social. Los a?os de campa?as, actos institucionales y anuncios televisivos equiparando las descargas ilegales con robos y atracos no consiguen extirpar del conjunto de la sociedad la cultura del todo gratis.
A pesar de ser una idea repetida hasta la saciedad, el presidente del Observatorio, Jos¨¦ Manuel G¨®mez Bravo, volvi¨® a lanzar el mismo mensaje: ¡°No puede haber simpat¨ªa por la impunidad frente a la pirater¨ªa¡±. Y, por si pudiera hacerlo m¨¢s convincente, apuntill¨®: ¡°La p¨¦rdida de empleo en estos sectores no es virtual ni en la nube, sino muy real¡±.
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